Un Amor Lleno De Cicatrices || Genzo Wakabayashi & Tú.

Capítulo II

Selección Juvenil de Japón

Nuestros amigos estuvieron la mayor parte de la tarde con nosotros, jugamos y reímos recordando todas las cosas que hicimos en primaria, en especial el último año.

Amaba estar de esta forma con todos quiénes realmente me apreciaban, estar en España era genial, pero regresar a casa era perfecto, amaba mi país.

Al día siguiente todo fue normal, estudié con Tsubasa su portugués y tal vez le enseñe algo de francés, ya que iríamos a Francia si nuestras lesiones mejoraban. Más tarde deje a mi amigo en su habitación ya que estaba cansado e iba a dormir un rato, baje con su mamá a la cocina y la ayude con la comida, ya que estaba un poco apresurada, debía ir a recoger a su esposo.

Dejo todo preparado, lo único que debía hacer por ahora era poner la mesa y tener todo listo para cenar en cuanto llegaran. Justo cuando coloque el último vaso escuché cerrarse la puerta, era imposible que la señora Ozora haya llegado tan rápido, así que salí de la cocina y vi quien había entrado.

—¿Sanae?— cuestione al verla parada en la puerta.

—Hola, _____—.

—¿Vienes a ver a Tsubasa?—

—Si—.

—Amiga, conozco tus sentimientos por él— le advertí mirándola—. Lo sé desde el sexto año— reí.

—¿Crees que él lo sepa?—

—Es un chico, claro que no tiene idea—.

—Tal vez tengas razón— me miro por primera vez desde que entró a casa—. Y tú, ¿estás bien?—

—Estoy bien—.

—Me alegra que ya no te afecte tanto lo que paso—.

—Tranquila, aún no superó al cien por ciento esa mentira— sonreí—. Mejor ve con Tsubasa, terminaré de poner la mesa—.

—Gracias, _____—.

Finalizó para subir a la habitación de mi amigo, al perderla de vista suspiré y me adentré de nuevo a la cocina para tomar lo último que me faltaba poner. Jamás creí que sufriría por un amor que creí correspondido a mis 16 años.

Estaba por tomar asiento en el comedor cuando sentí vibrar mi móvil, revisé la pantalla y vi que era una llamada de Ishisaki.

—Hola— saludé alegremente.

—¿Estás con Tsubasa?—

—Justo ahora no, ¿por qué?—

—Queremos contarles algo, ¿puedes ir con él?—

—No creó que sea buena idea— rasque mi nuca—, puedes llamarlo aún si incluso hablas conmigo, ¿por qué no lo intentas?—

—Bien, lo haré—.

Estuvimos esperando escasos segundos para que Tsubasa nos contestará.

—Hola, Ishisaki— saludo a nuestro amigo.

—¡Ganamos Tsubasa, _____! 3 a 1 contra los de la preparatoria. El equipo juvenil de Japón ganó su primer juego—.

—Así es querido Tsubasa y querida _____— hablo Kisugi—. Le ganamos a la preparatoria Mihara—.

—El equipo de Mihara es muy fuerte. ¡Felicidades!— espetó Tsubasa.

—Si, he oído que son de los mejores equipos a nivel preparatoria, me alegro mucho por ustedes— espeté.

—Le ganaron a un equipo de bachillerato— musitó mi amigo a Sanae.

—¡Que buena noticia!—

—Oye— lo llamo Ishisaki—, ¿hay alguien contigo?—.