Broly x Cobra Kai

Capítulo 11: Respuestas (parte 1)

Los personajes aquí nombrados no son de mi autoría. Créditos a sus respectivos autores. Yo sólo soy un fan, que escribe esta historia para entretener a otros fanáticos.

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Daniel se encontraba en una especie de restaurante, ubicado en Tokio, Japón.

A decir verdad, fue al primer lugar que vio, luego de su reunión con Doyona International.

Las cosas no salieron tan bien como esperaba. Ellos escucharon a LaRusso, y quizás el habrá sido el que más autos de su compañía ha vendido en el Valle de San Fernando, pero eso poco importó ante los altos mandos. Ellos ya habían tomado su decisión y era innegable.

En estos momentos, el sensei de Miyagi-Do se encontraba estresado por esto.

Se puso a ver fotos de su pasado, encontrando una con el señor Miyagi. El bartender vio esto.

—Se ve muy feliz en esa foto —observó.

Daniel levantó la mirada y vio al hombre que le habló.

—Oh... Si. Bueno. Eran buenos tiempos.

—¿Es amigo suyo? —preguntó el de barra de tragos.

—Lo era... Si... Él... Bueno... Ya no está con nosotros —dijo Daniel. Honestamente extrañaba al señor Miyagi, había sido su único mejor amigo.

—Ya veo. Luce algo triste —volvió a observar el bartender.

—Es que... Me gustaría hablar con él. Pero ya no está. Me vendría bien un poco de su sabiduría —comentó LaRusso, dando otro trago de alcohol.

—Una forma de pensar muy norteamericana. En Japón siempre podemos visitar a alguien. Nos pueden hablar aunque ya se hayan ido.

Tras decir eso, el hombre que estaba trabajando se retira del lugar.

Daniel, por su parte, quedó pensando en esto. Y como si de una casualidad se tratara, había visto un comercial de Okinawa.

Esta señal fue suficiente como para que él eligiera irse allí. Tal vez, encontraría lo que buscaba.

(...)

En Cobra Kai.

—Nunca subestimen a su enemigo. Aunque crean que es más débiles que ustedes. Siempre deben estar un paso adelante. Es la única forma de garantizar una victoria. ¿Entendido?

Todos los alumnos del dojo respondieron afirmativamente.

Al escucharlo, Kreese volvió a caminar hacia el centro, donde un pilar de madera de unos 1,70 metros, estaba ubicado. Arriba de este había un jarrón con un bonsai plantado.

El sensei de Cobra Kai les pidió que derrumbaran ese árbol, a lo que dos chicos lo intentaron, pero el resultado decepcionó al sensei. Pues fracasaron totalmente. El tercero fue Halcón, quien en vez de levantar su pierna y hacer una patada alta o voladora, pateó el tronco y el jarrón cayó por acción de la gravedad, rompiéndose y rompiendo el árbol bonsái.

—Nada mal —dijo Kreese, riendo por la inteligencia de Halcón.

—Pero hizo trampa —se quejó uno de los estudiantes, que anteriormente intentó derribar el árbol.

—No... No lo hizo. De hecho, hizo exactamente lo que pedí. Si tu mente es agil, tú también. Esa es la forma de vencer a tu enemigo —comenzó a decir Kreese, mientras caminaba alrededor de sus estudiantes—. No sólo con fuerza bruta. Tienes que luchar con inteligencia. Haz eso, y siempre serás el mejor.