Capitulo 41: No me mientas

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Vosotros sabéis lo que es estar tranquilamente durmiendo, abrir un ojo para ver qué hora es y ver a alguien sentado en tu silla mirándote de forma siniestra, pues esa acabo de ser yo.

Estaba tranquilamente durmiendo cuando por casualidades de la vida mi cuerpo decidió despertarse y al girarme a ver la hora veo a Victoria sentada en la silla de mi mesa en silencio, mirándome, no me he quedado tan quieta en todo mi vida, porque claro, mi cuarto está a oscuras y hasta que me he acostumbrado a la luz solo veía una sombra sentada

-Victoria tú me quieres matar o algo- dije encendiendo la luz de la mesilla- Como se te ocurre quedarte ahí quieta y más sin hacer ningún ruido, despiértame o algo chica- ella se rio

Se levantó de su silla y se acercó hacia mí para darme un abrazo

-Te extrañe- dijo ella mientras ejercía peso sobre nosotras para tumbarnos, pero cuando se fue a tumbar encima yo solté un quejido de dolor y enseguida se quitó- Perdón, ¿estás bien?, ¿te he hecho mucho daño?-

-Si si estoy bien, tal solo he notado molestia tranqui- Victoria se sentó a mi lado con mucho cuidado

-Tu y yo tenemos que hablar baby- yo me volví a tumbar y me tape del todo con las sábanas- Baby- reprocho

-Es muy pronto, me acabo de despertar- dije arrastrando la última palabra

-Son las doce, llevo tres horas aquí sentada- dijo Victoria a lo que yo me levanté

-¿Qué llevas cuanto?, y no se te ocurre, no sé, levantarme-

-Es que se te veía muy cómoda dormida por eso no te desperté, pero ahora que te has quitado las sábanas, ya podemos charlar-

-Tengo que desayunar, cuando desayuné si eso, aunque no vas a conseguir mucho, pero bueno tú verás- ella se acercó y me dio un pequeño beso en los labios

-Eso ya lo veremos, tu madre me ha dicho que se ha ido con tu padre a comprar unas cosas y que tú hermana está trabajando, que vendrán a la hora de comer y que te han dejado una pocas tortitas para desayunar- yo asentí

-Me voy a vestir espérame abajo-

-¿Me vas a echar?- ella me miró con un puchero y yo asentí- Pero baby-

-Ni peros ni nada, espérame abajo- a regañadientes salió del cuarto.

En realidad no tenía pensado vestirme ya que no podía, porque ahora mismo tengo complejo de azulejo, es más fácil que me rompa a que me doble, entonces no me puedo vestir, tan solo no quería que me viera levantándome porque es un espectáculo. Una vez ya de pie me puse los zapatos y con mucho cuidado baje las escaleras y llegué a la cocina, allí estaba ella, sentada en la mesa del comedor mirando el móvil

-Pero si no te has vestido, para que me has echado entonces-

-Es que me ha dado pereza- me acerque al horno y saque las tortitas, encima de la mesa estaba el sirope de chocolate así que lo cogí y empecé a desayunar de pie

-¿Por qué no te sientas?-

-Porque no puedo- dije señalando a mi abdomen

-¿Por qué me dijiste que te rompiste la pierna?- preguntó ella

-Porque es más fácil romperse la pierna cayendo por las escaleras que las costillas- dije con la boca llena

-Qué te pasó realmente-

-Me caí, ya te lo he dicho- Ella suspiró

-Natalia, porfavor, no me mientas-

-No te miento, te lo juro-

~💙Mi Chica De Ojos Azules💙~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora