❤️‍🔥CAPITULO 9❤️‍🔥

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Me abrazo a mí misma, sintiendo cómo el frío penetra en mi piel y la oscuridad me envuelve. Mi corazón late con fuerza en mi pecho. La puerta se abre y las luces se encienden. Cierro los ojos, tratando de aliviar el dolor de acostumbrarme a la luz.

-Conejito- Damon Mascherano se coloca frente a mí, con la camisa de vestir abierta y las mangas remangadas. Su actitud es despreocupada.

-¿Vas a hablar?-pregunta, pero yo niego, pegándome aún más a la pared. No disimula su sorpresa al verme. Mi cuerpo está a su alcance, pero no me ha vuelto a tocar desde el día en que me abofeteó.

-Tú querido primo ha muerto-dice con gracia, pero trago el amargo sabor en mi boca y niego.

-De pie- ordena, pero no me muevo. Una sonrisa juguetona aparece en sus labios.

-No me obligues a comenzar esto, porque no te va a gustar- advierte mientras se da la vuelta para salir de la habitación, dejando la puerta abierta. Lo sigo con lentitud. Estoy en una casa inmensa, pero no hay empleados, solo sus matones, que por lo que he visto, son numerosos.

-¿Qué quieres de mí, Damon?-me detengo, y él se gira lentamente. Estamos solos; todos sus hombres están afuera. Solo se escucha mi agitada respiración.

-Todo, Regina-habla despacio, camina hacia mí y toma un mechón de mi pelo, ese que tanto me gusta, que llega hasta debajo de mis glúteos.

-Lo tendré que cortar-asegura. Trato de retroceder, pero él me sujeta del cuello, azotándome contra la pared más cercana. Siento que el aire se me escapa.

-No acepto un no, Coniglietta- sus pupilas se dilatan, su mano tiembla y me suelta.

-Puedes moverte por la casa, pero no podrás salir de aquí, y si pones un pie fuera de estas cuatro paredes, mis hombres tienen permiso para hacerte daño- se va, dejándome con la cordura pendiendo de un hilo.

Rachel James

Mis piernas flaquean, mis manos sueltan el teléfono. Christopher me mira sin entender, y mis ojos se llenan de lágrimas. Camina hacia mí y me sujeta de la quijada para que lo mire.

-Rachel, joder, habla- pide alterado. Las palabras no salen de mi boca, niego con lentitud. Toma el móvil para hablar con mi hermana, y puedo ver cómo cada músculo de su cuerpo se tensa.

-Damon Mascherano-murmura lentamente. Siento que me acaban de arrancar el corazón, y me empieza a faltar el aire.

-Christopher-lo llamo en un susurro casi indescriptible, pero él logra escucharme y me voltea a ver.

-Nena- puedo ver miedo en sus ojos. Mi labio inferior tiembla, pero me niego a caer. Me limpio las lágrimas y le dedico un asentimiento. Antes de que hable, la puerta se abre, y mi hijo, que luce estresado, entra.

-Las centrales de Italia, Alemania, Estados Unidos y Japón fueron tomadas por Damon Mascherano- dice en serio. Christopher aprieta mi mano ligeramente.

-Regina fue secuestrada, Owen- las palabras queman mi garganta. Sus ojos se abren de sorpresa y niega, dando un paso hacia atrás.

-¿Cómo?- dice con un hilo de voz. Miro a mi esposo, esperando apoyo.

-Fue a la Bratava, Vlast la llevó a unas peleas clandestinas, y fueron emboscados por los hombres de los Mascherano-resume. Él se da la vuelta sin decir más, y nosotros tomamos nuestros teléfonos para comenzar la búsqueda.

Una semana después

Regina Morgan, esa mujer, no sale de mi mente, y no ayuda verla huir cada vez que me ve. Mi teléfono comienza a sonar, sacándome de mi trance.

-esperó que no le estés haciendo nada- escucho a mi hermano hablar. Ruedo los ojos. Él y yo crecimos de manera muy diferente; mientras él se unió a la FEMF y logró tener una vida mejor, yo fui tomado por los mayores enemigos de mi padre, carroñeros que querían vengarse de alguna forma de los Mascherano.

-No te preocupes, ella está bien, aunque un poco traumatizada. Pero está bien- confieso. Nuestra conversación queda en pausa cuando un llanto de bebé me paraliza.

-Ya nació-murmuro, escuchando una risa de su parte. Mi corazón se acelera.

-Dentro de unos días vamos a presentarlo. Cuando mi mujer se recupere, estaremos ahí.Por ahora, deja en paz a Regina; ella no te ha hecho nada. Y recuerda que amabas a Rachel. Hazlo por ella, Damon- cuelga antes de que pueda decir una palabra. Levanto la mirada al sentir unos ojos sobre mí.

-No te quería interrumpir, pero quería ver si me dejas tocar el piano- murmura con la cabeza baja. Sabe que está entre la espada y la pared. No es estúpida; de hecho, es muy inteligente. No hace nada impulsivamente y analiza cada detalle antes de actuar. Esos hermosos ojos se conectan con los míos, causando un agujero en mi estómago.

-Anda-hablo después de unos segundos de silencio. Ella sonríe con autenticidad y ladea la cabeza. Siento como si pudiera ver a través de mi alma, como si cada humillación, tortura o dolor fuera visible para ella. Regina Morgan es un enigma, uno que estoy dispuesto a descifrar.

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