Cap 11

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Lalisa siguió su camino rumbo a la planta baja mientras mentalmente se repetía una y otra vez que no debía voltear y mucho menos volver.

El corazón le latía acelerado. Las lágrimas pugnaban por salir de sus ojos y bañar su rostro, pero tras hacer un esfuerzo sobrehumano, logró contenerse y mientras tanto, avanzó por las escaleras ante la vista de los hermanos de Taehyung, quienes desde el vestíbulo, veían su partida.

—¿Te vas? —preguntó Yoongi—. Creí que te quedarías.

—¿Qué tendría yo que hacer aquí? —preguntó con toda la falsa seguridad que pudo reunir—. Yo no pertenezco ni a esta casa ni a esta familia.

Hizo un esfuerzo por no salir corriendo mientras la mirada de los dos hermanos estaba sobre ella. Tenía ganas de mirar hacia las escaleras para ver si Taehyung estaba ahí pero no lo hizo, no pensaba flaquear en ese momento, así que solo dio a los dos Kim restantes una sonrisa de amabilidad antes de mirarlos a los ojos y hacer una inclinación a muestra de despedida.

»Que estén muy bien, señores —añadió mientras Yoongi hacía una inclinación y el menor de los hermanos la observaba con atención pero no dijo nada—. Les agradezco nuevamente todo lo que hicieron por mí.

Sonrió una vez más y se dio la vuelta para avanzar a la salida, sintiendo las miradas de los dos hombres en su espalda.

Caminó tensa, sin saber cómo controlarse y a medida que se alejaba, el dolor en el pecho se acrecentaba y las ganas de llorar se hacían casi imposibles de frenar.

En algún momento, mientras iba por el sendero, no pudo evitar que una que otra lágrima le recorriera las mejillas. La limpió rápidamente y siguió su camino sin siquiera mirar atrás.

En todo ese tiempo ella había pensado que era momento de que su vida despegara de verdad, de que se hiciera su propia personalidad. Para Lalisa era importante que aprendiera a romper todos sus yugos.

Durante toda la vida había sido sometida, en principio por sus padres, luego lo fue años por Sehun y finalmente se había convertido en titere de su amor, la muñeca del rey.

Se detuvo unos segundos cuando sus ojos se cristalizaron por las lágrimas y le impidieron seguir su camino. Sacó un pañuelo y se limpió antes de ver a solo unos metros la verja que le alejaría para siempre de Taehyung.

Como si su corazón lo supiera, alentó el paso y algo dentro de ella le impedía seguir. Fue solo su fuerza de voluntad lo que le hizo continuar hasta llegar a la entrada y después de dar un suspiro, cruzó la salida y siguió caminando sin detenerse mientras se decía a sí misma que era lo mejor.

Caminó y hasta que estuvo lejos del castillo y se sintió a salvo, se detuvo y se sentó en la acera para soltar a llorar su desgracia.

Dejó que lo que había guardado por años saliera en solo unos minutos. Se deshizo en llanto durante largo rato hasta que sintió que ya no podía hacerlo más, después de todo, su corazón ya estaba acostumbrado.

Se levantó y siguió su camino rumbo a la carretera para que pudiera tomar un taxi que la llevara de vuelta al centro de la ciudad. Abordó el primero que se detuvo y le dio la dirección a donde debería llevarla.

El taxista tomó la ruta y mientras, trató de hacerle conversación a una Lisa que no dijo nada en todo el recorrido. Más bien, se la pasó mirando por la ventanilla y de vez en cuando dejaba que una lágrima se deslizara por su rostro.

Finalmente, el conductor se detuvo frente al edificio donde previamente ella le indicó y después de pagar bajó del carro y se acercó a la entrada del lugar.

LA ESPOSA DEL REY (TaeliceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora