- Armando -advirtió ella, la cual se encontraba a mis espaldas mientras hacia te para los dos-
- ¿Que quieres saber? -pregunte, rendido ante su insistencia. Había intentado evitarlo pero fue en vano-
- ¿Quien es esa mujer?
Suspire, colocando el liquido caliente en ambas tazas. Me voltee con las bebidas calientes en la mano. Fui golpeado por su mirada expectante apenas llegue a ella. Le extendí su taza y me senté enfrentandola. De alguna manera, bajo la luz de nuestra cocina, sentía que me estaba sincerando por primera vez de algo a lo cual no muchas personas sabían mas que...Mario.
- bueno, voy a comenzar desde el principio, si? -le coloque la azúcar al te, revolviendo con lentitud- hace unos años, cuando Marcela y yo llevábamos al rededor de un año y un poco mas de relación yo era vicepresidente comercial, como ahora, y Marcela en su puesto de siempre -ella asintió, endulzando también su bebida- nuestra relación siempre había sido algo...caótica, pero la quería, le había sido fiel siempre, no me interesaban otras mujeres, supongo que en algún punto si llegue a pensar en una vida a su lado -hice una mueca- todo cambio cuando Maria Beatriz se fue al exterior, dejando sola a Marcela y se decidió a mantenerme casi todas las noches en su apartamento. Al principio la convivencia no era mala, todo se mantenía bien mientras siempre llegara a tiempo para la cena -negué con la cabeza, recordando aquellos dias- una noche mi auto se averió en la avenida, tuve que esperar a la grúa y no tuve la mejor idea de llamar a Marcela para que pudiera venir a buscarme. Error. Yo no lo había notado pero era bastante tarde y tuve la desgracia de averiarme justo frente a un motel. Toda la noche fue un interrogatorio sin fin...y cuando en la mañana encontró el labial de mi hermana Camila en mi carro ¡Dios mio! -exclame levantando mis brazos, bebi un poco, tomándome un momento- a partir de ese momento comenzaron los interrogatorios, la desconfianza constante y las peleas. A esa mujer se le había atravesado en la cabeza de que la había engañado
- pero no fue así -afirmo ella, atenta a mi relato. Asenti con la cabeza-
- exactamente. Al cabo de las semanas estaba realmente harto, pero no era capaz de separarme de ella, creía que la amaba. Mario siempre me había dicho que la mejor solución para soportar a una mujer era teniendo otra -rei irónico- jamas lo había creído...hasta que apareció ella -un escalofrío me recorrió y de alguna manera presenti que a ella también- Marizza había entrado como una modelo mas en la empresa: bonita, joven, con carisma y divertida. La primera interacción real que habíamos tenido fue cuando, entre una de esas noches que hacia tiempo en la empresa para no llegar a donde Marcela, nos chocamos en los pasillos y sin querer me había derramado agua encima. Me pidió disculpas y se ofreció a ayudarme pero le dije que estaba bien, que tenia trajes de repuestos -una sonrisa involuntaria se asomo en mi rostro- después de esa noche comenzamos a compartir pequeñas conversaciones en la empresa, cuando nos encontrábamos en los pasillos o en el ascensor. Ella era algo así como una bocanada de aire fresco frente a tanto humo negro en mi vida -el recordar aquello me daba una ligera calidez pasada- La primera vez que almorzamos juntos fue cuando Mario me dejo plantado en Le Nour por alguna mujer y termine solo, justo ella también entraba allí sola y termino sentándose y compartiendo comida conmigo. Fue tan agradable pasar tiempo con una mujer diferente al caos que era Marcela... -suspire- pasamos muchas tardes y noches clandestinas, donde Marcela se entero de algunas debido a los rumores pero siempre se lo negué, siempre. Finalmente una noche que habíamos ido a cenar, nos tomo de sorpresa una lluvia torrencial que nos dejo parados a las afueras de Bogota...esa noche creí sentir el amor otra vez
No me había dado cuenta que ella había apartado la vista a sus manos. Trague en seco. Sabia que sincerarme era riesgoso pero ella me había pedido la verdad y eso le daría.
- pensé que estaba enamorado -prosegui. Si estaba aquí, ya tenia que decir todo- cuando amaneció no nos queríamos marchar, no queríamos estar separados. Conduje hasta un pueblito cercano y nos hospedamos ahí durante todo un fin de semana con los celulares apagados. Para ese momento ya estaba decidido: iba a terminar la relación con Marcela
- y ahí fue donde tus papas interfirieron -agrego, volviendome a mirar-
Asenti con la cabeza mientras bebía un poco mas de aquel liquido caliente.
