William.
Tragué una gran cantidad de saliva e hice mi mejor esfuerzo para sonar seguro...
- No creo que sea profesional de su parte lo que está haciendo señorita. - alejé mi silla un poco de ella.
Era difícil admitirlo pero estaba a punto de darme por vencido, sin embargo mi última pizca de orgullo era la que me mantenía de pie.- Tiene razón, le ruego me disculpé - Estaba siguiendo ahora el mismo método que yo.
Volvió a sentarse y comenzó a acomodar los papeles que ya había firmado.- ¡Toc, toc! ¿Sé puede? - el mal nacido de Mathew entró a la oficina y con una asquerosa sonrisa miró a Danielle, después a mi y su expresión cambió a una burlona.
- Siento interrumpir preciosa, pero necesito que firmes estos documentos para estar en paz. - se dirigió a dónde se encontraba ella y con mucha confianza rodeo la silla de Danielle con sus brazos, mientra ella le firmaba los dichosos papeles.La miraba de una manera impropia, como solo yo tenía permitido verla, esto me estaba carcomiendo vivo.
Estaba a punto de intervenir cuando mi martirio acabó. Danielle le entregó los papeles y el se alejó, no sin antes darle un beso en la cien.¡Bastardo!
Una vez que se fue me atreví a decirle con un involuntario tono molesto:
– No pudiste estar tanto tiempo lejos de el, y lo veniste a seguír aquí.Sé quedó en silencio y sólo me vió de forma incrédula.
– ¿Lo dices en serio? - su expresión estaba cambiando, sé estaba molestando.
- ¿Es tu novio? - ignoré su pregunta. Ya estaba cansado de preguntas, necesitaba respuestas.
- No creo que sea profesional de su parte lo que está haciendo señor Beckett. - me volteó la situación y me acabó por golpear con mis propias palabras.
Estaba enojada, ya conocía sus expresiones. Se levantó y me volvió a decir. - Eso es todo por mi parte, si tiene otro punto o duda por favor dirigase con el señor Durand. - abrió la puerta de la sala. - por cierto... - volvió a decir. - Él lo invita mañana a una carrera de caballos en su hipódromo con motivo del aniversario de la empresa. - sus palabras estaban cargadas de frialdad e indiferencia y a estas instancias ya ni me volteaba a ver.
Tomé mi maletín y di pasos agigantados hacía ella.
Tomé su barbilla e hice que me mirará.
Sus ojos estaban sorprendidos por lo que estaba haciendo y a mi me estaba volviendo loco volver a tocarla.- Gracias por la invitación, estaré encantado de asistir. - me acerqué poco a poco a ella hasta que la punta de nuestra nariz casi rozaba. Nuestros labios estaban ansiosos por volver a tocarse y ella me lo confirmó cuando cerró sus ojos.
Su boca me llamaba pero volví en si antes de arruinar mis planes y sólo pasé a un lado de ella, dejándola ahí, recargada en la puerta cargada de deseos inconclusos.Claro que iría mañana, necesitaba averiguar que se traía ese tipo con mi esposa... Porqué aún lo era, y no iba a permitir que ése tal Mathew se acercará a ella con otra intención.
* * *
El evento hípico llegó en un cerrar y abrir de ojos. Desde muy temprano ya estaba ahí, y a mi lado se encontraba Linda quien no me dejaba sólo ni un momento.
Linda pronunciaba palabras pero en mi oído eran como balbuceos a lo lejos... Mi mente ahora se concentraba en encontrar a Danielle.
Pasaban los minutos y ni rastros de ella, entonces me sentí un estúpido aquí como un tonto sólo esperando su llegada.- Señor Beckett, que maravilla que aceptará nuestra invitación. - el señor Durand llegó hasta mi y me extendió la mano para estrecharla en un saludo. - Una disculpa porqué ayer no pude estar en la junta, pero confío plenamente en que Danielle y usted llegaron a un acuerdo que nos beneficie a ambos.
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Un amor que te estremezca la vida.
RomanceWilliam Beckett vive un desafortunado evento amoroso. El mismo dia de su boda se entera que su futura esposa y su hermano tienen un pasado amoroso. Sin discutir se hace a un lado para no interferir. Precisamente en momentos tan difíciles se encuentr...