—Taehyung —dijo Lisa un tanto sorprendida de encontrarlo en su camino—. ¿Qué haces aquí? No esperaba encontrarte.—Es claro que no lo esperabas —replicó un tanto altanero al ver que había evadido su pregunta y que además le respondía con otra pregunta—. Estoy esperando una respuesta, no me contestes con otro cuestionamiento.
— ¿Por qué habría de responderte? —inquirió ella en un tono ya no tan suave—. Tengo entendido que el rey no se interesa por ese tipo de cosas. Además no sé a qué viene la pregunta, después de todo, la última vez que nos vimos, las cosas quedaron claras y finiquitadas.
—¿Quedaron finiquitadas? Quedaron para ti, a mí ni siquiera me diste la oportunidad de hablar —añadió Taehyung—. ¡Me mandaste al diablo sin siquiera darme la oportunidad de explicar nada, no me digas que las cosas fueron muy justas!
Lisa apretó los labios antes de girarse e intentar partir de ahí pero Taehyung la tomó del brazo para impedir que se alejara.
La apretó a su cuerpo y sin importarle que alguien pudiera verlos, la encerró entre la pared y sus brazos y se acercó a ella buscando que Lisa reaccionara a su cercanía.
—Te fuiste sin dejarme explicar nada —dijo Taehyung mirando a la rubia—. Jennie no estaba ahí por lo que sea que tu estés imaginando. Ella está enferma y yo simplemente no podía dejarla a su suerte.
Ella sonrió de forma extraña, de una manera que provocó que Taehyung lanzara un resoplido. La mirada de Lisa se desvió a otro lado y sutilmente le empujó para alejarse.
—Lis —dijo Taehyung—. No hay nada entre Jennie y yo. No te busqué antes porque quiero divorciarme y después esperaba hablar contigo y darte el lugar que mereces. No quiero tenerte así por siempre.
—Debo irme —dijo ella tratando de alejarse pero él no se lo permitió—. Por favor, Taehyung. Esto es absurdo, lo mejor es dejarlo así, al parecer estamos mucho mejor alejados el uno del otro.
—Habla por ti, tú no sabes cómo me siento —dijo y ella sonrió.
—Sí, tienes razón —dijo la Tailandesa—. No sé cómo te sientes. Nunca lo supe, pero me quedó claro que nunca vamos a poder estar juntos.
—No tiene que ser así —dijo pero ella negó y observó al rey con atención—. Yo voy a solucionar esto, estoy en el proceso de terminar mi matrimonio y cuando eso pase...
—Cuando eso pase ella volverá con alguna excusa y tú de nuevo vas a correr a ayudarla —interrumpió ella—. Hay cosas que no se pueden cambiar, Taehyung, una de ellas es la forma en que nosotros iniciamos. Lo hicimos mal, yo nunca debí ser tu amante y tú nunca debiste aceptarme. No se puede cambiar nada, pero si se puede terminar por el lado más sano que sea posible. —Hizo una pausa antes de respirar para poder hablar—. Cuando salí de tu casa, pensé en ir con Miyeon, pero me di cuenta que así no te dejaría atrás, solo huiría de nuevo.
Taehyung negó y trató de hablar pero ella se lo impidió. Levantó la mano y frenó cualquier réplica que pudiera salir de los labios del rey. Se quedó callada unos segundos y tomó aire. Aquello aceleró los latidos del monarca de solo imaginar que lo que Lisa diría no le gustaría en absoluto.
»Mi corazón no se iba a reparar con huir —dijo Lisa—. Me quedé para dejarte ir, lo hice porque lo necesitaba. He huido mucho tiempo como para hacerlo de nuevo. En el fondo sabía que si me largaba a otro sitio me pasaría los días pensando en qué estarías haciendo, en dónde estarías, con quién; pensando en si estarías bien. Quedarme fue la mejor decisión, los días fríos se fueron haciendo cálidos y las cosas mejoraron eventualmente.
—Te quedaste para olvidarte de mí, ¿es eso lo que me estás diciendo? —dijo Taehyung—. Me dices que te quedas porque es tu forma de mandar al diablo todo. ¿De qué manera tengo que decirte que no tengo nada con ella y que te quiero a ti?