C:06 | SI HUELE Y SE VE COMO UNA TRAMPA, PROBABLEMENTE SEA UNA.

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Pov Noah.

Jamás dos meses me habían parecido tan poco tiempo como ahora, y… probablemente era porque ahora era todo lo que tenía para tenerla de vuelta.

«Pasamos de cien a menos cero y eso ni siquiera era un número».

Sacudí la cabeza mientras bajaba del auto, «situaciones desesperadas necesitan medidas desesperadas», y por si no quedaba lo suficientemente claro; yo la necesitaba a ella.

Así que, puede que hubiera perdido el poco sentido común y respeto por mi mismo que me quedaba.

No era mi lugar favorito en el mundo, y si era sincero no podía sentirme cómodo con la idea de que ella estuviera en un lugar así, pero era lo que teníamos por ahora, y era territorio neutral.

Supe que estaba aquí desde que puso un pie en el lugar; así que como cualquier persona desesperada y sin juicio; hice que Miles le mintiera a Julie y lo próximo que supe de mí mismo es que estaba pisando el pedal al máximo y que no me detuve hasta llegar a la «fiesta».

No sabía cómo le seguían creyendo a Miles, pero de alguna manera seguía funcionando. ¿Cómo es que ahora el idiota de Miles tiene más credibilidad que yo? Joder, la situación en verdad era un asco.

Me pasé las manos por la cara intentando mantener la calma, llevaba exactamente tres minutos y medio observando a Asher con el ceño fruncido; no estaba con Julie y tampoco con Allyssa, y tampoco parecía estar esperando a nadie.

Me tensé notablemente en cuanto mi cerebro repasó la idea de qué el idiota pelirrojo que estaba a unos metros de mí pidiendo no sé qué en la barra las había dejado solas en medio de todo este desastre, «la persona más sobria habia consumido al menos media botella de alcohol».

Exhalé con fuerzas y empecé a caminar hasta donde estaba él, no muy seguro de si pegarle un puñetazo por imbécil o preguntar antes.

¿Quién mierda dejaba solas a su mejor amiga y a la chica que supuestamente le gustaba en una fiesta ilegal en medio de la maldita nada? Sacudí la cabeza intentando calmarme, «ellos no tenían ni idea», para ellos esto era nuevo y por desgracia; lo veían inofensivo.

Estaba algo así como a seis metros de la barra cuando pasó.

La ví aparecer en mi campo de visión y casi suspiro de alivio hasta que ví que iba arrastrando entre la gente a otro chico al cual le estaba tomando la mano.

Sentí exactamente lo mismo que cualquiera a quién acababan de darle un puñetazo. Ella lo estaba tocando; por voluntad propia. «Allyssa, tocando, voluntad propia» era lo único que escuchaba en mi mente, en bucle.

Juro que, por un milisegundo; amputar manos no me pareció un delito taaan grave.

¿Por qué ese idiota qué salió de la nada podía tocarla y yo no?

«No lo sé… ¿Se me ocurre que quizá porque él no le mintió durante 100 días descaradamente?».

Sacudí la cabeza, aturdido. Yo no le mentí, omití información. Ni siquiera tenía forma de saber lo mucho que eso le había afectado, para mí no tenía tanta importancia. Y joder, cuando entendí de qué se trataba era demasiado tarde.

«Sigue siendo igual de malo»…

Si había alguien mirándome en ese momento, estoy seguro que debía estarse divirtiendo. De hecho, estaba seguro que durante el último mes las personas habían estado disfrutando de inventar toda clase de rumores sobre mi ruptura con Allyssa.

Por alguna razón todas las hipótesis apuntaban de forma negativa hacia ella, al parecer la mayoría subestima mi potencial para ser un reverendo imbécil.

SÍ A TODO CHALLENGE #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora