Cuando Kaede regresó a la habitación, con los hombros caídos, Itachi ya estaba de vuelta.
Se encontraba meditando en el centro de la estancia, sentado con las piernas en forma de mariposa, con los ojos cerrados y rodeado de cuervos. No se movía en absoluto, y parecía llevar bastante rato así. Las velas apenas iluminaban en ambiente. La chica le observó por unos instantes, preguntándose qué pasaba por la cabeza de aquel adolescente... y de la suya propia.
Ahora ella tenía un compromiso con él, un compromiso que debía romper para volver a su hogar si quería obedecer la voluntad de su madre.
La niña se sentó justo frente a él, respetando su silencio y aguardando que terminase sin desconcentrarlo.
Le había dicho a su madre que en ocasiones estaba de acuerdo con su padre, por eso había aceptado hacer aquel viaje, pero, en las otras muchas ocasiones donde no lo estaba, volvía a la realidad y se cuestionaba qué rayos estaba haciendo.
El clan Uchiha entero estaba compuesto por shinobis; una vez Kaede llorase por ellos despertaría un cúmulo de chakra tan abismal que alertaría cada rincón del mapa.
Y, entonces, se acabaría su paz.
Era paradójico que Kazuhiko Tomioka velase por el bienestar de sus hijos metiéndoles a la fuerza en la boca del lobo.
Pasaron varios minutos largos hasta que Itachi abrió por fin los ojos, y, cuando los clavó en Kaede, ella supo que era momento de hablar:
—Hace alrededor de un siglo que el clan Tomioka empezó a forjar alianzas secretas con países shinobi —murmuró—. Nosotros llorábamos por sus soldados caídos, el país adquiría de vuelta sus poderes para re fortalecer su armamento militar y hacerse más fuertes, y ellos utilizaban su influencia para protegernos de otros países.
>>Una de nuestras alianzas más importantes fue el País del Fuego, por eso sus militares son tan competentes a día de hoy. Cuando mi padre se hizo líder, nuestro clan acababa de renovar la alianza con Konohagakure uniendo a un Tomioka y a uno de los clanes más fuertes de la aldea: un Uchiha. De ahí salió nuestra madre, una chica que acabaría casándose con él.
Itachi la miró con un semblante difícil de interpretar.
—¿Tu madre era híbrida entre dos clanes completamente opuestos?
—Sí. Mi madre era capaz de dominar tanto nuestro Kekkei Genkai como el Sharingan, pero, como se quedó bajo la potestad de los Tomioka, empezó a cuidar de los muertos siguiendo los dogmas del Bosque. Sin embargo su Sharingan seguía allí, dormido y eclipsado por el poder de su otro clan, y su nombre volvió a aparecer por el mapa shinobi. Un día, el País del Fuego llegó a nuestra casa, mató a nuestro hermano mayor para despertar su Mangekyo Sharingan y reclamó su presencia en la Tercera Guerra Ninja.
>>En cuanto la estabilidad mental de mi madre... Controlar dos poderes oculares es muy difícil, Itachi, sobretodo cuando son tan opuestos. El Sharingan fue creado para fortalecerse destruyendo, y el Kekkei Genkai de los Tomioka fue creado para conservar la paz. Para cuando yo tuve mis primeros recuerdos, ella ya cargaba en sus espaldas la muerte de miles de personas. Y, aunque era por un trabajo que ella ni siquiera quiso hacer al principio, el Bosque no se lo perdonó.
>>Por eso está prohibido hablar de ella —Kaede alzó los ojos para mirar a Itachi con cierta timidez—. Ahora, ya sabes qué es lo que está prohibido hablar en mi casa.
Itachi sostuvo su mirada, atónito.
Se quedó varios instantes en silencio, tratando de asimilar la nueva información, pero una sensación de molestia recorrió su espina dorsal al tratar de forzarse a verla como un familiar.
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La Espiritista | Itachi Uchiha
Fiksi PenggemarItachi, ya habituado a perderse durante días por las tierras del norte para desconectar de su dura fama como asesino serial, descubre por casualidad que el remoto clan Tomioka es real. Los Tomioka son una antigua familia pacifista que vive al marge...