Maldito Niño -Omegaverse-

Seis

—[ Conociéndote]—
Capítulo VI: Me buscas (Tercera y última parte)

Narrador omnisciente:

No conocía a una persona que se llevara tan bien como se llevaba con el.

Luzu, ahora su nuevo amigo del alma, habían hablado de más y habían escrito una amistad hermosa, los dos eran polos opuestos, totalmente apuestos.

Luzu era como la luna; Frío, tranquilo, casi no hablaba y solo asentía y de vez en cuando hablaba.

Y Quackity como el sol; Energético, siempre feliz, activo, el que mantiene la conversación, muy inquieto.

Los dos se llevaban muy bien incluso tenían sus propios apodos apesar de haberse conocido en tan poco tiempo.

Lusu y Quacks.

Los chicos ya se habían ido del aquel hotel y como luzu trabajaba de mañana tuvo que ir al trabajo y como escurridizo Quackity se le unió, todos miraran las alas amarillas del chico ya que eran brillosas y lindas, era una de los pocos Híbridos pato, ya que en el mundo los Hídridos patos ya estaban por exintingirse

Ahora estaban en él escritorios de luzu viendo unos papeles y cartas, evidencia del crimen y informes, algunas llamadas 6 grabadoras que no daban a nada.

Quackity estaba callado más que todo pensativo y asustado, el era un asesino en serie y tenía un amigo policía, ¿que clase de persona era?

Lo que más le preocupo fue cuando vio su caso sobre la mesa, los cuerpos de semanas antes, en total 11 cuerpos contando a todos los que murieron.

– ¿Ese caso de quien es? – Preguntó tratando de sonar lo más tranquilo posible

– Uno que me tiene con la cabeza vuelta un lío, Este chico hace cosas horribles es un tipo de sicario, pues lo único en común con estos tipos esque todos le deben a la mafia. – El chico se acercó  a el y vio los papeles

– ¿Y porque no matan a la mafia? – Lo miro y éste le miro de igual forma haciendo que las miradas se cruzaran.

– Porque si matamos a la mafia más vienen, y si los matamos a ellos los socios mafiosos de otros países vendrán, formando una guerra, cosa que tenemos prohibido. – Él chico respondió con un " Ahh " y se sentó denuevo en su silla

– Yo quisiera ayudar pero realmente no entiendo nada de eso, soy alguien mucho más tranquilo y nada de problemas que involucren muertes, solo sangre – Mentira, como mentía.

– ¿Te metes en muchas peleas? – Habló viendo con los lentes puestos, solo que estos caían.

– Me metía, ya no lo hago, soy una persona un poco más pacífica en ese sentido – Habló alegre

– ¿Un poco? – Interrogó

– Sip, ya no soy tan desastroso – Mentira.

– Ya veo...–

– ¿Y tu? ¿Que hacías cuando eras más joven? – Habló inclinándose en la silla.

– Puess, era sociólogo –

– Pffff, ¿Enserió?  Esa gente no gana nada. –