♧☆CAPITULO 29☆♧

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Caí y cerré los ojos, los brazos de Lorenzo me rodearon y amortiguaron mi caída. El apenas dio un paso hacia atrás
- Eres una torpe. Vámonos
Dijo y no repuse. Deje que tomara mi mano y empezamos a correr, mi mirada estaba fija en la casa. desde las ventanas pude ver como Ahmed recibió un disparo en el estómago. Intente parar pero Lorenzo siguió arrastrándome. Otro disparo sonó y la mirada de Thomas y mía conectaron mientras sus ojos se quedaban sin vida al instante al recibir aquel balazo en la mitad de la frente
- Thomas – Balbucee en un susurro. Sentí como Lorenzo se tensó y me miro antes de mirar a la casa. Thomas ya no estaba en nuestro campo de visión. Pero Ahmed apoyado en la pared mientras se sostenía el estómago y las chicas subían si, Xiomara paro y lo miro. Lo abrazo sin que las otras se dieran cuenta y luego las siguió.

- Si algún día te aburres o sientes que no es tu lugar. Lorenzo, Thomas y yo te esperamos con los brazos abiertos. Uno para abrazarte. Y otro para disparar a cualquiera de la organización.

El me protegió, me ayudo en aquel Hostel, me ayudo en la gasolinera con Carlos. Me abrí a él, bueno. Fui obligada, pero él fue con el único del que hablé a cerca de todo, no quería. No puedo dejarlo así. Me solté de la mano de Lorenzo, él se giró con una expresión enojada. Me levante la camisa y busque la vaina de cuero para luego agarrar el cuchillo
- ¿A dónde vas? – Pregunto como si fuera una mala broma. Negué
- Voy por Ahmed
Su mandíbula se tensó y empezó a caminar hacia mí. Pero yo ya había emprendido mi camino de vuelta hacia la casa a pasos ligeros y rápidos,

No me puede atrapar, no ahora que necesito salvar a mi mejor amigo

Me acerque a la casa y no titubee. Abrí la puerta rápidamente, pero me preocupé por ser gentil para que no me escucharan. Allí estaba Ahmed con la cabeza apoyada en la pared al igual que casi todo su cuerpo, el color de su cara estaba perdiéndose y mi mirada bajo a su herida, la cual estaba llenando el piso y toda la camisa de Ahmed de sangre. Al otro lado de la habitación estaba Thomas muerto. Aparte la mirada y me quite la camisa rápidamente, la rompí a la mitad con el cuchillo y luego lo deje en la mesa, me arrodille frente a Ahmed, levante su torso un poco y envolví con fuerza su herida.
- Si me planean torturar hasta que confiese algo, no lo hare
Balbuceo en un tono casi audible. Termine de hacer el nudo y agarre su brazo. Intentando pasarlo por mi hombro para levantarlo
- ¿Qué haces?
Pregunto Lorenzo entrando a la casa. me puse un dedo en los labios y luego señalé al piso de arriba. El rodeo los ojos y luego se acercó a Ahmed, me hizo un gesto con la mano de que me alejara y obedecí. Lorenzo lo levanto como muñeco de trapo y Ahmed empezó a caminar. Apoyándose de Lorenzo y luego me miro con los parpados casi cerrándose de nuevo. Como si le pesaran mucho.
- ¿Por qué?.
Susurro y comprendí que me preguntaba a mí.
- Porque tú no me has dejado morir hasta ahora.
Empecé a salir detrás de ellos dos. Cuando vi a Xiomara bajar las escaleras. Nos miramos y ella miro a el piso de arriba temerosa. Yo mire a los chicos. Quienes estaban a unos pasos afuera de la casa. camine y agarre mi cuchillo de la mesa
- Traicionera, pensé que éramos amigas
Murmure. Ella me miro con pena y luego su mirada cayo
- Yo no quería. No fue mi intención, ellas.... no puedo traicionarlas. Son mi familia de corazón.
Sabia como se sentía eso, simpatice con ella. Yo también hubiera hecho lo mismo por Cassie, pero en las últimas de las alternativas.
- ¿Las vas a llamar? Adelante
Dije furiosa. Ella negó y luego señalo la puerta
- Vete, vete ahora que puedes. Cosita, sobrevive por mí. Los agentes de la otra organización ya vienen.
- ¿Qué? – Dije boquiabierta
- Nuestra organización cayo. La única forma de que sobreviviéramos sin que nos mataran fue entregándolos, perdón.
Dijo y negué luego me di la vuelta y empecé a salir de la casa. ya Lorenzo y Ahmed parecían hormigas por lo lejos que estaban. Vi que Lorenzo me estaba viendo, no se movían. Le hice señas con las manos de que siguieran y el asintió. Lo más lógico es hacer eso, ahora mismo no puede volver ya que significaría dejar desangrar a Ahmed. Mire a Xiomara por encima del hombro y la vi llorando.

