Los últimos días habían sido días muy buenos para Anahí. Por primera vez en mucho tiempo se sentía feliz. Las cosas con Alfonso habían mejorado considerablemente, aunque Anahí tenía que reconocer que ella intentaba mantener algún tipo de distancia. En especial porque estaba confundida, porque aún no sabía exactamente cómo olvidar los años de bullying durante su tiempo en el colegio. Aunque Alfonso había desmotrado de mil formas que ya no era esa persona y aunque Anahí había aprendido, gracias a las historias que él le compartía todos los días, de cómo había iniciado su relación y como se había dado todo, sentía que se estaba traicionando a sí misma al dejarlo entrar en su vida.
Anahí sentía que estaba traicionando a esa joven que pasó tantas humillaciones y que lloró tantas veces por las duras palabras y burlas de Alfonso. Aunque habían pasado años, en su mente no era así. Su cerebro había borrado los últimos diez años de su vida y, a raíz de eso, sentía que seguía siendo esa misma joven inmadura e insegura. Cada vez que lograba captar la mirada de adoración en los ojos de Alfonso, no podía entender como era que había pasado de mirarla con odio a mirarla con esa clase de amor. A veces se descubría esperando que le dijera que todo era un broma y se riera de ella. Era absurdo, sí, pero Anahí seguía luchando contra esos pensamientos.
Había también una parte de ella, una que estaba intentando con todas sus fuerzas ignorar, que se sentía profundamente atraída por Alfonso. Anahí se descrubría queriendo pasar tiempo con él, compartir horas hablando, riendo, cocinando y sintiendo que el tiempo con él era muy poco. Incluso lo extrañaba cuando salía a trabajar o en las noches cuando se acostaba sola en su cama. A veces se perdía observándolo, viéndolo sonreir, de esas sonrisas genuinas y dulces que parecían estar reservadas solo para ella. Tenía que reconocer que amaba sus ojos, esos ojos en los que ella se podía perder y que hablaban tanto de las cosas que él no decía. A veces se preguntaba por qué le costaba tanto aceptar que, poco a poco, iba sintiendo cosas por él, y por qué era tan testaruda.
Como esa mañana cuando él había ofrecido acompañarla a su cita médica y ella le dijo que no, sabiendo que en el fondo se moría porque la acompañara, porque estuviera a su lado, en especial porque las últimas habían sido iguales, la doctora diciendo que no había ningún avance, aconsejándola que siguiera con sus ejercicios y que esperaban pronto ver algún resultado, pero ya habían pasado seis meses. Seis meses sin el más mínimo avance, sin ningún tipo de memoria. Ni siquiera cuando Alfonso le contaba alguna historia, su última navidad, su último viaje, nada. Su cerebro seguía estando en blanco. Era frustraste. Y por eso no quería que Alfonso fuera porque no quería que la viera llorar, que la viera enojada por no poder acordarse de nada, por no ver avances. Anahí suspiró mientras se dirigía a la oficina de la doctora Ramírez. Intentando no tener ninguna esperanza, pero sin poder evitar el anhelo de escuchar una buena noticia. Aunque si la llamada de esa mañana indicaba algo, era que no debía esperar nada bueno.
Anahí se dirigió a la ya familiar puerta y tocó suavemente. La doctora Ramírez abrió con una sonrisa que se disipó tan pronto la vió. La doctora le indicó que pasara y se sentara en la silla de siempre.
—Anahí, en la llamada que te hice esta mañana, recuerdo haberte pedido que no vinieras sola. Pensé que Alfonso te acompañaría.
Anahí sintió un hueco en el estómago, no solo por la inminencia de escuchar malas noticias, sino por escuchar el nombre de la persona que más deseaba tener al lado. Era un sentimiento muy extraño que aún no podía conciliar, lo segura que se sentía con Alfonso.
—Sí, pero él no podía venir, tenía un compromiso en el trabajo al que no podía faltar — «Mentirosa». La doctora la estudió en silencio unos momentos y Anahí intentó mantener su cara impasiva. Estaba muerta de los nervios y esto no estaba ayudando en nada.
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Olvidando el Pasado
FanfictionAnahí, una joven llena de vida, sufre un devastador accidente que la deja inconsciente. Después de varios días, despierta en el hospital, solo para descubrir que ha perdido por completo la memoria de los últimos seis años de su vida. Conmocionada y...