Día 1

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El día siguiente a su llegada, el pelinegro se levantó temprano. Estuve listo antes de las 6 de la mañana y espero en la sala de la casa a que todos se despertarán.

Doña Letti se asusto y pego un grito al verlo cuando se despertó, en medio de la oscuridad sentado sin hacer ningún movimiento.

- ¿Que estas haciendo aquí en medio de la madrugada? Todo tieso como momia.- Le pregunto exaltada la mujer.

- Estaba esperando a que de despertarán. Ayer dijo que tenia que proteger la casa así que ya di una vuelta por las afueras de esta y no hay ningún peligro.- Le respondió Giyuu mirándola.- Y como no me dijo que más hacer aparte de eso me quede esperando a que alguno despertara.- Añadió.

La mujer dio un suspiro cansada y luego le pregunto. - ¿Sabes cocinar o algo? Podrías ayudarme a hacer comida, tenemos un pequeño restaurante y no estaría mal una ayuda.- Le dijo.

- Puedo hacerlo, mi hermana y maestro me enseñaron pero la comida dudo que sea igual a la de aquí.- Le menciono.

- Da igual, ¡a sí es mejor! !Tenemos unas recetas nuevas y provenientes de otro país, vamos hacer tendencia ahora!- Exclamó la mujer contenta. - Ven sígueme ahora mocoso.- Le ordenó mientras se daba la vuelta.

-¿Se puede saber que estas haciendo aquí y así? ¿¡Y quien poronga es este boludo?!- Le pregunto alterado León al pelinegro mayor

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-¿Se puede saber que estas haciendo aquí y así? ¿¡Y quien poronga es este boludo?!- Le pregunto alterado León al pelinegro mayor.

Giyuu se quedó inmóvil variando la mirada entre León y al tipo inconsciente que sostenía del cuello de la camisa.

- La Dama Letti me dijo que podría ayudar a cocinar hace unos minutos y acaba de irse a buscar unas cosas afuera.- Le dijo con una cara seria.

- ¡Perfecto! ¡¿Y ahora como explicas al tipo medio muerto que estas sosteniendo?!- Le grito alterado el niño.

- Es que...- Tartamudeo sin lograr tener una excusa.- Cuando la Dama Letti se fue yo escuché unos ruidos en la parte de adelante del negocio, y... Y fui a revisar- Dijo.- Cuando fuí a ver, estaba este señor intentando entrar. Como tu madre me dijo que tenia que cuidar la casa me acerque con cuidado y lo deje noqueado con un golpeé en el cuello.- Le explico un tanto nervioso.

El castaño se le quedó mirando y luego dijo.- Ah, bueno. Déjalo ahí atrás en la bodega amarrado con la soga que esta allí, cuando mi vieja vuelva le explico.- Le dijo ahora relajado. -Ahora ven y ayúdame a cocinar, el restaurante no crea comida por si solo.- Ordeno.

-Enseguida, déjame llevarlo atrás.- Le respondió rápido.

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