Hipócrita

- ¿Qué haces?
Escuche la voz de María y nuestras miradas se posaron en la otra. Ella saco su pistola y yo empuñe con mayor fuerza mi cuchillo. Sin titubear empecé a retroceder
- Mama, no
Escuché a Xiomara. Las dos la ignoramos. María recargo la pistola, yo dejé de retroceder y empecé a avanzar. Cuando me apuntara. Agarro la lata llena de caramelos de la mesa y la tiro. Mi mirada no abandono la de ella. María me apunto y en un parpadeo agarre la lata de dulces y la tire. Ella disparo y yo caí al piso. Me mire el cuerpo y supe que no me disparo, deje salir todo el aire que tenía en mis pulmones. Avance hacia ella gateando. Xiomara estaba quieta en su lugar. Quizás en shock. Mejor, me tire sobre María, sin dejarla tener tiempo para recargar. Sus ojos. No podía matarla, ella se supone que me ayudo. ¿No? ¿No íbamos a ser una familia? Trague saliva y alce el cuchillo. ¿Iban a hacerme esto cuando estuviera sola, en este lugar que no conozco?
- Lo hice por mi hijo, sé que él puede cambiar si te consigue.
Dijo. Idiota, clave el cuchillo lo más hondo que pude
- Tus ojos me recuerdan a él, pero él era más inteligente que tu
Continuo. En sus ojos se veía dolor, pero su voz no titubeaba, estoy harta. Saque el cuchillo de su estómago y lo clave con fuerza en su pecho. Sus ojos se cerraron y alzo su mano. La sangre me salpico las mejillas y saque el cuchillo. Su mano cayó a un lado sin vida y su respiración fue nula. Se sintió bien, envaine el cuchillo y mire a Xiomara
- Espero que mi hermano te mate de las peores formas posibles
Murmure, orgullosa en cierto modo. Pero luego pensé. ¿Mi hermano era un psicópata como yo? ¿Yo acaso era una? No. Soy una asesina. Mate a diferentes guardianas, herí de gravedad a El hombre. Solo tenía seis años al hacerlo. Mate a Manuel, mate a varios hombres que nos seguían aquel día en la camioneta de Xio. Mate a la mama de corazón de ella, y en el hotel mate a otro hombre. Me intente limpiar la sangre de la mejilla, pero se esparció más, Lorenzo inundo mi mente y le di una última mirada a Xiomara. Quien me observaba horrorizada. Antes de salir corriendo a toda velocidad por la puerta.
- Siempre te quise, y en otra vida hubiéramos podido ser algo.
Dijo la morena. No la mire, corrí lo que más pude. El atardecer empezaba a dejarse ver. Pintando el cielo de un tono rojo, el más hermoso color que puede haber. Y más si se trata de sangre.
Tenía el pecho hundido, el corazón me ardía por la traición de Xiomara. Las lágrimas amenazaban con salir, pero las reprimí y las guardé en lo más profundo de mí. Guardándolas para cuando fuera la ocasión, visualice a Lorenzo y a Ahmed a lo lejos. Estaban parados en la estación del camión. Corrí más rápido, mis pulmones ardían de la velocidad en la que respiraba y mis piernas titubeaban un poco.
Llegué a su lado, Ahmed tenía los ojos cerrados, pero aun respiraba y se mantenía de pie. Lorenzo me miro con miedo, como si la muerte hubiera acabado de pasar por sus ojos. Recordé que tenía la sangre de María y sonreí
- No es mía.
Pareció que se calmó. Pero luego nos quedamos en silencio hasta que llego el camión. Ellos subieron primero. Luego yo y me senté a un lado de Ahmed, el dejo caer su cabeza en mi hombro y Lorenzo me miraba con celos, rodee los ojos y baje mi mirada al ver que todos en el camión me miraban raro. Y me acorde

