Plato de entrada.

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Giyuu se levantó y de manera rápida fue a abrir la puerta para dejarla entrar.

-Bienvenida Kanroji-san, por favor pasa y acomódate donde gustes.- Giyuu le dijo de manera tranquila, como si le gustará que Mitsuri estuviera allí. Aunque la realidad era otra, estaba más calmado porqué ya no tenía que inventar algo para hablar con Kyojuro, ella lo iba a hacer y el tenia que seguirle la corriente.

-¡Buenas noches Tomioka-San! Me alegra que me invitaras a comer.- Mitsuri estaba feliz, ella no convivía mucho con Giyuu y le alegraba poder aunque sea un poco con el.

Giyuu la dejo pasar y cerró la puerta detrás de él para después guiar a Mitsuri hacia la sala. -¿Quieren que les sirva ya la comida o van a esperar a los demás? Bueno, si es que vienen.- Les pregunto un poco decaído Giyuu.

-¡Vamos a esperar a los demás! Seguro que vienen, ¡no te preocupes Tomioka!- Exclamó Mitsuri.

-Estoy de acuerdo con Mitsuri. Los demás van a venir, no creo que se quieran perder la oportunidad de establecer una platica o convivir contigo Tomioka.- Dijo Kyojuro.

-¿Están seguros de que no quieren nada de comer? Puedo darles algo para picar mientras llegan los demás.- Giyuu quería ser un exelente anfitrion, no quería que ninguno de los 2 pasara hambre por esperar.

-Mmh, quizás algo para picar no estaría mal, ¡si puedes te lo agradeceríamos mucho Tomioka-San!- Hablo Mitsuri.

Giyuu de manera rápida se dirigió a la cocina para llevar los Negimas que tenía echos, antes de llevarlos alzó la voz para preguntar.-¿¡Quieren algo para beber?!- Le dolió un poco la garganta, casi nunca levanta la voz.

-¡Un poco se sake estaría bien Tomioka!- Le respondió con un grito Kyojuro.

Giyuu sirvió 2 vasos con sake y los puse e una bandeja junto los Negimas.

Giyuu salió de la cocina con las bandejas en mano y al llegar dejo las bandejas en la mesa.

-Espero les guste- Les dijo Giyuu.

-¡Se ve delicioso Tomioka-San! Muchas gracias.- Chilló Mitsuri.

-Es cierto y huele muy bien, ¡seguro sabe delicioso!- Exclamó Kyojuro
Giyuu bajo la cabeza, no quería que lo vieran con las mejillas sonrojadas y con una diminuta sonrisa.

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