Recuerdo

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- ¡MMH! ¡Esto está delicioso! Pensé que no iba a comer algo dulce nunca más.- Dijo chillando Murata con unas lágrimas falsas.

- No seas exagerado, no te ibas a morir por no comer dulce.- Le reprocho Urokodaki

- Claro que no, pero seguramente me hubiera muerto sin comer dulce por su entrenamiento. Pareciera que intenta matarme en vez de entrenarme.- Se quejo el pelinegro mayor.
Giyuu solo miraba en silencio mientras ocultaba su sonrisa comiendo. - Esto me trae recuerdos...- Susurro para si mismo mientras cerraba los ojos.

- ¿Y si salimos afuera a cazar? Digo, Giyuu tiene que irse en unas cuantas horas y me gustaría que se divirtiera en lo poco que le queda aquí. ¡Quizá cazar a algunos animales o demonios mientras jugamos algo le alegre!- Dijo divertido Murata mirando a ambos hombres.

- Yo creo que lo que necesita Giyuu es descansar. Pero si tiene energía, quizás, solo quizás sea una buena idea.- Le respondió el mayor.

- ¿Que dices Giyuu? ¿Salimos a jugar a cazar demonios?- Le pregunto entusiasmado Murata.
Giyuu lo pensó un momento y luego suspiro cansado. -Mientras no salga nadie herido supongo que esta bien.- Dijo con una diminuta sonrisa.

- ¡Así se habla! Esta noche va a hacer la mejor de tu vida. ¡Lo prometo como me llamo Murata!- Dijo emocionado poniéndose de pie y llendo a buscar su katana junto a la de su Sensei.

- Tiene 23, es mayor que tu y se comporta como un niño..- Le dijo en un tono bajo Urokodaki a Giyuu.

- Déjalo, esa es su personalidad. Y siendo completamente sincero, su personalidad me genera de alguna manera paz y tranquilidad. - Le respondió Giyuu. - Es un sentimiento de calidez lo que transmite.- Finalizó mirándolo con una sonrisa.

- Es cierto pero no quita que sea un inmaduro.- Le dijo apartando la mirada. - Pero de alguna manera se las arregla para que lo quiera. - Dijo lo último en un susurro.

- Queramos.- Le corrigió Giyuu con una sonrisa en el rostro.

-Cierto, queramos. - Urokodaki lo miro un segundo y luego le pregunto algo que tenia en la cabeza hace un rato. - Haz estado muy sonriente desde que llegaste, ¿paso algo en especial?- Le pregunto con intriga.

- Te lo dije cuando llege. Quiero estar con las personas que más quiero y aprovechar las últimas horas que me quedan aquí.- Le respondió. - No se cuanto me vaya a tardar en terminar esta misión, tengo que ir al otro lado del mundo prácticamente. - Lo miro intentando transmitir lo que sentía.

- No te preocupes por cuanto durará tu misión Giyuu, Murata y yo te vamos a estar esperando aquí. - Le dijo sabiendo lo que estaba pensando. - A Murata y a mi no nos va a pasar nada mientas no estas. - Le dijo poniendo una de sus manos en su cabello acariciándole.

- Gracias por eso...- Susurro dejando que Urokodaki le acariciara.

- No hay por qué agradecer Giyuu. - Le dijo el mayor.

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