Unidos Somos Fuertes (Chat Noir/Adrien y Tú)

Hack-San

—Rojo, cuatro —dije mientras ponía la carta sobre las demás.

—Rojo, seis —Adrien habló colocando la carta.

Habíamos traídos este juego para pasar el rato con nuestros amigos en el parque, pero resultaba que todos estaban con sus respectivas parejas, por lo que Adrien y yo terminamos jugando solo nosotros dos, jugaríamos con los kwamis, pero dadas las circunstancias, ellos no podían salir y mostrarse.

—Azul, seis —murmuré y cambié el color.

Hicimos unas cuantas rondas con el color azul.

—Hmmm... Cambio de color a... Verde —el rubio expresó.

—¡No! —expresé—. No tengo cartas verdes —bufé y tomé una del maso—. Ugh —murmuré cuando me salió una carta roja.

Al fin me salió una verde y la puse. —Al menos no fueron tantas —expresé.

Pasaron más minutos. —Perdóname Adrien —dije antes de poner una carta de más dos.

Él soltó un jadeo. —Ah, ¿con que así va a ser eh? —Adrien asintió—. Pues ahí te va un bloqueo.

—¡Adrien! —me quejé.

—Bueno, un más cuatro y cambio color a rojo a verde —anunció.

—Esto, es una injusticia —dije mientras agarraba cuatro cartas.

—Verde reversa, y me vuelve a tocar, verde cuatro —dijo.

—Cuatro amarillo —dije.

—Dos, amarillo.

—Dos azul.

—Cinco azul.

—Más dos azul.

—Más dos, rojo.

—Reversa rojo.

—Reversa amarillo.

—Más cuatro.

—Ya no tengo —dije mientras pedía con mis ojos no tomar esas ocho cartas.

Claro que terminé tomándolas, entonces el turno volvió a ser de Adrien. —Más cuatro, azul —Adrien sonrió con malicia—. Bloqueo, bloqueo, reversa, uno, dos azul, ¡Gané!

—¡Eres un tramposo! ¡Ya no quiero nada! —aventé mis cartas.

—Es solo un juego, mon étoile —dijo entre risas.

—Sabes que este juego nunca es "solo un juego" aquí se rompen amistades, en este caso, parece que te quieres quedar sin novia otra vez —dije dramatizando mis palabras, para que quedara en claro que era broma.

Pronto alguien se acercó corriendo. —¡Escuché una queja! ¿¡Todo bien!? —Alya exclamó y al ver en el césped las cartas soltó un jadeo—. Oh no, ¿quién perdió? —preguntó preocupada.

—Yo —hablé.

—Oye, ________, tranquila, es solo un juego, es amistoso, no hay por qué sentirse mal, siempre pueden volver a jugar —ella hablaba preocupada.

Fruncí un poco el ceño. —Estoy bien Alya... Pero, ¿tú estás bien? —cuestioné.

Ella de inmediato recobró su postura. —Sí, sí, obvio, yo siempre estoy bien, bueno voy a... ¡Ay no, Alix! —exclamó y corrió con mi amiga.

—¿Está bien? —Adrien preguntó.

—La verdad... No creo —me reí—. En fin, ¿volvemos a jugar? Quiero la revancha —dije mientras volvía a justar las cartas.