🇺🇸 Los Ángeles, California
ღ Madison pov's ღHoy es día de práctica en la universidad, por lo tanto yo también tengo que asistir.
A pesar de que estuve varios meses fuera del país estudiando en otra institución mis padres hicieron hasta lo imposible por qué me dejarán seguir mis estudios aquí.
Cosa que no fue un problema, el director casualmente tambien es amigo de mi padre.
Aún me lamento por no haberme podido despedir de mis dos amigos en Barcelona.
Pero todo fue tan repentino, cuando menos me lo esperaba ya estaba en Los Ángeles.
Y era eso o quedarme "vagando" por las calles de Barcelona como dijo mi papá, podría parecer una broma.
Pero a decir verdad lo creo muy capaz.
Estaba caminando con Valeria hacia la cafetería de la universidad.
Ella también está algo rara desde que volví.
—Aveces pienso que tú vida es una novela, pasaron de enemies to lovers a amor prohibido—comentó Valeria mientras caminábamos a la cafetería.
—Y yo aveces pienso que leer mucho te daña, aparte solo somos amigos.
—¿Eres ciega?—cuestionó deteniendo su paso.
—A mí nadie me ha pedido nada, mientras eso no pase seguimos siendo amigos—seguí mi camino hacia las bancas—aparte de eso ¿Tu crees que tan rápido superó a su ex?
Me suena algo irreal, no superas a una persona tan rápido, ni aunque te haya hecho la peor cosa del mundo.
Mínimo te tardas unos meses en superar, pero no es de la noche a la mañana.
—¿Sigues con eso? Desde que te fuiste el pobre se la a pasado peleando con sus padres e intentado saber dónde estabas—respondió tomando asiento al frente mío—aveces siento que estás traumada con Andrea.
Talvez estoy exagerado todo, pero aún no me a explicado lo de aquella noche.
Aunque a decir verdad no me tiene por qué explicar nada, no somos nada.
Pensé que eso ya me había quedado claro durante mi estadía en Barcelona.
Pero ahora me doy cuenta que no.
—¿Traumada? Párale a tus comentarios pasivo-agresivos ¿No?
Desde la mañana he notado que suelta ese tipo de comentarios.
—Perdón, no he tenido un buen día, tengo muchas cosas en la cabeza—se disculpó.
Ahora me siento culpable.
—¿Me quieres contar lo que te pasa?—la miré atenta esperando a que me contara.
De pronto sentí unos brazos rodear mi hombro.
bufó—No tiene importancia—respondió.
—¿De que hablan y por qué no me cuentan?—sé sentó Alexis a un lado mío.
—No sé, valu no me quiere contar—respondí.
—Tengo cosas que hacer, luego hablamos—tomó sus cosas y se fue.
Desde hace días noto rara a Valeria, en específico desde el día que regresé.
Es como si mi llegada no le alegrará en lo absoluto, nunca había sido así.
Y eso es raro, muy raro.
Ni siquiera me contestó los mensajes que le mandé al llegar a Los Ángeles.