- el lunes en la mañana estábamos conscientes que debíamos de volver, que en todo caso enfrentariamos todo y a todos. Cuando encendí el celular antes de comenzar a viajar nuevamente, la primera llamada que recibí fue la de mi papa. Me regaño horrible, me reprocho mi desaparición y que sabia que me había ido con una mujer y que si no volvía de inmediato me quitaría todo. Yo en un momento pensé que no seria tan drástico, que llegaría a la empresa, hablaría con el y me entendería. Fui ingenuo -mire a la pared. De alguna manera al recordarlo, los sentimientos me envolvían- llegamos, ella fue al taller de Hugo y yo con papa. Tanto el como mi mama me dieron un gran sermón, me hicieron saber lo decepcionados que estaban de mi y que me estaba comportando como un niño. Me obligaron a ir hasta donde Marcela...resulta que se había encerrado allí todo ese fin de semana y que esa mañana había ido a buscarme, por si me aparecía en la empresa, pero eso no paso, por lo que se devolvió al apartamento sin dejar pasar a nadie ni respondiendo llamadas. Mis padres temían que se hiciera algo...yo también -confese, estaba completamente consciente de los pensamientos destructivos de ella- Cuando me aparecí allá en su apartamento pensé que me golpearía, insultaria o me terminaría. No fue así. Se puso feliz, me abrazó y beso. Hizo que le prometiera que jamás la volvería a dejar sola, que no la dejara nunca. No pude contra eso
- y así fue que te quedaste con ella -afirmo. Asenti lentamente- ¿y que paso con Marizza?
- esa tarde fue la última vez que la vi. Los siguientes días intente contactarla pero no pude, no estaba por ningún lado y su teléfono estaba fuera de línea. Tarde me enteré que mi papá la había hecho echar de la empresa, y por petición de Marcela, mi mamá lo había enviado a otro país bajo amenaza. Un país desconocido para mi, claro está. Lo mismo que le hicieron a mi hermana
- Armando...
- después de saber eso, sentí un rencor tan grande por Marcela. Senti que me había arruinado y condenado a vivir a su lado, a la infelicidad y la rutina. Ese mismo fin de semana me le volé...y bueno, el resto es historia
Ella asintió, con los ojos perdidos. Supongo que intentando procesar toda aquella información. Comence a sentirme mal, no era una historia que quería que supiera porque sabía perfectamente que podría prestarse para mal interpretaciones. Estire mis manos hasta tomar las de ellas.
- pero eso fue hace mucho tiempo, mi amor. Son cosas del pasado, sabes? Hoy la volví a ver y no senti nada. ¿Y sabes por qué? -bese sus manos- por que ahora si se lo que es realmente el amor. Tu y mi niño o niña -me regalo una pequeña sonrisa y aproveché para acercarme hasta su rostro y besarla- yo creía que era amor pero solo era un escape. Te amo, Beatriz y eso no cambiará por nada. Se lo juro por lo más sagrado
Ella me abrazó y cerre los ojos, disfrutando de esa abrazo.
- te amo demasiado, Armando...y te creo. Te creo a ti
- gracias, mi amor
La tomé de las mejillas y la besé dulcemente.
Pov Betty
Sonrei ante su cálido beso, escondiendome en su pecho. No quería decirle, pero nada de lo que me dijo me mantenía tranquila. Era un amor frustrado, pero amor al final. Mi mente no iba a dejarme en paz hasta que hiciera la pregunta.
- ¿de verdad no sientes nada? No la viste por tanto tiempo y ahora se aparece así...además de que fue algo...altanera -murmure-
Lo sentí nervioso y eso me intranquilizaba aún mas. ¿Porque le incomodaba tanto aquello?
- es obvio que no la quiere, mi amor. Culpa de Marcela fue exiliada por mucho tiempo aunque parece que tampoco fue tan así, me confesó que le enviaban dinero mensualmente para vivir y ya hace un tiempo dejaron de hacerlo -nego con la cabeza- yo no sabía nada de eso
- seguro dejaron de hacerlo porque te casaste conmigo -comente con cierta amargura. Claro que era por eso-
- estoy seguro -acaricio mi cabello- pero no dejes que te llenen la cabeza con cosas, si? Es algo del pasado, nada más que eso. Tu eres mi presente y ella o el -toco mi vientre- mi futuro
Sonrei para envolver mis brazos en su cuello y abrazarlo. Lo amaba tanto que dolia el solo pensar que un viejo sentimiento volviera a el y lo arrebataran de mi lado.
Confiaría en el. Lo haría.
Confiaría en mi marido.
Aunque tocara eliminar esos pensamientos y comentarios ajenos de mi mente.
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La tormenta después de la calma
FanficHabía pasado un año desde que Armando y Beatriz se habían casado y cada día había sido como una luna miel. Si, una luna de miel hasta que el traspaso de la empresa, la junta directiva y los auto exiliados vuelven a sus vidas por una revancha más. ¿S...