La mañana estaba fría y sin color ese día, incluso para ella. Sonrió mientras miraba el camino que debía seguir.Ningning miraba los autos pasar y solo se detuvo unos minutos al sentarse en una de las bancas que había en la calle.
Aspiró el aroma del frio día y miró a los lados mientras pensaba en lo que pasaría próximamente. Por años había aguardado su momento. Por mucho tiempo esperó poder lograrlo y después de tanto estaba consiguiendo su cometido.
Recordó las conversaciones que tuvo con su hermana antes de que se casara con Taehyung.
‹‹—Tengo que contarte algo —dijo la joven mayor a su hermana—. He conocido al príncipe de la casa Kim. No es la gran cosa, es un chico simple y de pocas palabras.
—A mí me parece que es muy guapo, de hecho, me parece que todos los Kim lo son, aunque los otros chicos son jóvenes —dijo Ningning—. No deberías expresarte así. Además corres con suerte, estamos arruinados y entre tantas princesas acaudaladas, el rey te ha elegido para ser la esposa de su heredero.
—Son solo príncipes —dijo Jennie—. Además, ¿te imaginas una vida con ellos? Debe ser terrible.
—No puede ser tan malo —dijo Ningning—. Cualquier cosa sería soportable si sobre mi cabeza hay una corona que vale más que mi peso en oro.
—Tienes razón —respondió Jennie envuelta en risas—. Todo lo que debe importar es la corona.
—¿Qué pasara con tu novio? Dijiste que lo querías —añadió Ningning—. ¿Cómo vas a deshacerte de él?
—Son sacrificios que hay que hacer —dijo Jennie—. Además, todas las reinas tienen amantes.
—Él te ama —dijo la menor—. Nunca aceptará ser tu amante.
Jennie se encogió de hombros.
—Hay un precio a pagar si se quiere ser reina —dijo Jennie—. Nunca olvides que esto es como un juego de ajedrez y la reina es la única que queda en pie››.
Ningning supo apenas unos días después que Jennie jamás pensó en decirle la verdad a su novio. Habló con él y se dio cuenta de que el chico aún pensaba casarse con ella e ir a otra ciudad.
Posteriormente, Ningning se sinceró con su hermana y le dijo que deseaba casarse con Taehyung. Jennie lo entendió y aseguró que renunciaría al matrimonio por ella y Ningning… le creyó.
Unos días después con una sonrisa en los labios, Jennie no solo no canceló el matrimonio, sino que se mostró encantada de sus nupcias con Taehyung, lo hizo frente a ella y sin remordimiento alguno.
Ella se sintió traicionada, furiosa, burlada por su propia hermana, quien no solo sonrió victoriosa sino que se burló de ella.
Durante años, Ningning había vivido tras la sombra de su hermana. Jennie siempre fue la favorita de todos, por su belleza, por su inteligencia, por su astucia.
Ningning tenía mucho en contra, era la menor, no era tan bella como su hermana mayor y para más inri, jamás nadie hizo una oferta por ella, aun así había suplicado a su padre que la eligiera para convertirse en la esposa de Taehyung. Lloró cuando la menospreció alegando que no sería una buena reina y pensó que ahora su padre debía estar arrepentido al darse cuenta de que Jennie no lo hizo bien y que además de todo habían perdido los favores y el dinero del rey.
Su odio por no ser la elegida, la llevó a delatar el noviazgo de Jennie. Más aun cuando vio su sonrisa victoriosa a pesar de que ella le había confesado que quería ser la reina.