Nueve

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— [ Frustrate ]—
Capítulo IX: Empiezo a creer en la verdad (Tercera y última parte)

Narrador omnisciente:

Desde Pequeño su infancia siempre fue la misma.

Tenía que fingir algo que no era, alquien que no quería, alguien que no soportaba.

Samuel más conocido como vegetta era la típica persona que no le gustaba ver cosas desordenadas o movidas de mal manera, trataba todo con delicatez y era un omega un tanto bravo, era raro para el estar tan liberal en un trabajo.

Recordaba su infancia, pues le obligaron a recordarla, el era el niño de papi y mami afuera de las cámaras, pero dentro de casa todo eramun completo caos, sus padres mejor dicho, eran el gran caos, Su madre, diseñadora de modas, conocida por todas las revistas, era enrealidad una alcohólica y drogadicta, peleaba y se veía con diferentes hombres cada noche, no le importaba estar relacionada con su padre, ella se iría con otro, por suerte,  su padre nunca supo de esto.

Oh, pero como idioba  a su padre, padre, el era el peor de los dos, era un hombre que obviamente no se dejaba, un tipo serio de grandes riquezas, tenía una empresa de relojes y celulares y eso lo hacía extremadamente rico, pero el era un infiel al igual que su madre, totalmente, ya que el cogia con todas las sirvientas del lugar, no le importaba el ruido, ni donde, ni cuando lo hacían, solo lo hacían cuando su madre estaba fuera, osea, todo el maldito tiempo.

Sus niñeras tampoco eran lo mejor, tenía un trato terrible hacía el, lo humillaban y lo trataban mal, era horrible soportar eso, de todas formas no le importaba y seguia  con su vida, ya se había acostumbrado perfectamente y ahora ya no se entristecia por eso.

(...)

Narra Vegetta:

Desperté como me era de costumbre, las sirvientas fueron rápidamente a atenderme y a ayudarme para empezar mi día, hace unos años me había largado de mi casa y eso era lo que más me dio paz, aunque mi padre de vez en cuando me venía a ver junto a mi madre, pero no podía negar ni decir nada, era obligatorio.

Me levante, Me vestí y comi, tendría que ir a la comisaría más temprano de lo normal, al parecer había que revisar las grabaciones. Aparte de que luzu las halla revisado el se fue temprano con Alexis, creo que tenían asuntos pendientes, pero eso no le importaba mucho la verdad, me fui rápidamente a la comisaría y vi las grabaciones, ese chico, el peliblanco le había llamado la atención, no sabía porque pero le había encantado su forma de ser, luego le preguntaría a quackity sobre el, un hombro se Poso en mi, era Alexby...Uno de los chicos que atendía las llamadas, fue el que atendió a Alexis y le ayudo, ah, y la mujer, esa mujer no se podía olvidar, era un completo estorbo, siquiera decía su nombre, al parecer estaba traumada por el momento y no quería decir nada, realmente eso no me importaba, si era necesario le leería las cartas para saber que fue lo que vio, si tenía pistas era más que necesaria.

Estaba tan sumiso en mis pensamientos que solo pude reaccionar cuando Alexby, me había dado un buen golpe en la cara, lo miré mal y estaba dispuesto a reñagarle pero el me calló

– ¿Porque estas tan así? – Habló sacándome confusión, el solo busco entre bolsillos y me dio una paleta de cereza, para preguntarme otra vez – ¿Y bien? –

– Nada, solo mucho trabajo, la esposa, no quiere decir nada, y los niños no quieren hablar hasta ver a su papi, el cuale está muerto, alexis fue el unico  que ayudó. – Me levante de mi escritorio sentándome levemente en este.

Maldito Niño -Omegaverse-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora