Capítulo 6

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Todo hombre sabio ama a la esposa que ha elegido. - Homero.

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Dorian había decidido terminar antes la jornada laboral y desviarse de su camino para ir a recoger a su mujer. Kiara, le había escrito para afirmar en rotundo que Melanie no se encontraba bien, por lo que sin dar demasiadas explicaciones, había abandonado su despacho y se había dirigido a la academia. Sin embargo, la bailarina parecía estar poco dispuesta a cooperar, pues a pesar de insistir con el tema ella se había mantenido en silencio hasta que Gael había accedido al coche.

Por la noche, el abogado había tomado el papel principal, acomodándose en la cama junto a su hijo para leerle un maravilloso cuento. Pasó así treinta largos minutos, pasando la página entre bostezo y bostezo y colocando múltiples tonos de voz para representar los diferentes personajes de la historia.

—Ya está dormido —murmuró accediendo al cuarto donde Melanie revisaba al pequeño a través de la cámara.

—Lo sé, te he visto.

Dorian no le dio mayor importancia y comenzó a desvestirse mientras analizaba la manera de hacer que su mujer escupiese todo. Sin embargo, Melanie no podía dejar de sonreír con orgullo al que ahora era su marido y por supuesto, el mejor padre para sus hijos.

—Me ha llamado Enzo para pedir el teléfono de Brida —dijo deshaciéndose de la ropa interior y zambulléndose en la cama —. ¿Sabías algo?

—Tu hermana se ha enterado de que ella es la que gestionó lo del sótano, así que…

—Genial —escupió con ironía no queriendo saber más sobre aquel tema —. ¿Ahora puedes decirme de una vez por todas que te pasa?

—Estoy bien, Dorian.

Pero no. Nada en Melanie estaba bien y él lo sabía, por lo que sin más, la abrazó. La rodeó con cariño, esperando lo evidente hasta que de manera esperada sucedió. La bailarina rompió a llorar entre sus brazos. Brazos que evidentemente siempre la sostenían y la daban apoyo. Dorian la intentó calmar por varios minutos y únicamente se permitió soltarla para sujetar sus mejillas y mirarla fijamente a los ojos.

—Estoy aquí, cariño. Siempre voy a estar aquí.

Melanie asintió borrando las últimas gotas que inundaban sus ojos.

—Lo siento…

—Jamás vuelvas a disculparte por llorar. Ahora toma aire y dime que sucede.

Melanie le relató minuciosamente la mierda de día que había tenido, incluido el encontronazo que había provocado entre Jhonny e Isabella, mientras que Dorian la escuchaba con atención.

—Dijiste que eso ya estaba solucionado.

—Sí, aparentemente…

—Cariño, es evidente que no todos los días pueden salir como queremos que salgan, pero eso tú ya lo sabes.

Ella asintió, tenía mucho a sus espaldas para saberlo y ahora que había relatado una a una las pequeñas estupideces que habían entorpecido su día, sabía que había cosas que eran mil veces peores que una asquerosa vomitona.

—Es ridículo.

—No lo es. Jamás lo es. ¿Quieres saber cómo ha sido mi día?

Melanie asintió y entonces en esta ocasión fue ella quién lo escuchó con atención. Dorian había pasado un día de lo más aburrido en el bufete de abogados, después había recibido la llamada de Enzo, lo que le llevó a pensar que su amigo y Kiara querían jugar con Brida y por último, debido a la exaltación del momento, había derramado parte del café en sus pantalones. La bailarina rápidamente comprendió el mensaje que su marido quería transmitirle, pues en ocasiones, las pequeñas cosas podían llegar a sobrepasarlos…

El último baile | Extras Saga Bailando Con... | +18 Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora