Capítulo 22

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✍🏻

Poco a poco esta historia está llegando a su fin 💔

Y quiero agradecerles por haberse enamorado tanto capítulo a capítulo. Leo todos los comentarios siempre y no saben lo feliz que me hace saber que les gusta tanto 🥰

De ahora en más recomiendo Kleenex, aunque no puedo decir si es para bien o para mal, jajaja

Espero que lo disfruten! 🙏🏻

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Sergio tan solo observó a su hijo en silencio. No estaba seguro de cuánto sabía, pero era evidente que sabía de la existencia de Raquel.

Raquel, pensó y por un instante su mirada volvió a concentrarse en la avenida por donde ella había huido.

Otra vez.

Parpadeó, esperando que su hijo fuera parte de su imaginación, pero volvió la vista y lo encontró parado a su lado esperando una explicación. Una explicación que en el fondo no tenía por qué darle. Al menos, no a él. Y mucho menos cuando en todo lo que podía pensar era en Raquel a quien todavía sentía tibia bajo la piel.

- Antonio, no tengo que hablar nada contigo. Además, no tengo tiempo para esto - exclamó observando el reloj pulsera -. Joder. Debo ir a encontrarme con tu tío y ya es tardísimo.

Antonio esbozó una sonrisa.

- Sabes que nada de esto tiene que ver con mi tío sino con Raquel.

Sergio apoyó las manos en las caderas, inhaló con fuerza y bajó la mirada, nervioso.

- Antonio, no voy a hablar de esto contigo - exclamó con firmeza.

- ¿Por qué no? Estás engañando a mi madre ¿Crees que no es mi problema? ES MI MADRE - gritó con fuerza.

Sergio se acercó a él con un paso largo. No iba a dar un espectáculo en medio de la calle y mucho menos uno que fuera discutiendo con su hijo.

Se observaron un momento como en un improvisado duelo.

- Mucho cuidado con lo que dices, Antonio - susurró Sergio -. Sigo siendo tu padre y te exijo respeto.

- ¿Respeto? ¿Tú me exiges respeto a mí? ¿Adónde quedó el respeto que le debes a la mujer que estuvo a tu lado y te amó estos últimos veinte años?

El rostro de Sergio se tensó de inmediato. Su hijo tenía razón. No podía exigir algo que él no podía sostener. Después de todo, le había fallado a la mujer que lo había acompañado durante media vida.

Puso atención en los ojos de su hijo y sintió un repentino dolor en el pecho. Ya no tenían la calidez y el orgullo con el que siempre lo observaba.

- Antonio, esto no es asunto tuyo. Lo que tenga que hablar lo hablaré con tu madre.

- No me trates como un niño porque ya no lo soy. Ten el valor de admitir que estás con esa - hizo una pausa y apretó los dientes.

- Cuidado con lo que vas a decir, Antonio.

Su hijo movió la cabeza y frunció el ceño. Su padre estaba nervioso y ansioso. Había salido a la calle desencajado y, además, estaba descalzo. Y ahora estaba sudando. Su padre nunca sudaba.

Tragó saliva y la realidad lo golpeó como si le repartiera una bofetada. Al parecer no le importaba nada. Nada salvo ella.

- ¡Joder! Tú la amas. Es eso. Amas a la tal Raquel. Puedo verlo en tus ojos. La desesperación que tienes por ir a por ella - exclamó con la voz un tanto ahogada.

Behind The Summer WineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora