~💙Mi Chica De Ojos Azules💙~

Capítulo 58: ¿Para toda la vida? III

(Narradora)

Y por fin llegó el gran día.

Ahora mismo cada una se encontraba en casas diferentes para no verse, ya que según dicen da mala suerte.

Natalia estaba nerviosa por todo lo que tenía que hacer, pero lo que más le estresaba es que había perdido el velo del vestido el cual, según ella, había guardado aquella vez que se lo probó, pero como bien decía su madre, las cosas no se pierden solas.

Mientras su madre y Mar buscaban el velo, Jonuel la maquillaba para la boda

-Lista, sutil pero bonito- Natalia levantó la mirada y se vio en el espejo.

Le habían hecho un pequeño delineado de color negro con sombras del mismo color mientras que le había pintado los labios de un rosa suave que simulaba el color natural de estos pero con algo más de color

-Esta perfecto gracias - dijo con una sonrisa en el rostro

-Pues ahora me voy con Victoria que tiene que estar igual que tu- dijo Jonuel con una risita al final para después irse.

Natalia se levantó ya con el vestido puesto y se miró ahora bien en el espejo. Le gustaba lo que veía y esperaba que a su amada le gustara igual.

Camino hasta la mesa que tenía al lado y agarró los votos que diría en la boda, no era un papel muy grande porque no se le daba bien decir cosas bonitas pero aun así, lo poco que había escrito lo había hecho desde el corazón.

Sus amigas entraban y salían del cuarto ya que ellas también se estaban preparando.

En un momento su padre entró en el cuarto y vio a su hija

-Te ves hermosa cielo - Halago su padre a lo que Natalia sonrió

-Tu también te ves bien papá- dijo

-¿Nerviosa?- Natalia asintió

-Mucho, pero también estoy feliz-

-Hombre si no estuvieras feliz sería preocupante - ella se rio

-Tienes razón, ¿y mamá?-

-Buscándote el velo-

-Juro que lo guarde con el vestido pero no sé porque se ha perdido -

-Da igual cielo, el velo tampoco es algo tan importante, total solo tenéis que firmar unos papeles y ya estarías casadas -

Porque si, al final se casarían por el juzgado ya que a Victoria no le agradaba la idea de contratar un cura aún con las súplicas de su novia sobre hacerlo

-Ya lo sé, pero igual me da nervios, no crees que mi vestido es demasiado para solo firmar, siento que es como muy grande y va a quedar raro - su padre negó

-Te ves perfecta para la ocasión- este se acercó a darle un abrazo a su hija.

Por otro lado Victoria también estaba estresada, a esta no se le había perdido nada pero al ver que su maquillista no llegaba se empezó a estresar.

Por un intento de calmar los nervios se puso a dar vueltas por la casa de su amiga mientras que su madre y hermanos intentaban calmarla pero está no hacía caso.

Victoria era una persona que le gustaba mucho la puntualidad y si bien a veces llegaba tarde a los lugares eso de que la gente se retrasara no le hacía mucha gracia.

Cuando creyó que su amigo le había fallado gusto entro por la puerta ya vestido para la ocasión

-Eso de ser puntual no te lo sabes- regaño Victoria