La central nos recibe a ambos, Christopher ha estado observando todo con el semblante serio sin embargo se queja cuando alguien lo quiere tocar o se acerca a mi.
Lo llevo en brazos hasta la sala de reuniones, tomo asiento con mi hijo quien simplemente se abraza más a mi haciendo leves sonidos pero entretenido con mi ropa.
— No es necesaria la campaña. — Mi abuelo comienza a hablar después de acariciar la cabeza de Christopher provocando que este se queje.
Me burlo en silencio y miro a mi abuelo en busca de una explicación. — ¿Por qué no puede hacer su campaña de ministro? No se supone que siempre se tiene que hacer.
— No pienso tomarlo como si fuera un jodido...
— Alex. — Lo corto.
— Cómo si fuera un regalo fácil. — Corrige.
— No es un un regalo de cumpleaños, es sucesión. Es fácil obtener el puesto cuando no tienes gente del consejo jodiendo al respecto. Además que hable con tu madre y desea que ya me retire.
— Uy. Regina quiere pasar tiempo de calidad con su esposo. — Subo y bajo mis cejas. Recibo un pequeño golpe en mi frente por parte de Elijah que me hace quejarme.
Christopher se gira a mirarlo y luego a mi. — ¡Mm! — Bajo la cabeza y mete su mano como puede bajo mi blusa mientras la otra se sostiene de mi ropa recargando su cabeza en mi pecho.
— Se te entregaran las medallas y con eso el nuevo problema tuyo. — desliza una carpeta que detengo para abrirla antes que Alex. — La pirámide — Frunzo el ceño. — No. Alex no puede hacer eso ahora quiero que pase más tiempo con nosotros.
— Mayida es su trabajo.— Me trata de explicar Elijah.
— Pero puede esperar un poco. Quiero que forme parte de la crianza de mi hijo, no voy a hacerlo sola. Él es su padre siempre hay tiempo para todo y con eso me refiero a que puede estar presente que tú estuvieras todo el tiempo trabajando mientras Regina cuidaba a sus hijos es muy diferente pues yo no voy a tolerar esas cosas. — Dejo que Alex tome la carpeta.