La tormenta después de la calma

XIV

Respire profundo, intentando tranquilizarme y no hacer una gran escena al respecto. Un fuerte estruendo se oyó desde fuera, anunciando como los pronósticos no fueron errados y se venían grandes tempestades para estos días. El sonido me tomo por sorpresa, logrando que aquel papel se me cayera de mis temblorosas manos al mismo tiempo que me imaginaba como el cielo se iluminaba por el temporal.

- Beatriz, esta usted bien? -la voz de Marcela me devolvió a la realidad. Asentí con lentitud-

- si, si -me sostuve de mi escritorio antes de tomar aire a profundidad- estoy bien, solo fue la tormenta...no me gustan las tormentas -asegure, intentando quitarle importancia al hecho-

- ¿esta segura? -pregunto mientras se agachaba para poder tomar aquella hoja infernal nuevamente. Una vez que la tuvo en sus manos, la inspecciono, negando con la cabeza. Suspiro- yo quería advertirle de esto, de verdad, Beatriz

- ¿advertirme sobre que? -respondí con rapidez, quitandole el papel que no hacia mas que humillarme mas, si eso era posible- esto no es nada -asegure-

Ella negó con la cabeza, como si estuviera decepcionada.

- bien...bien. Cuando usted quiera, puedo prestarle mi oído...vea, cuando le digo que yo mas que nadie puedo entenderla en este "Di Santo" problema, es cierto -hizo una pequeña mueca- pero si hay algo que quizás la deje mas tranquila -agrego- el va a volver a usted, se lo aseguro

Me dedico una ultima mirada antes de marcharse de mi oficina. Me senté en el sofá, tocando mi corazón y respirando de forma casi acelerada, intentando calmarme para no romper en llanto como una niña. Las hormonas no me ayudaban en nada, intensificaban todos los sentimientos que podría llegar a tener...pero esto era algo mas. Esto era mucho mas.

¿Por que esa mujer estaba allí con el? ¿Acaso había sido todo un plan suyo con Mario Calderon para pasar una luna de miel en Argentina sin mi presencia molestando? ¿o solo era todo una coincidencia? ¿por que doña Marcela me aseguro que el volvería a mi? ¿que significaba eso?

- ¿Betty? 

La voz de Aura Maria me quito de mis caóticos pensamientos. Se había asomado a la puerta, seguramente extrañada por mi demora.

- ay, mijita, ¿esta bien? ¿que paso? -pregunto con susto mientras ingresaba a la oficina para posicionarse junto a mi y acariciar mi cabello-

Asentí, intentando parecer que estaba mejor pero en el momento que vi los preocupados ojos de, la que yo consideraba, mi mejor amiga, terminar quebrandome en sus brazos. Ella me abrazo, acariciando mi cabello e intentando consolarme, sin comprender lo que realmente sucedía. Si bien me moría por contarle todo, sabia muy bien que tanto ella como las demás se tomaban muy a pecho cualquier cosa que podría llegar a hacer el en contra mía, por lo que si todo esto se trataba solo de una tonta y precipitada confusión, ellas no se lo perdonarían.

Lo mejor seria callar. Por ahora. 

- ¿Betty...? Me esta comenzando a preocupar

Intente sonreír un poco, separándome de ella y asintiendo mientras me quitaba los anteojos para secarme las lagrimas. A pesar de no poder contarle nada, estaba muy agradecida por ese abrazo y aquel silencio acompañador que supo darme.

- que pena con usted, Aura Maria. No se preocupe, por favor...solo me han pegado un poco las hormonas por la partida de Armando, sabe? -le di una pequeña sonrisa torcida- no me haga caso, por favor

Ella levanto una ceja, inspeccionándome. Conocía esa cara. Ella no me creía.

- ¿esta segura, Betty...? -pregunto con un tono de sospecha en la voz-