Solo llevaba un top deportivo que me había dado Xiomara

Mis mejillas ardieron y me lleve los brazos al pecho para cubrirme. Pero antes de que lo intentara el buso de Lorenzo cayo en mis brazos y lo mire. El llevaba una musculosa abajo, trague saliva. Intentando desviar mi atención de sus músculos y me pasé el buso por la cabeza y metí los brazos dentro. Mi pelo negro quedo dentro y no me importo acomodarlo, luego saldría solo. Supongo. Reacomode a Ahmed y le pegue un poco en la mejilla para ver si aún estaba consciente, no lo estaba. Pero respiraba. Mire a Lorenzo, el extendió una mano hacia mí y la tome. Nuestras manos juntas descansando en la rodilla de Ahmed
- ¿Tienes celular?
Pregunto y el asiente. Bien, miro por la ventana del camión y me doy cuenta que falta un pelín para que anochezca del todo. Aprete la mano de Lorenzo cuando llegamos a el pueblo. Bajamos a Ahmed entre los dos y nos dirigimos hacia una de las posadas, no eran muy agradables. Pero era lo único que había y nadie iba a ir a un lugar que apenas tenía una estrella. Había mejores lugares en el pueblo, pero simplemente este era el más discreto.
- ¿Qué le paso al tío? – Pregunto el chico que atendía. Tenía acento español.
Lorenzo lo ignoro y paso su tarjeta. De una sola pasada pago y nos dieron la llave de la habitación. En el penúltimo piso. Subimos por el ascensor de madera y tuvimos que pagar cien dólares más.
- Y yo no te creí cuando dijiste tener dinero
Me burlé mientras el ascensor subía lentamente. Había apenas cuatro pisos. Pero se tardaba mucho para llegar al que necesitábamos
- Bueno, te lo advertí.
Él sonrió. Yo también quería hacerlo. Pero cerré los ojos cansada, ¿de verdad Xiomara hablaba en serio sobre que se arrepentía? Bueno. Al menos matando a María me asegure de que no tuvieran ganas de seguirme.
Llegamos a nuestra habitación. Era pequeña, la cama era de dos plazas y el colchón estaba muy duro. Dejamos a Ahmed en la cama y Lorenzo fue por un kit que había en recepción (Pagando más. De nuevo) Me quede sentada al lado de Ahmed mirando a la puerta de la habitación. La puerta tenía un pequeño hueco donde se podía ver el pasillo. Mire a Ahmed, quien dormía profundamente. Bajé la mirada y vi que aún estaba bien con mi camisa rota como vendaje. Me levante y camine hacia la ventana. Esperando a que Lorenzo volviera de abajo, eran solo tres pisos y estaba tardándose mucho. No puedo dejar a Ahmed solo, pero ¿Y si le paso algo?
Él es fuerte. Me acerque a la puerta y mire a el chico durmiendo plenamente en la cama para luego entreabrir un poco la puerta de la habitación. Vi a dos personas paradas esperando el ascensor. Los dos eran chicos, uno rubio bronce y el otro pelinegro y pálido.......

Oh no...

Cerré la puerta rápidamente y puse el cerrojo, me tape la boca mientras me apoye en la madera y deje escapar un suspiro entrecortado y nervioso. El chico pelinegro era Esteban... mi hermano, deje caer mi cabeza para atrás y mi coronilla choco suavemente con la puerta. ¿Qué hace el aquí? ¿Nos encontró? ¿Dónde está Lorenzo? Quería llorar en este momento de la desesperación. Corrí hacia la ventana y empecé a mirar algún indicio de poder bajar por ella, pero, aunque la hubiera no podría bajar con Ahmed. ¿Por qué Xiomara tenía que hacer esto? Pensé que éramos amigas. Me senté en la cama y miré fijamente el pequeño agujero de la puerta. Solo se veía el pasillo levemente, por lo que decidí intentar calmarme un poco y no entrar en pánico antes de tiempo. Quizás no me vieron y se fueron. Pero si fuera así, ¿Dónde está el pelirrojo? No quiero que le pase nada. Ya lo perdí una vez por querer salvar a Cassie. ahora no puedo volver a perderlo, suspire y me acurruque a un lado de Ahmed.
La cama empezó a vibrar y di un salto. Me quedé sentada y empecé a buscar la fuente de la vibración ya que estaba en la cama y el piso estaba normal. Busqué hasta que sentí que lo que vibraba era el bolsillo del pantalón de Ahmed. Metí la mano y saqué el celular, sonreí al recordar cómo le había quitado las llaves en la mansión de Lorenzo. Mire el celular con el ceño fruncido. Lo estaba llamando un numero desconocido. Deje que sonara hasta que dejo de hacerlo y mire la barra de notificaciones confundida. Había un video enviado nuevo y otras llamadas perdidas más mensajes raros. No los alcance a leer porque tire el celular cuando la puerta empezó a ser azotada en manotazos. Chille y saque el cuchillo de la vaina de mi cintura. Me acerque a la puerta y mire por el agujero a Lorenzo con la nariz sangrando y el ojo morado. Quité el cerrojo rápidamente y abrí la puerta. El entro cojeando con dos bolsas en su mano. Las dos tenían el logo de la farmacia en ellas.
- ¿Qué paso?
No respondió y siguió de largo hasta el baño. Lo seguí y me quedé en la puerta mientras el dejaba las bolsas en el lavamanos. Saco hielo de una y se lo puso en el ojo, gruñendo del dolor
- Déjame ayudarte
Dije y me acerque, mire por encima las bolsas y saque una venda. La más pequeña y un trozo de cinta. Me puse de puntitas para intentar alcanzarlo, pero aun así me mantenía muy inestable. Sentí como me agarro de la cintura y me sentó encima de la mesita que estaba al lado del lavamanos.
- ¿Mejor?
Escuché su voz en un susurro y asentí mientras empecé a desinfectar la herida de su nariz. Ya que la sangre no salía porque si y en el puente de su nariz se podía ver una clara cortada. Después guardo de nuevo los productos en la bolsa y pongo un poco de vendaje en la nariz de Lorenzo. Pego cinta en sus mejillas para que la venda quede puesta correctamente y le doy un beso en la punta de la nariz. Siento su risa
- Gracias preciosa.
Dijo y sonreí mientras me bajaba de la mesa, Lorenzo se quedó en el baño poniéndose hielo en el ojo y yo me dirigí con las bolsas hacia la cama donde estaba Ahmed. Rebusque y tire algunas cosas en la cama hasta encontrar la aguja y el hilo. me senté y desenvolví cuidadosamente la camisa de la herida de Ahmed, ya me coci una vez. Puedo hacerlo si encuentro primero la bala. La herida se dejó ver, goteando sangre aun y la carne despedazada dejaba ver el camino hondo que hizo la bala. Luego había pequeños restos de bala esparcidos. Me incline y busque en las bolsas de nuevo hasta sacar una pinza, ¿Había comprado Lorenzo un hospital entero o qué? Sonreí y miré a su dirección. Aún seguía la puerta abierta del baño, en su interior podía ver a Lorenzo tener una mueca mientras el hielo estaba pegado a su ojo herido, volví a mirar a Ahmed y de repente recordé aquella escena con el gato. Cuando él lo curo porque aún no podía soportar el hecho de ver sangre, se notaba que él tenía mucha experiencia y yo ahora tenía miedo de sacarle algo incorrecto del cuerpo de Ahmed. No quería molestar a Lorenzo, pero vamos. Ya yo lo había ayudado. Que el me ayude a mí. Mire a la puerta antes de gritarle para que viniera, temiendo al recordar ver a aquel chico de mis mismos ojos aun por aquí. Me aparte y Lorenzo empezó a hacer todo el trabajo, acordamos que yo solo iba a vendar porque era pésima cociendo heridas. No tenía muchos ánimos de discutir y me limite a rodar los ojos mientras me levantaba y me dirigía al baño para limpiar la sangre que había en el lavamanos, los paños y las demás cosas que deje tiradas cuando cure a Lorenzo.
