— ¿Qué es esto? — Miro del otro lado de la ventanilla a Alex sentado frente a Sara — Alex.
— Es un acuerdo de confidencialidad Sara, nadie puede saber de ti y que ese hijo que esperas según es mío.
— Pero. Es tuyo. — Sus ojos se llenan de lágrimas y volteo a ver a mi abuela quien me regresa la mirada para después entrar.
— Eres débil, en nuestra familia no hay lugar para ellos. Ese hijo no es tuyo es de los Morgan por lo tanto no estarás desatendida. — Regina se cruza de brazos.
— Que sexi es mi mujer. — Escucho susurrar a mi abuelo.
Ambos nos miramos y fruncimos el ceño hablando al mismo tiempo.
— ¿Qué me vez? No nada. No me copies, no lo hago. — Nuestros labios se fruncen para comenzar a retarnos con la mirada mutuamente.
— ¿Qué es eso en tu dedo? — Mi abuelo toma mi mano y sonreí sin evitarlo luciendo ese anillo de rubí.
— Un anillo ¿no los conocías?
— Se lo que es mocosita. — Me pincha la nariz y río sin evitarlo — No me digas que... — Su mirada se dirige a Alex quien tiene su mirada seria en Sara.
— Me propuso matrimonio y vamos a hacer pasar que estoy embarazada ante la prensa e incluso la boda será lo más pronto posible. Después celebraremos otra aún más grande cuando el bebé nazca. — Sonreí.
— ¡¿QUÉ?! — Grita y los tres del otro lado de la ventana miran hacia nosotros. — ¡NO. MI NIÑA NO VA A HACER TAL COSA! — Grita y se dirige a la puerta mi abuela es más rápida y entra deteniendo su paso.
— Elijah, amor. — Ambos se miran y mi abuelo frunce el ceño.
— ¿Oíste eso? Esta mocosita quiere fingir el embarazo para que nadie sospeche ¿Sabes lo que es eso? — Entre abre los labios cuando ve que ella no habla. — ¿Lo sabías?
— En parte fue un poco mi idea, la otra fue de tu hijo.
— Parece que la primer paliza no le bastó. — Se arremanga su camisa con furia.
— Elijah — Regina lo corta y se lo lleva para después mirarme — Haz que Sara firme la custodia total para Alex sin que lo sepa.
Asiento y me trueno los dedos lista para entrar y aplicar mis diálogos. — Sin lastimarla Mayida.
— Le quitan lo divertido a la vida. — Bufo y abro la puerta.
— ¿Quién es ella? — Sara nos mira a ambos en busca de respuesta.
— Eso no importa, tienes que firmar Sara. ¿Qué puedes ofrecerle a un niño? Si vamos a la corte haremos un escándalo que saldremos ganando por como las cosas se dieron entre ustedes.
Mi voz sale más burlona de lo que debería haciéndola palidecer, sostiene la pluma con temblor y niega.
— Necesito el dinero — Susurra.