Unidos Somos Fuertes (Chat Noir/Adrien y Tú)

Optigami

—Solo respira profundo —dije mientras tomaba aire—. Y exhala —saqué el aire, y repetí la acción un par de veces.

—Sé que esto no es de tu total agrado, pero voy a estar contigo en todo momento... —dejé la frase al aire—. Aunque si quieres, puedo ayudarte a hablar con tu papá, así estos eventos pueden acabar —mencioné.

Adrien negó con la cabeza. —Tengo que ser yo quien lo hable, no me malentiendas, mon étoile, amo que quieras ayudarme, pero creo que esto es algo que yo debo hacer —expresó.

Estábamos en una sala de la torre Montparnasse, Adrien se encontraba un tanto ansioso, ya que hoy recibiría el premio de Ícono de la Moda de la revista Style Queen, y había sido una sorpresa, pues apenas ayer en la noche, Gabriel informó de este suceso, y ahora aquí nos encontrábamos.

—Vamos niño, no es tan malo, piensa en las veces que tu padre ha escuchado —Plagg mencionó.

Pixxie revoloteó a nuestro alrededor. —¡Sí, ¿recuerdas cuando le dijeron que tú y ________ estaban juntos? ¿O esa vez de Winter? —la kwami señaló—. Son cosas que creías imposibles y aún así aquí las tienes.

Asentí dándole la razón a Pixxie. —Así es, y verás que todo saldrá bien y pronto podrás vivir tu vida y no ser modelo —mencioné.

Adrien soltó aire. —Lo sé, pero aún así... Me da un poco de pánico hablar con él... ¿Y si dice que no? —cuestionó.

—Adrien... Nadie puede decirte qué hacer y qué no, ni controlar tu vida... Ni siquiera él que es tu padre —dije con un poco más de seriedad.

—La niña tiene razón —Plagg habló—. Es tu padre, pero no puede obligarte a hacer lo que él quiera —dijo el kwami.

—Sabemos que lo lograrás, Adrien, y aquí estaremos apoyándote todos —habló Pixxie.

El rubio de inmediato sonrió. —Tienes razón, no tengo de qué preocuparme, todo saldrá bien hoy, y después hablaré con mi padre y listo —afirmó.

—Bien —dije con una sonrisa—. ¿Por qué no ahora salimos y vamos con nuestros amigos que ya debieron haber llegado? —cuestioné.

Él asintió, Pixxie y Plagg se escondieron, nosotros salimos de aquella sala donde nos encontrábamos y fuimos a la recepción del edificio donde nuestros amigos ya se encontraban.

Saludamos a todos, y posteriormente avanzamos hasta llegar al elevador, Alya y Nino estaban jugando algún juego en su tablet, y pronto escuché a Kim hablar.

—Apuesto a que llegó antes que ustedes en el elevador —mencionó mientras estiraba sus brazos y piernas—. Max, cuenta.

Max le dio la señal de partida y el chico salió corriendo en dirección a las escaleras, después escuché murmullos de Alya y Marinette, la chica de lentes insinuó que estar en el elevador sería un buen momento para que Marinette y Adrien se acercaran.

Créanme cuando digo que me tomó todas las fuerzas del mundo no rodar los ojos, ya que tanto Alya como Marinette sabían que Adrien y yo estábamos en una relación.

—¡No, no! —Marinette se quejó y se detuvo con brazos y piernas para no ingresar al elevador, las puertas se cerraron y Adrien y yo compartimos una mirada de incertidumbre.

Suspiré para alejar esos malos sentimientos, cuando la puerta se abrió, vimos que el lugar donde sería la ceremonia de aquel premio estaba totalmente arreglada.

Había sillas, mesas, bocadillos, y personal de servicio, además de la especie de escenario donde supongo, llamarían a Adrien para recibir el premio.