— ¿Dónde vamos? — Christopher se deja poner la chamarra.
— Iremos a Londres, tu padre y yo tenemos asuntos que atender y vamos a celebrar tu cumpleaños ahí junto a los James, Rogers y otros más. — Beso su frente.
— ¿Ya están listos? — Alex abre la puerta luciendo completamente delicioso.
Que Dios lo bendiga.
— No-o — Chris mueve su dedito en negación y señala mi vientre — Mi helmano tiene que vestirse.
— El se viste conmigo amor, usamos la misma ropa mientras esté en mi panza así como lo hiciste tú. — Pincho su estómago sacandole una risa.
— Entonces si mami se pone un vestido, mi helmano y yo fuimos niñas. — Se lleva las manos a la boca como si hubiera descubierto los secretos del mundo o incluso una atrocidad.
— Así es. Fuiste una niña preciosa. — Mi esposo lo molesta.
— ¡No. No! — Se queja — Yo siemple sele un niño, el niño de mami. — Baja de un salto de la cama para abrirle la puerta a Zeus.
— ¿Lo haz visto? Ya ha crecido tanto que pronto cumple dos años. — Mis lágrimas amenazan con salir — dos años mi amor, nuestro bebé ha crecido.
— Shh, no llores mi amor. — Limpia mis mejillas con delicadeza — Sabíamos que este día llegaría, pero no llores que le puede afectar al bebé. — Besa mis labios.
— Es que no puedo evitarlo, me siento tan sensible e incluso tengo ganas de asesinar a alguien. — Soñoso — Quiero ir al Mortal Cage para reventarle la cabeza a alguien mi amor. — No puedo evitarlo y comienzo a llorar nuevamente siendo abrazada por él.
Además te tener muchos antojos de carne, las ansias y mi paciencia se comen entre sí que siento como si callera en el abismo de la locura. No pensé que sería difícil controlarme pero ahora mismo siento como si fuera a estallar un fuego que arrasará con todo.
— ¡Mami, papi, el avión nos va a dejar aquí debemos correr! — Nuestro hijo viene corriendo junto a Zeus, nos toma de la mano a ambos para comenzar a jalarnos hacia la puerta.
— Tranquilo lobito, el Jet no se va a ir sin nosotros. Para eso le pagamos. — Me río junto a Alex.
— Exacto, ten más cuidado también recuerda que tu hermano está dentro de la panza de mamá.
— Mi helmano — Se detiene en seco — No selemos plebeyos ¿veldad? — Me mira con confusión.
— Que te preocupa mi amor — Caminamos escaleras abajo.
— Es que... — Juega con sus dedos de forma tímida.
— Christopher — Alex alza una ceja provocando el sonrojo en el rostro de nuestro hijo.
— ¿Podlá sel mi silviente?
— ¿Eh? — Lo miro asombrada.
Marie estaba completamente pálida, estaba mirando fijamente a los Morgan temblando como si fuera gelatina.
— Marie Lancaster — Mayida se acercó con elegancia intimidante ante la mirada de los sirvientes.
— Señora Morgan.
— ¿Por qué traes mi vestido y joyas puesto, qué es esta osadía? — La toma del cuello ante la mirada de todos.
Christopher miraba a su madre maravillado mientras Alex observaba todo con diversión y burla. Siempre le había dado mala espina esa mujer.
— Yo... señora Morgan yo.
— ¡Miranda! — El grito de Mayida asusto a todos los sirvientes.
— Señora Morgan — Miranda hace una reverencia.
— Trae el soplete. — Ordena.
— ¿Soplete? Señora Morgan por favor, perdóneme. — Marie calló de rodillas. — No volverá a sudecer lo juro.
— ¿Mami? — Gema aparece en la puerta, su ceño se frunce al ver a su madre de rodillas que se acerca. — ¿Qué hacen ellos en nuestra casa?
— ¿Su casa? — La voz de Christopher intervino haciendo que todos le prestaran atención. — Tú estás en mi casa mocosa.
— Tú debes ser Christopher. Vamos a jugar juntos. — Se acerca tomándolo de la mano.
— Mayida — Alex se acerca dejando a su hijo encargarse de Gema — ¿Qué harás con ese soplete?
— ¿No es obvió? Voy a quemar mi ropa.
— ¡Sueltame! — La voz de Christopher los hizo voltear. — Tengo prohibido juntarme con pobres y hablarle a los sirvientes así como tú.
— ¡TIENES QUE HACERME CASO, MAMI ME DIJO QUE SERE TU ESPOSA Y DUEÑA DE TODO! — Grita Gema.
Los gritos de Maria llenaron de terror a todos, Mayida había comenzando a quemar con el soplete a Marie junto la ropa. La mujer ardía ante la mirada de todos.
— ¡Mami! — Gema intento acercarse entre llanto siendo detenida por Miranda quien la miraba apenada.
Marie calló al suelo con quemaduras graves, los sirvientes le tiraron agua encima para que se apagara. — Niña. — Mayida se acerca a Gema tomándola de las mejillas — Que esto te sirva como una lección. No comas más de lo que puedas masticar.
— Esto pasó por ser bueno con los sirvientes. — Masculla Alex — De ahora en adelante todo aquel que cometa un error terminará muerto.
— Gema será mejor que empieces a trabajar si quieres estudiar así sea en una escuela pública. — Añade Mayida — Que tu madre sea una lección. Naciste como sirvienta, morirás como tal que no pase por tu cabeza intentar ser como nosotros. El poder no se obtiene, se nace con él. — Palmeo su cabeza con una sonrisa para hacerle una seña a Christopher — Hijo. Entremos hay que preparar todo para tu cumpleaños.
— Miranda. Llama a una ambulancia, que se lleven a Marie y en cuanto pueda caminar que regrese a su trabajo. — Ordena Alex llendo tras su esposa.
— ¿No fuiste muy dura con ella? — Chris mira fijamente a su madre. — Mami y si ella no es culpable ¿seremos nosotros los malos?
— Escúchame Christopher. Nunca defiendas a alguien que no es de tu familia. — Mayida se pone a su altura. — Tú lealtad siempre debe estar con nosotros. Los Morgan debemos demostrar y ser superiores a los demás.
— ¿Entonces que pasa si la gente me dice que no les gustan mis actos?
— Somos lo que somos hijo, no debes buscar complacer a alguien más que a ti mismo, nosotros somos egoístas por naturaleza e incluso salvajes. Primero tú y luego el mundo ese es el lema familiar.
— Entoces yo seré un líder — Sus ojos grises brillan.
— El liderazgo lo llevas en la sangre. Nunca tengas piedad asi te vean con termo y quieras dejarlos ir. Siempre querran cobrar venganza cuando los dejes libres. — Alex deposita un beso en su frente.
— Sin embargo. — Mayida acaricia su mejilla — Un buen gobernante y guerrero sabe cuando retirarse. Si quieres la victoria solo tu rostro bonito no basta. Debes ser inteligente y astuto, usa la cabeza.