Capítulo 25: Campos minados.

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Los personajes aquí nombrados no son de mi autoría. Créditos a sus respectivos autores. Yo sólo soy un fan, que escribe esta historia para entretener a otros fanáticos.

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Los Cabrera, la chica que le gustaba a Anthony, llegaba a la cafetería, donde accidentalmente chocó con LaRusso.

—¡Oh! Lo siento... —se disculpó Anthony.

—Descuida —dijo ella.

Anthony le ayudó a tomar sus libros en el suelo y vio el título de uno de ellos: "Beowulf".

—Oh... Beowulf... Te adelanto, no trata de hombres lobo —dijo Anthony.

—Vaya... Entonces, creo que ya no quiero leerlo —respondió la chica, riendo.

Ambos entablaron una corta conversación en la que Lia decía volver a reunirse como antes, cuando eran amigos. Anthony esperaba algo más, pero aceptó el trato.

La chica se retiró, saludando a Kenny en el camino.

Ambos jóvenes se cruzaron y se pusieron a  hablar.

—Tienes baba en la boca, Anthony... —dijo Kenny.

—Oye... —Anthony comenzó a reír.

—Es linda, ¿no? —dijo Kenny. Anthony suspiró. Asintió y luego sonrió—. ¿Y si te ayudo a conquistarla?

Ambos rieron y Anthony negó. —Nah... Dejaré que las cosas pasen como deban pasar...

—Bien —se rió Kenny—. Sólo no te distraigas con eso. No quiero patearte el trasero mientras piensas en chicas.

Ambos rieron por el comentario de Payne.

En eso, los chicos que acosaban al pequeño Kenny llegaron a la cafetería.

Al ver tenso a su amigo, Anthony le tocó el hombro.

—No te preocupes... Si intentan algo... Le pateamos el trasero —dijo Anthony.

—Para ti es fácil decirlo. Nuestro sensei no quiere peleas hasta el torneo.

—Está bien... Les pateo el trasero —corrigió LaRusso.

Las risas no faltaron y pese a la mirada seria de los abusadores, ellos no se dejaron intimidar.

(...)

En el hogar de Miguel, éste estaba estirando sus brazos y piernas para el entrenamiento de ese día.

Su madre estaba mirando y le pregunta por el entrenamiento de ese día y Miguel responde que será más complejo, debido a lo poco que faltaba para el torneo.

De pronto, Johnny llega y toca la puerta. Es recibido de buena manera y espera a que Miguel se prepare para encarar ese día de práctica.

Cuando Carmen y el peli~rubio quedan a solas, conversan sobre cómo contarle a Miguel y Robby lo que ellos tienen. Johnny dice que su hijo ya lo sabía, pero que sólo faltaba Miguel.

Según su madre, Miguel actuaba algo raro desde el día anterior.

Quizás cierta conversación con Sam lo tenía pensativo.

La sorpresa llegó cuando Miguel volvió a la sala y cargaba consigo la cinta de Johnny.

—Sensei... Creo que esto es de usted —dijo el joven, mirando confuso a su sensei.

(...)

En casa de los LaRusso, Anthony estaba mirando su tableta. Específicamente se encontraba mirando el perfil de Lia.

Broly x Cobra KaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora