♧☆CAPITULO 5☆♧

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¿Cómo debía reaccionar? Pues.... al ver que sus labios estaban a unos centímetros de los míos... bueno. Chille y active mi modo de supervivencia y mi mano le pego una cachetada seca. Él se quedó quieto. Tieso y en shock mientras me miraba con cara de pánico y vergüenza. Retrocedió unos cuantos pasos y luego me miro
-Yo... lo siento
Dije roja como un tomate. ¿Porque lo arruinaba todo? Aunque... apenas vine a recordar a Carlos. ¡me muero! Casi le soy infiel y estaba arrepintiéndome por no hacerlo
-no es tu culpa
Dijo el y luego agarro su celular. me echo una última ojeada y entro. Dejándome sola afuera excepto por la brisa levemente fría. Me abrace a mí misma mientras miraba el paisaje. Bueno tampoco era muy ¡Wow!. Pero me recordaba de cierto modo a los edificios de Londres. Y Londres me recordaba a Carlos. ¿Qué estaría haciendo en estos momentos? ¿Me extrañaría tanto como yo a él? Decidí guardarme mis pensamientos y entrar. Al entrar pude ver que en la mesa había pollo y ensaladas. Algunas de frutas y otras de papas. Había arroz y algunos rollos de primavera. Aunque se veía delicioso. Lo juro. Si fuera otro momento... otra situación. Hubiera tenido el apetito que siempre tengo. Pero... pensar que estoy fingiendo ser novia de Lorenzo. Me hace sentir culpable. Como si cargará una bolsa grande sobre mi espalda pero en vez de que me duela la espalda siento el peso en el corazón. Un nudo en la garganta que no me dejaba ni siquiera tragar mi propia saliva. Me senté mientras me regañaba a mí misma para actuar normal. Ellos no tenían la culpa. Están siendo muy amables y yo muy mentirosa. Lorenzo tampoco tiene la culpa. Fui yo la que se metió en su coche por un impulso idiota. Sonreí. Imaginándome que esta era la familia de Carlos. Eso me hizo tener más peso en mi corazón pero sentí que empezaba a actuar normal y no estar tan tensa
- ¿y cómo se conocieron?
Pregunto el padre de Lorenzo. Yo deje de cortar el pollo de mi plato y mire de reojo a Lorenzo. Si. ¿Cómo nos conocimos? Pensé con una pizca de curiosidad al imaginar cómo iba a mentir ante esa situación
- pues nos conocimos en la biblioteca
Dijo el con simpleza. Claro. ¡Tan claro como el cloro que nos conocimos en la biblioteca! Metí un bocado de pollo y papas en mi boca para no soltar todo y las mil preguntas que rondaban por mi cabeza desde hace días sean expulsadas.

Al terminar de comer. Ayude a la madre de Lorenzo a limpiar los platos. Descubrí que se llamaba Jessica y que el hermano de Lorenzo era Thomas. Que coincidencia. ¿¡NO!?. bueno. Tuve que calmarme y morderme la lengua mientras sonreía y asentía. De todos modos ya tenía un poco más de información de Lorenzo y era un avance grande. Luego el me llevó a su habitación y me presto una pijama de Emma. Aunque le llevara seis años me quedaba exacta. Eran unos pantalones de peluche ajustados (a mí me quedaban asi) y luego una camisa de Lorenzo ya que si me ponía una de Emma se iba a ver como un top.
- bueno. Se nota que no creces mucho.
Bromeo Lorenzo mientras me miraba recostado en la cama. Su habitación era blanca y estaba todo muy organizado. Un escritorio con papeles bien apilados, El armario con la ropa colgando bien planchado, Y la cama estaba bien tendida hace unos minutos. Antes de que se tirara a ella bruscamente
- Cállate
Murmure molesta yo mientras me sentaba a su lado
- lo siento por lo de hace un rato - Susurre mientras lo miraba con el ceño ligeramente fruncido. El aparto la mirada cuando empecé a hablar - pero no puedo. Tengo novio. Y si me quedo esta noche es porque tu convenciste a mi mamá de que me quedara
- bien
Se limitó a decir. Sonaba irritado. Luego se levantó y salió de la habitación. Tuve un impulso de seguirlo pero se esfumó al ver a Emma en el marco de la puerta
- ¿hacen cuanto salen?
Pregunto ella mientras empezaba a caminar hacia mí con una sonrisita picara. Como si tuviera una bolsa con mil caramelos escondida debajo de la cama
- hace cinco dias
No supe como mentirle. Ya que ella sabía que había llegado hace seis días si es que había escuchado la conversación en la sala cuando estábamos cenando
- ¿te gusta?
Me quedé pensando un momento. Mi mente me enseñó un escenario donde no estaba fingiendo y me hizo la misma pregunta. ¿Te gusta? No lo se. No lo sé y aparte tengo novio. Tengo novio y no me pueden gustar más ojos que los azules de Carlos. Me niego rotundamente a todo eso. Luego de esto me voy a alejar de él. No puedo con esto la verdad. No me gusta pensar tanto en todo y en nada importante a la vez. Pero. ¿Esto sería importante? Emma noto mis dudas y se sentó a mi lado riendo
- se nota que estas perdida entre tus sentimientos
Suspiré y asentí.
-Si. Es raro tener que pensar tanto así
-pues si te sirve de consuelo. Acabé de terminar con mi novio de hace dos años
La miré sorprendida. ¿Su primer novio a los ocho? No podía ser verdad. ¡mi primer novio fue a los doce! Que rara generación la verdad
- lo siento
Me limite a decir para no molestarla mucho
-Hacen una linda pareja. Lorenzo nunca había traído chicas aquí
-si. Lorenzo me contó que no lo dejan. -Emma frunció el ceño y negó
-si lo dejan. Que no quiera es otra cosa.
Lo único que me faltaba para ir a comprar pintura y pintarme la cara de payasa. ¿Le habrá pedido que me diga eso para que me rinda a sus pies? Mis nervios salieron a flote y empecé a dudar. Quizás debería irme. Sentí una punzada en mi pecho y empecé a jugar con mis dedos
- ¿enserio? No creo
- llevamos mil años aquí. Ninguna chica
Pensé que exageraba. Pero su expresión era firme. ¿Sería un secreto más para descubrir? ¡NO! tengo que salir de aquí. Menos motivos para estar aquí y mejor. Me aclaré la garganta y sonreí
-Bueno. Me caes bien pequeña
Le dije y le pasé los dedos por el pelo. Era como si estuviera acariciando a Lorenzo. Aunque el pelo de Emma era largo. Ella reía suavemente mientras cerraba los ojos. Era muy tierna. Me hubiera gustado tener una hermanita menor y cuidarla. Pero Lorenzo llegó y me hizo señas de que lo siguiera. Suspire y deje de acariciarla mientras me levantaba y caminaba hacia Lorenzo
-hasta luego
Le dije a Emma. Luego Lorenzo con una expresión seria me agarro por la muñeca y empezó a jalarme para que bajara las escaleras. Lo seguí hasta cierto punto. Hasta que una mano rodeo mi muñeca libre y me impedía seguir caminando detrás de Lorenzo
- no
Dijo Thomas con voz seria. Tenía la mandíbula marcada y las pupilas dilatadas. Llevaba una pijama de pantalón de unicornios y una camisa negra. Quería reírme pero el momento tan tenso entre ellos no me dejaba
- vete Thomas
- déjala ir
Thomas me jalo hacia él. Pero Lorenzo contra atacó y me jalo hacia él. Como si estuvieran jugando a jalar la soga y yo fuera la soga. Sentía que apretaban mis muñecas con mucha fuerza que quería gritar.
- Thomas. Métete en tus asuntos por favor
- no puedo. No la lleves allá
- ¿Porque crees que la voy a llevar allá?
- porque te conozco
Me quedé pálida. Mi mente se inundó de imágenes de viejos sótanos donde mataban a la gente. El cuchillo lleno de sangre que apareció junto a Lorenzo la primera vez que lo vi y el no dejaban de dar vueltas en mi cabeza. Invitándome a una especie de baile a la cual no sabía cómo acceder. O no quería acceder y me bloqueaba a pensar cómo hacerlo.
- Lorenzo. Déjate de juegos.
Esta vez Thomas me jalo tan fuerte que solté un grito. Bueno un grito entrecortado y muy horroroso. Ni siquiera sabía gritar bien. Y choque contra Thomas. Lorenzo miró unos segundos a Thomas y luego subió las escaleras. Dejándonos solos. Que familia tan rara la verdad. Pero ya que.
- ¿estas bien?
Pregunto Thomas mientras soltaba mi muñeca y me miraba de pies a cabeza
-si. ¿Porque...?
No me dejo terminar y me tapo la boca con la mano
-no es buena educación hacer tantas preguntas. Florecilla. - hizo una pausa y me hizo una seña para que subiera las escaleras junto a él. ¿Para qué desobedecer? Dios. Sonó tan sumiso - ven. Vamos a hablar. O mejor dicho. Intercambiar información
Aquello no me gustó. Pero no podía decir nada. Espera que busco en mi sistema imaginario y desactivo lo sumiso. Justamente lo hice así en mi cabeza
- ¿Porque tengo que hablar?
- ¿Porque seguiste a mi hermano?
Ok. No me lo esperaba. Él sonrió satisfecho mientras yo estaba a punto de gruñir de la rabia que me dio. Quizás Lorenzo le haya contado y por eso sabe. Que infeliz.
Me condujo hasta el patio trasero de la casa. Había dos columpios y una cerca grande que no dejaba ver más que el cielo nocturno
- sé que tienes curiosidad por nuestra familia
Empezó el. No era tan pregunta. Sino como confirmación mientras nos sentábamos en los columpios que no estaban muy alejados uno del otro. Yo me amaque suavemente. No aguanto estar en un columpio sin mecerme. Mientras que Thomas se quedó mirándome fijamente sin moverse
- debes alejarte de Lorenzo.
- ¿por qué?
- es peligroso para ti. Florecilla
- ¿pero porque es peligroso?
- ¿lo conoces bien?
- no -admití entre dientes
- entonces hazme caso.
La conversación se cortó por unos minutos. Lo miro y me amaco un poco más fuerte
- ¿Porque dices querer ayudarme?
- ya me cansé de sus juegos.
Dijo serio. Bueno. Lo intenté. Me levanté del columpio y empecé a caminar hacia la casa
- gracias por la charla. Pero tengo que irme a dormir
- Carlos te engaña
Bien. Eso no lo esperaba. ¿Cómo carajos sabe tanto de mí? Y porque menciona a Carlos tan de repente
- no hables del así
- sé que te duele. Hazme caso. Se muchas cosas de ti y de lo que te rodeas.
No puedo más. No quiero lidiar con dos hermanos misteriosos. Así que explote lo que le quería decir a Lorenzo y también en parte a él. Pero más a Lorenzo. ¿Por qué? Aún no lo logro comprender. Pero qué más da
- no. No sabes nada sobre mí a menos de que seas un acosador que esté a punto de secuestrarme. No voy a hacerte caso sin saber que bases tienes para decir tales cosas sobre mi novio y luego tener cara de no pasa nada justo como Lorenzo. Quiero entenderte pero no puedo. No puedo si no me das información. De eso se trata una conversación. No sólo advertencias
- ¿quieres bases? Ten -Dice serio mientras extiende un sobre hacia mí. Luego hace una leve pausa y sigue- solo te diré que te cobraré algo y no tienes vuelta atrás
Fruncí el ceño. Lo miré por unos segundos y luego recordé que Lorenzo dijo lo mismo y.... bueno. Casi pasa algo
- ¿qué me vas a cobrar?
- no es nada muy... importante. ¿Aceptas?
Negué. No iba a aceptar algo así y ni siquiera lo conozco para sacar una conclusión de que sería aquello que querría. Así que entre a la casa. Dejándolo plantado con el sobre aun extendido.
Al llegar al cuarto de Lorenzo. Veo que estaba acostado en su cama con los audífonos puestos. No quería molestarlo pero la verdad tenía tanto sueño que me iba a desmayar. Me acerqué a él y le moví levemente el hombro. Él se sacó un audífono y luego sonrió
- ¿qué te dijo mi hermano?
Lo ignoro mientras lo miraba
- te haré una pregunta. ¿Puedo?
- Quizás. Depende la pregunta
- y si te pregunto una cosa de la cual ya pregunté y saliste corriendo?
- pues. No responderé
Fruncí el ceño y solté un chillido estresada
- ¿Cómo nos conocimos?
Él se quedó mirándome unos segundos. Luego sonrió ladinamente. No para el lado de su hoyuelo. Por lo que no se notó. Era difícil saber que sentía Lorenzo
- nos conocimos en la biblioteca
- ¡no!
- no voy a responder a esa pregunta. Próxima.
- bien. ¿En qué lugar nos conocimos?
- es lo mismo.
- no. Cambia porque estoy siendo más específica
- quiero algo a cambio
- no
- si
- no
- si
- bien. ¿Qué quieres? -dije ya rendida sin ganas de pelear
- quiero que terminemos lo de afuera. Sin cachetadas esta vez
Dijo mientras su sonrisa ladina se convertía en una completa y muy maliciosa
- tengo novio
- quieres decir. Tenías
- créeme. Se que lo tengo
- no. Lo tenías hasta llegar aquí. Ahora eres mía. Solamente mía caramelito.
Mi mente se quedó en blanco. Bueno. En color. En pensamientos estaba más llena que un supermercado con ofertas del 50% de descuento en la segunda compra. Carlos... Carlos... me engaño. ¿Porque no podía hacerlo también yo? ¡está mal!.
Esta mal que lo rechaces
Dijo mi conciencia. ¿desde cuándo empezó a hablar? Ni idea. Pero lo iba a hacer. Aún amaba a Carlos aunque lo que diga Thomas sea verdad. Quiero superarlo y esas cosas que se hacen luego de romper con alguien. Quiero salir de fiesta y beber por primera vez en mi vida con aire de despechada. No meterme en una relación sabiendo que aunque ya me haya enterado de su infidelidad. Bueno. Supuesta ya que no quiero pensar nada malo de Carlos basta que no me diga él lo mismo desde su misma boca. Aunque sé que dolerá, también sé que al menos no tendré culpa. La imagen de el con el cuchillo en mano volvía a aparecer en mi mente. No puedo olvidarla y eso me da miedo al estar con él. Quiero alejarme pero si mis impulsos no me acercan a él. Él se acerca a mí. Yo no lo busque en la escuela. El me busco a mí, no estaba en el salón 4. Estuve lo más lejos de él. En el salón veintitrés con exactitud. Vivir con miedo desde la primera vez que lo vi. ¿Y ahora besarlo? Debe haber algo mal conmigo al empezar a considerarlo. Mis pensamientos me ataron las manos y los pies. Me sumergieron en ellos pero justamente Lorenzo tenía que interrumpir
- ¿y?
Pregunto él. Estaba curioso. Sonreí y negué
- no. Tú me debes una explicación y no te daré eso.
- no te debo nada
- entonces le contaré a la policía
- tu demanda no hará nada ya que pasaron seis días
- así que lo recuerdas. ¿Eh?
- si
- ¿y porque estabas en mi casa?
- porque necesitaba esconderme
- sí. Lo note. ¿De qué?
- de tu hermano
Me dejo confusa. Yo no tenía hermano.
- no tengo hermanos chicos
- oh. Se va a sentir mal al escuchar que ni siquiera sabes de su existencia
Hasta ahora no note nada. Pero ya pude notar su sarcasmo
- ¡deja de bromear! - chillé estresada. Por lo que el soltó una risita
- bien. Estaba en tu casa porque........
Y entro Thomas interrumpiendo. Estaba pálido y despeinado.
- Emma..... Vengan ahora
Dijo con la voz temblorosa

EL DESASTRE QUE FUIMOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora