No Nut November [Trustin/ Noco/ DunHar]

Día 9

—¿Saldrías conmigo si fuese una chica? —Harold preguntó de la nada sin despegar su vista del celular. La verdad tenía preguntas más importantes, como el porque si se suponía que solo tenían sexo y ya, Duncan insistía en ir a visitarlo como si nada.

Se lo preguntó un par de veces, pero siempre le daba una respuesta tonta y dejaban de lado el tema.

Aún así, no se quejaba.

—¿Salir como? —Por su parte, Duncan simplemente jugueteaba con la navaja suiza que siempre llevaba con él.— ¿Así como, algo serio? ¿Novios?

—Pues si, dijiste que lo nuestro era para follar y ya, y eso está bien, solo me causa curiosidad. —Tenian esa tonta dinámica dónde ambos afirmaban que no era gay si solo era para experimentar un poco, aún si a ese punto ya era casi rutina estar juntos.

La falsa ilusión de que ser heterocurioso era una opción real y no una forma de negar la homosexualidad propia.

—Serias una sabelotodo insoportable como Courtney, seguramente... Pero más bonita, algo rarita... —Se quedó pensando un rato como se vería, básicamente era Harold y ya al final del día, sin ese triste manojo de vello facial y quizá el cabello más largo.

Pero era lo mismo, al final del día.

—¿Crees que sería más bonita que Courtney? — Dejó el teléfono de lado, elevando una ceja, bastante sorprendido al respecto de aquella afirmación. No es que odiara su apariencia, pero estaba seguro de nunca haber sido alguien realmente atractivo, ni como hombre o mujer.

—Lo eres de por si... Es decir, tengo algo con las pelirrojas.—Se corrigió rapidamente, dejando de lado el arma para juguetear con el rojizo cabello de Harold. — Ya te habría hecho mi esposa a este punto.— Bromeó solo para hacer creer que las otras palabras iban menos en serio.

Soltó una carcajada cuando lo empujaron y no lograron moverlo un solo centimetro.

—Eso es bastante gay de tu parte, Duncan. —Terminó por dedicarle toda su atención, mirándolo unos segundos antes de besarlo, en un contacto particularmente suave a diferencia de lo salvajes que solían ser en cada una de esas interacciones.

—Y eso bastante gay de la tuya... —Murmuró contra sus labios antes de volver a lo mismo.

Incluso se llegaron a despreciar un poco al momento de que ambos terminaron acurrucados sobre aquel sofá, con un ambiente tan tranquilo como disfrutable, con la cabeza de Harold sobre el pecho de Duncan, mientras jugueteaban con su cabello en un gesto que últimamente, el hombre no parecía poder dejar.

Era un momento disfrutable, pero claro, definitivamente no se sentía como algo meramente sexual, incluso cuando hasta hace no mucho, Duncan se encontraba quejándose de aquel desafío.

El seguir conviviendo sin el sexo de por medio los estaba forzando a conectarse con sentimientos que no querían tener.

Aún así, ninguno comentó nada al respecto, tanto por bochorno como por la posibilidad de que el otro terminará separandose por eso mismo.

—Si tú fueras una chica no saldría contigo. —Terminó por ser Harold quien interrumpió el silencio, buscando no tocar la particular posición en la que estaban.— Serías muy fea, que bueno que eres hombre.

—Tienes envidia de que mis tetas serían más grandes que las tuyas.

—Pero al menos sería más bonita.

Discutían cosas sin importancia a ese punto, de forma abismalmente contrastante a como llegaron a pelear en sus momentos de adolescencia. Habían pasado años, y aunque creían haber madurado, realmente seguían excusando sus sentimientos con las cosas más tontas.

Parecía que la abstinencia ya no sería su único problema.