Día 13

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—¿Y que necesitas?— Harold se encontraba jugando en la consola portátil, escuchando por celular la voz de Duncan. Nunca fue de llamadas en general, y no entendía en que momento su relación pasó a tenerlas, sin embargo, de algún modo le entretenía.— Porque dijiste que me llamarías para contarme algo y no has dicho nada...

—Ah, ya se me olvidó, ¿Que importa? ¿Me vas a cortar? —Habló con una voz exageradamente irritante, sacándole un pesado suspiro a Harold, no le dejaban concentrarse del todo.

—Quizá lo haga.

—No lo harás, admite que extrañabas escucharme. —Siguió molestado, a la vez que el pelirrojo dejaba de lado el juego para simplemente acomodarse sobre su cama, dejando sus gafas a un lado y cerrando los ojos, dejándose llevar por el momento de relativa tranquilidad.

En el sentido físico, al menos.

—Me gustarías más si no hablaras y solo ladraras y gruñeras como cuando follamos, animal. —Se dió unos segundos antes de seguir hablando, sabiendo perfectamente que Duncan era capaz de hacer aquello para molestarlo.— Olvídalo, sigue hablando como humano por ahora, no quiero escucharte aullando o algo.

—¿A la princesa no le gustan los perros? Oww... —Por su parte, Duncan se encontraba a un lado de su ventana, fumando mientras mataba el tiempo simplemente escuchando las tonterías de Harold y burlándose de él.— Pero bien que te gusta cuando te follo.

—Eh, es bueno, pero no es para tanto... —Le restó importancia, negándose totalmente a alimentar el ego del hombre, por más que era obvio lo mucho que le gustaba.— Te tenía más fé luego del dramita que se montaron en el programa todos ustedes...

—¿Celoso?

—Pfft, ¿De qué? ¿De haber logrado que dos mujeres se dieran cuenta de que son lesbianas? —No pudo evitar soltar una carcajada al sacarle eso en cara. De todos modos, terminó por apiadarse y cambiar el tema. — Mis amigos asumieron que ya estabas en la cárcel, nadie te tiene esperanzas, viejo.

—Dime que pensaron que maté a alguien, por favor.

—Eh, no, nadie asumió nada tan interesante...— Se quedó en silencio unos segundos. Queria sacarse una duda algo obvia del pecho, aunque era bastante comprometedor.— ¿Me llamaste porque me echabas de menos?

—Es gracioso que siendo tan listo recién te des cuenta, que perdedor. —A pesar del último insultó que uso de a modo de contrarrestar la dulzura del asunto, la voz de Duncan sonaba particularmente agradable.— Es divertido pasar tiempo contigo, aunque estés de mojigato este mes.

—Tambien me gusta pasar tiempo contigo, aunque seas insoportable y seguramente estarías molestando aquí también. —Admitió, aprovechando que al estar tan lejos el uno del otro, no podrían verlo a él y su rostro de vergüenza.— Seguramente estarías intentando que te dejara ponerla.

—No lo intentaría, se que ya básicamente no aguantas. —Era mentira, le frustraba lo bien que Harold parecía llevarlo.— Extrañas tanto sentirme, admitelo.

—Aunque lo hiciera, estoy jodidamente cansado. —Bostezó, ya era tarde, si era honesto, se hubiera dormido hace un rato de no ser por Duncan, los estudios se lo estaban comiendo vivo.— No tengo ganas de moverme.

—¿Y eso que? Siempre soy el que hace todo el trabajo.

—Jodete. —No tenía ganas de argumentar contra eso, en parte, porque tenía razón de que Duncan solía ser mucho más enérgico en todo ello, y él era más de actuar e incitarlo verbalmente en el proceso.— Vete a dormir, es tarde...

—Me voy cuando quiera, idiota.

—Te puedo simplemente cortar.

—Hazlo, te espero.

Pasaron mínimamente media hora peleando así y perdiendo el tiempo, en una versión retorcida de las parejas que normalmente se peleaban por ver quién cortaba la llamada.

Después de todo, simplemente parecían una extraña clase de pareja, al final del día.

No Nut November [Trustin/ Noco/ DunHar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora