—Vamos a celebrar —dijo Yoongi descorchando una botella y derramando su contenido en el piso—. Fue él quien comenzó a servir la bebida.
Todos convivieron en medio de risas y disfrutaron de la compañía de sus amigos. Jimin bebía sin control y miró a sus hermanos.
—Ya me voy a controlar o el suegro se puede enojar —dijo divertido mientras Jinyoung sonreía y negaba—. Mi novia debe saber que tiene un novio al que le gusta el alcohol.
—Ya deja de ser un incordio —dijo Hoseok—. Nadie va a casarte con la pobre chica, pero si sigues bromeando, Dios te va a castigar muy fuerte con una mujer peor.
—No es posible, porque no me pienso casar —dijo Jimin—. Lo digo y lo sostengo.
—Creí que estabas comprometido —dijo Yugyeom—. Con suerte es linda y te terminas enamorando.
—No —dijo Jimin sacudiéndose como si tuviera escalofríos—. No quiero saber nada de amor. Así estoy bien, solo espero dos cosas, que la chica tenga un arranque de amor y se fugue con un noviecillo por ahí y que además de todo su familia pague la penalización. Voy a sentirme muy ofendido de que desprecie un príncipe como yo, pero tomaré el dinero, aunque repito, lo haré muy ofendido.
—Deja de decir estupideces —dijo Yoongi—. Ni siquiera sabes quién es la chica.
—Yuma no es, estoy seguro —mencionó Jimin.
—Se llama Yuna y no, no es tu prometida —dijo Taehyung—. Esa jovencita no es como las que conoces, jamás te dejaría que andes por la vida correteando sin calzones.
—Parece peligrosa —dijo el menor de los Kim—. No importa. Ya pronto volverás al trono y dejaré de ser un maldito infiel con las dos prometidas que no conozco.
Comenzó a reír divertido mientras le lanzaba vino a Jackson para festejar que ahora era el rey. El ánimo de todos, no podía ser mejor. Cada vez más felices de verse entre sí después de una batalla ganada ante Jin.
—¿Ya han sacado la ropita de Jin a la calle? —preguntó Yuqi—. Me da miedo que sus pulgas vayan a esparcirse por el palacio y contaminen el lugar.
—Puedes hacer los honores —dijo Jackson—. Ve a pedir que saquen sus porquerías de esta casa. No importa que sea un barón, simplemente no va a vivir aquí y menos esa familia de parásitos.
—¡Taehyung! —gritó una voz desde la entrada que no dejaban pasar.
Bang entró con una cara de fastidio e hizo una inclinación hacia él antes de hablar.
Afuera está la madre y hermana de la señora Jennie, insisten en verlo y tal como dijo no se les ha dejado pasar.
—No te preocupes, yo iré —dijo Taehyung avanzando hasta la entrada del palacio donde se encontró con las mujeres al otro lado de la verja. Las miró cómo quien mira una rata deshecha en el piso—. ¿Qué es lo que quieren?
—No vas a salirte con la tuya —dijo la madre de Jennie—. Le negaste a mi hija todo lo que merecía, fuiste un infeliz con ella. Merecía ser una reina, la más grande de todas, la más poderosa y no se lo permitiste, pero yo voy a hacerte caer a ti y a todos los tuyos. Te lo juro.
—Saquen a esta señora de aquí —dijo Yoongi dando unos pasos delante de Taehyung en el mismo instante en que la mujer aprovechó una distracción de uno de los agentes y quitó el arma para apuntar.
Su pulso era tan malo y sus nervios eran tales que no pensó sus acciones. De inmediato los disparos de los agentes abatiendo a la mujer no se hicieron esperar y Ningning permaneció parada como si no creyera que aquello acabara de pasar.