❤️‍🔥CAPITULO 24❤️‍🔥

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Sus ojos están llenos de vida, y su sonrisa nunca se borra, se la pasa cantando y bailando, da vueltas como loca en el jardín danzando entre las flores; el sol le pega en la cara haciéndola ver como una diosa. Siento una pulsada en el corazón.

- Ehta, ven -me llama Damon. Aparto la mirada de la mujer, y la inquietud aparece; no me quiero alejar de ella. Llegamos a su oficina. Él toma asiento. Luce serio, pero esa pizca de felicidad no se borra. Podrá no expresarlo como la Barbie, pero yo lo conozco.

- Todo el puto mundo está detrás de mi mujer. Mi cabeza tiene precio -luce preocupado. Yo me mantengo quieto, esperando a que siga.

- Quiero que los cuides. Si ves que mi imperio está a punto de colapsar, te la llevas al rincón más alejado del mundo. La vas a proteger, ¿queda claro? -doy un leve asentimiento. No tendría que pedírmelo; mi lealtad está con Damon, pero siempre me voy a inclinar ante esa mujer.

- No está preparada para ver la crueldad del mundo, y no quiero que lo esté. Quiero que viva en una burbuja color rosa -confiesa, poniéndose de pie para tomar una botella del bar.

- Ella no es débil -las palabras salen sin pensar. Él me mira con una ceja alzada, sirve en un vaso para darme del licor.

- Lo sé, Ehta. Ella puede llegar a ser un ser despiadado, incluso más que yo o toda su familia junta, pero no sería mi conejito- cuando iba a hablar, la puerta es abierta.

La vi entrar con su vestido blanco, radiante como un ángel, y esa corona de flores que ella misma había hecho. Con esa pequeña panza que apenas se asomaba. Para mí, era más que hermosa, era la personificación misma de la luz y la bondad. Sentía una necesidad ardiente de protegerla, de asegurarme de que nada pudiera dañarla a ella ni a su bebé.

- Tengo ganas de helado- confiesa con un toque divertido. Damon niega con una pequeña sonrisa, sus ojos no miran otra cosa que no sea a ella.

- No, conejito, estás comiendo mucho dulce -se trata de hacer el fuerte, pero él sabe que es inútil, más cuando la mujer toca su vientre con una delicadeza que me deja hipnotizado.

- Bebé quiere helado -sus mejillas tienen un rubor natural, y sus labios están adornados con un puchero que me hace formar una sonrisa inconsciente.

- ¿Y bebé no quieres mejor una zanahoria? -bromea Damon, causando el asco en su mujer, y cuando cortan la distancia entre ellos, me salgo de la habitación. Son capaces de follar conmigo ahí dentro.

Tomo las llaves del auto para ir por el helado. El supermercado más cerca está a unos cuarenta minutos de la cabaña, suficiente para que cuando regrese no los encuentre en una situación comprometedora.

Cuando llego, me tomo mi tiempo de ir por cada pasillo. La gente me mira con curiosidad o asco; cada mirada la paso por alto. Ya tengo a alguien a quien le gusta cómo me veo. Tomo litros de helados, saco la lista de los antojos que ha tenido últimamente y los pongo en el carro. Tomo un libro de cocina; ahora que está embarazada, ni loco la dejo que cocine. Llevo todo lo necesario para cocinar lo que siento que se le antojaría. Mis ojos caen sobre un mameluco de un café claro. Lo agarro con cuidado, como si se fuera a romper. No sé cuánto tiempo me quedé con la prenda en la mano, pero lo suficiente para que un puñado de gente se quedara con los ojos puestos en mí.

Cuando llego a la cabaña, ya están en la sala. Regina tiene su cabeza en las piernas de Damon, no hablan. Él acaricia su pelo con tanta calma que me hace sonreír.

- Te traje tu helado -hablo fuerte para llamar su atención. La Morgan se pone de pie al instante y corre hacia mí.

- Eres el mejor -dice dando saltitos de alegría, esperando a que saque el frasco. Pero su atención cae sobre la ropa de bebé que está en otra bolsa.

-No sé si es niño o niña, así que compré un color neutro- murmuro apenado. Sus ojos se llenan de lágrimas. Damon se apresura a llegar hacia nosotros y nos mira sin entender. La mujer toma el mameluco y sonríe.

- Estoy embarazada -los dos la miramos queriendo entender. Ella sonríe y llora cada vez más. El italiano me mira, esperando una explicación. Yo me encojo de hombros.

- Gracias, Ehta -me abraza con tanta fuerza que me hace corresponder. Damon empieza a sacar la comida, dándonos espacio.

- Si es niño, quiero que tenga tu nombre -confiesa, terminando por cruzar algo que pensé que ni tenía. Le limpio las lágrimas y le doy un beso en su frente.

- Gracias, Barbie -ella me dedica otra sonrisa y se da la vuelta. Su felicidad es reemplazada por enojo cuando ve al padre de su bebé comiéndose su helado.

- ¿Qué te pasa, Damon? Es mío- lo toma del cuello con una mano para quitarle el helado con la otra. El hombre no borra su sonrisa juguetona.

-Vamos, conejito, dame un poco- le suplica. Ella suelta un sonido de negación.

- Es mío, no lo toques -advierte, apuntándole con la cuchara.

Damon le tiene una sorpresa a Regina: una pequeña ceremonia donde se van a casar. Tengo un mal presentimiento que se hace más grande cuando el italiano me llama en la madrugada. Lo encuentro afuera fumando. Luce tranquilo.

- Los Romanov nunca nos dejarán en paz, mucho menos los Morgan- murmura, soltando un suspiro. Yo solo me siento a su lado y guardo silencio.

- Hubo un momento en mi vida donde me imaginé como un soldado de la FEMF -confiesa, viendo la luna. Mi pierna se mueve nerviosa.

- Estoy en medio de una guerra, Ehta. Mi hijo está en peligro -lo cortó , pues se a dónde va a llegar. Me pongo de pie abruptamente.

- No seas idiota, Damon. Si mueres, tu familia estará en peligro -hablo con desespero. Él suelta un bufido.

- Es la única opción. Moriré a manos de esos hijos de puta. Tú tomarás a Regina y te la llevarás lejos -niego, sé que hay otra salida. Él saca su móvil y me enseña un video donde los primos James son protagonistas.

Lo reproduzco una y otra vez. Le están poniendo precio a su cabeza. Está fichada por la Bratva y boletinada por la FEMF. Su propia sangre la acusa de traición.

- Ella no podrá con eso. No resistirá que su familia le apuñale por la espalda -se masajea la frente. Respiro hondo. Mis rodillas tocan el suelo con fuerza, y mis ojos ven el suelo.

- Te lo prometo, Regina y el bebé estarán a salvo. Los cuidaré con mi vida -pongo mi mano en mi corazón. Él se pone de pie y extiende su brazo.

- Vamos, hermano, de pie -pide. Yo obedezco.

- Mañana será la boda y en la noche mi cabeza estará colgada en las puertas de la central de Londres -no puedo hablar. Él lo entiende, y su mano cae sobre mi hombro.

- Buenas noches -se va con una sonrisa, y yo bajo la cabeza.

Nunca le he podido agradecer por todo lo que hizo por mí. Sé que estamos entre la espada y la pared. La alianza que tienen los James Romanov es poderosa. Nos mataron a más del 50% de nuestra gente. Yo sabía que Damon se estaba despidiendo durante estos meses, y me pesa no poder morir a su lado. Juro protegerlos, no importa si eso me cuesta la vida.

❤️‍🔥SEDUCTORA TRAICIÓN❤️‍🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora