Los apellidos famosos, en lugar de enaltecer, rebajan a quienes no saben llevarlos. - François de La Rochefoucauld.
***
Jhonny e Isabella—Pontela te resguardará del frío.
Jhonny le prestó la cazadora de cuero y con mucho tiento le colocó el casco. Su vieja moto había pasado a mejor vida. Según Isabella, todo tenía fecha de caducidad y pese a que intentó llevarla al taller para arreglarla no tuvo solución, pues prácticamente el arreglo valía más que el propio vehículo. Obviamente, la O'Sullivan no había perdido aquella oportunidad de oro y le había regalado una preciosa Harley. Regalo que casi les costó el divorcio, aunque aún ni siquiera estaban casados.
—Te sienta bien la moto. ¿Te lo había dicho alguna vez?
El bailarín sonrió y tras tocarle la punta de la nariz le bajó la visera. Aquello era algo que Isabella hacía a menudo. Recordarle cuánto amaba la Harley era su especialidad, así como mencionarle lo mucho que le encantaba pasear por New York en ella. Sí, finalmente Jhonny había accedido a quedarse la moto por la O'Sullivan, aunque algo en el fondo de su corazón, le decía que él la deseaba tanto como ella.
—Agarrate fuerte…
Él, como cada vez que la llevaba detrás, se aseguró con sus propias manos de que el agarre de su ángel era el adecuado y entonces arrancó dispuesto a cruzar la ciudad para culminar la noche en la intimidad de su hogar. Dadas las circunstancias, Jhonny llevaba viviendo con Isabella tres meses, por lo que se había deshecho de su pisito en alquiler. Sin embargo, acudían muy a menudo a la zona, pues a ambos les gustaba acompañar a la vieja Lou, que día a día, perdía un poquito más de memoria y como no, revisar el perfecto estado de su gato Chispas. Pues a pesar de que Isabella había dejado una nota en la puerta de la nevera, era evidente que había días en los que el animal no comía y otros que comía de más.
—Te quiero —murmuró ella al parar la moto frente a un paso de cebra.
Jhonny sonrió y como respuesta, deslizó su mano por la de ella en un cariñoso gesto. Por primera vez, se sentía pleno, feliz e indiscutiblemente eso era gracias a Isabella. Pues a decir verdad, en la O'Sullivan había encontrado su otra mitad. Condujo con precaución hasta su hogar, donde se permitió meter la moto en el garaje. Sí, su preciosa Harley tenía el placer de dormir y pasar las frías noches bajo un techo que la cubriera y así resguardarse de las bajas temperaturas.
—¿Crees que les importará que nos hayamos marchado?
Isabella sonrió. Conociendo a las dos mujeres, tal y como las conocía, seguramente estuvieran en otros menesteres. Además… ¡Ellas se habían marchado antes del reservado! Lo contempló maravillada, como si se tratase de un verdadero Adonis. Jhonny se estaba quitando el casco para dejarlo en un mueble auxiliar cercano. Sin embargo, el abultamiento de su pantalón lo delataba con facilidad.
—Jhonny…
Él levantó la mirada y entonces se quedó paralizado ante lo que vio. Isabella no solamente se había despojado de la cazadora, sino también de los diminutos tirantes de su vestido.
—Dime ángel… —murmuró al borde de un paro cardiaco.
—¿Y si me follas en la Harley?
El bailarín se relamió. ¡Aquello era una puta fantasía! Con rapidez, sus ojos bailaron a las dos piernas de Isabella. Ella no solo estaba empeñada en subir gran parte del vestido, sino que además, se había desechó de sus bragas.
—¿Es algún tipo de embrujo para que me guste más la moto?
—Quiero que cada vez que te montes en ella recuerdes el maravilloso polvo que vamos a echar.
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El último baile | Extras Saga Bailando Con... | +18 Completa ✅
RomanceExtras de la Saga "Bailando con..."