🇪🇸 Barcelona, España
ღ Madison ღAl último decidí no irme, no porque no confío en su palabra, nada de eso.
Simplemente, quiero aprovechar este tiempo, sin nadie, para ver lo que en realidad quiero para mi futuro.
Aunque se que esto no tardará mucho, es cuestión de meses para que termine mi licenciatura en derecho.
Así que aunque no quiera tendré que regresar a Los Ángeles, una parte de mí sí quiere, otra no tanto.
Y no es que me afecte tanto pero, aún duele como mi propia familia puso mi felicidad por debajo de todas las cosas y ni hablar de Alexis.
Aunque el no hizo nada, solo me ofreció su amistad yo fuí la que mal interpretó todo, de cierta forma no me arrepiento.
Solo espero que cuando regresé a Los Ángeles podamos tener una linda amistad, claro, si no es que Andrea no se lo permite.
Siempre le he caído mal a ella, yo no tengo la culpa de nacer en una familia adinerada, si por mi fuera, hubiera elegido otra, o simplemente cambiar las acciones y decisiones de mis padres.
A lo que sé, ella dice que siempre le robó lo que quiere y que no merezco nada de lo que tengo.
Eso es totalmente falso.
Nunca he deseado las cosas que los demás tienen, la envidia no es lo mío.
Desde la ventana de mi habitación puedo observar la lluvia caer y el pasto mojarse.
Siempre me gustó este clima, aparte de que son escenarios de una típica historia de romance en las películas y libros.
También este clima me pone muy pensativa, justo como ahora...
Los sonidos de una ambulancia me sacaron de mis pensamientos.
Miré más a detalle por la ventana, pero no había rastro de una.
A los segundos deje de escucharla.
- ¿En que tanto piensas niña? - preguntó una voz desde la puerta.
Voltee a ver, era Grecia, no sé n cuando ni como entró.
- Por si te lo preguntas la puerta estaba abierta. - soltó mientras toma asiento en la orilla de la cama.
- En nada, solo estoy viendo la lluvia y...- pensé antes de seguir con mi respuesta. - cosas sin sentido.
- Es lo más pendejo que he escuchado, pero entiendo que eres bien sentimental. - soltó seguido de una risa.
- Lo dices por qué tú eres como una piedra. - le aventé un cojín que había en el suelo.
Se ha ganado mí confianza, es buena persona a pesar de todo lo que ha pasado en su vida.
Me gusta mucho platicar con ella, siento que su personalidad es parecida a la de Alexis.
Cosa que tiene sentido, ambos son mexicanos.
Seguimos platicando un rato, hasta que se tuvo que ir, por qué tenía que estudiar.
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