El mar de Vetr ✔️

15. Me espera mucho que hacer

Todo es un juego, depende de cómo lo mires, pero no es normal en mi actuar de manera agresiva ni celosa, y puedo reconocerme a mi mismo que me pone celoso el hecho de que pueda acudir al baile con Nerio. ¿Por qué? No lo sé. Quizás solo es porque la he reclamado como mía en el Calantide, ya que tengo claro que por nada del mundo podría hacerla mía de veras. Sigue siendo una humana y una pirata, por encima de todo. Entrar en mis aposentos se hace extraño, porque entra la suficiente luz como para decirme que no es hora de dormir, pero si esto es lo que hay que hacer para ganarme su confianza de nuevo, pues que así sea. Cojo un libro para mantenerme entretenido, al igual que un candelabro pequeño con una vela, y antes de emprender rumbo hacia sus aposentos de nuevo, planeo bien mi estrategia. Bajo ningún concepto puedo tocarla, porque va en paños menores y sería descortés. Suficientes groserías hemos hecho ya fuera de un noviazgo o el matrimonio.

Me abro la camisa y tiro mis botas a un rincón, dispuesto a respetar nuestras virginidades y la creciente amistad que habíamos trabado.

—¿Nola?—pregunta Raith cuando entro, pero enseguida sabe quién soy. Cierro la puerta a mis espaldas e intento que no se sienta raro dormir en este sitio, en pleno día, con una humana semidesnuda que me la pone dura. Deposito todo en la mesita de noche sin que ella diga una sola palabra más, porque me apuesto a que no puede del impacto. Me siento y empiezo a quitarme los pantalones cuando su corazón por fin estalla en latidos—. ¿¡Qué mierda se supone que haces?! ¿¡Te estás desnudando?! ¡¿Qué haces aquí?! ¡Largo!—me grita tanto que tengo que ladear la cabeza para no abalanzarme sobre ella.

—Te lo he dicho, vengo a dormir contigo.

—¡Yo no quiero!

—Es lo que hay.

—¿Vas a hacer que me levante de la cama?

—Si te vas, iré a por ti y te traeré arrastrándote.

—Qué caballero—sisea cargada de humor.

—Tú tampoco hablas como una dama, pero veo que vamos cogiendo confianza. Ahora, duérmete.

—Mi plan no era dormir, ¿sabes? Primero iba a llorar.

—No te cortes por mi.

—Imbécil.

—Sigue, querida, me la pone dura.—Se tumba, pero su corazón sigue galopando y mis genitales le acompañan, endureciéndose. Tampoco ayuda el suave tacto de sus sábanas o que todo huela a ella. Es como estar atrapado entre su pelo, suave y fresco, sin poder tocarlo ni salir. Y aunque dudo que la situación sea mucho más fácil para ella que para mi, mantenemos un silencio que solo se ve interrumpido por el latido de su corazón, que no se calma ni un solo momento. ¿Es posible que le explote? De verdad, digo—. Calma tu pulso, me molesta.

—No es algo que pueda controlar. Vete a tu cama entonces.

—Todas son mis camas, es mi casa.

—Deja que me vaya de tu casa entonces.

—Adelante, eres libre.

—No te sorprendas si te levantas mañana y no estoy.

—Buena suerte.—Sé que no lo dice en serio, así que no intento advertirle de los guardias, ni del agua, ni de los tiburones, ni de... mi. Aprieto los ojos cerrados e intento pensar en cosas aburridas, como la reunión de esta mañana o el hecho de que quizás no obtendré más información sobre Walker, Baylin y Nova. Todo es un remolino de confusión que hace que me sienta cansado aún a pesar de que no es mi tiempo de dormir, pero es... Exasperante. Buscar una salida a un matrimonio forzado con una hembra a la que detesto. Y realmente lo hago. La detesto incluso más que a Raith porque ella no tiene la culpa de ser humana. Y si fuera de los nuestros, quizás ya la habría desposado, si es que mantuviera la misma personalidad. La noto moverse y bostezar, pero no me quejo porque su corazón se va calmando y ya no tengo que preocuparme de que muera estando en el mismo lecho que yo. Me muevo, fingiendo que estoy dormido, solo para ver cómo reacciona y si está todo perdido entre nosotros, sea lo que sea que haya. Alargo el brazo y la rodeo, trayéndola hacia mi lo suficiente como para apoyarme en su cabeza y meter la cara en su cuello. Es cálida, pequeña y suave, como una descarga de energía, así que me acerco más. Experimento algo nuevo, algo que no he sentido hasta ahora y solo tiene una explicación.