- ¿Cómo le digo que vi a mi hermano aquí? – Susurre para mí misma mientras tiraba los paños y algodones al tacho de basura - ¿El aun estará por aquí? ¿Quizás él lo vio y aun no me dice nada?
Me mordí el interior de las mejillas. Eche agua y lave por encima con los dedos el lavamanos, si bien los empleados podrían hacerlo cuando nos fuéramos. Levantaríamos muchas sospechas, hablando de irnos.... ¿Dónde iríamos? No creo que a Lorenzo le fascine la idea de vivir en un hotel de una estrella y aparte con la gente que me traiciono cerca de nosotros. Sali del baño y me senté a su lado. Él estaba concentrado en cocer a Ahmed. Ya casi terminaba por lo que apoye mi barbilla en su hombro, nos quedamos en silencio un rato hasta que su mano con sangre se posó en mi rodilla desnuda. Me palmeo y luego se levantó con todo lo que ensucio para ir al baño. Tome su lugar y saque las vendas de la bolsa. Envolví rápidamente la herida y luego me levanté hacia el baño para limpiarme la huella de sangre que Lorenzo había dejado en mi piel. Entre y él estaba normal en el lavamanos, mire por encima del hombro a Ahmed. Quien estaba en un sueño muy profundo. Sonreí maliciosamente y luego me dirigí a la bañera. Me quite el buso de Lorenzo y lo doble a un lado
- ¿Te vas a bañar?
Escuche a el pelirojo detrás de mí. Asentí y él se lavó rápidamente antes de salir del baño, era muy tierno y me gustaba el espacio que me daba. Me dirigí a él lavamanos, para mí no tenía mucho sentido limpiarme toda si lo único sucio que tenía era la rodilla. Me quite los zapatos y las medias. La planta de mis pies toco el frio suelo del baño y deje escapar un suspiro entre dientes. Aun dolían las ampollas. Pero no tenía tiempo para tratarlas, así que me pase la barra de jabón de vainilla por la huella de la mano de Lorenzo y me eche agua. El agua escurrió la sangre y me seque la pierna con una toalla pequeña que estaba tiraba en el piso del baño. Me mire al espejo y mi pelo estaba muy negro, no era que no me gustara. Pero prefería el rubio. Me acerqué a la bañera y abrí el grifo, metí la cabeza y empecé a lavarme el pelo. Masajee mi nuca un rato y luego saque la cabeza para acto seguido cerrar el grifo y vaciar la bañera. Me puse el buso de Lorenzo de nuevo y los hombros se mojaron un poco por las goteras de mi pelo. Al salir pasé por el espejo y me di cuenta que Xiomara tenía razón. Mi pelo se aclaró levemente, quedando como un negro empezando a ser marrón. Ya no tan negro y sonreí mientras abrí la puerta y abandoné el baño. Vi a Lorenzo sentado con la espalda apoyada en la cama mientras miraba su celular. La pantalla bañaba su cara en la luz azul. Camine hacia él y me pare frente a él, sus ojos estaban fijos en la pantalla y su cara pálida. Por el cambio de luces y como su mirada va de un lado de la pantalla al otro adivino que es un video.
- ¿Qué estás viendo?
Pregunto y el silencio nos consumió de nuevo, fruncí el ceño y me arrodillé antes de apoyar mis codos en sus rodillas
- Lorenzo Dellacourt – Seguí insistiendo.
Pareció funcionar porque me miro y apago el celular
- No es nada – Por su tono tembloroso supe que si
- ¿Me dejas revisar tu celular? ¿Estas con otra?
Mi plan era hacerme la víctima. Que me dejara revisar y buscar el maldito video que tanto lo afecto. Porque sentía una muy mala vibra acerca de esto
- No estoy con otra, ten. Pero ten también en cuenta que jamás vas a salir de mi lado y no volveremos. No va a terminar como la última vez.
Me dejo desconcertada. Me extendió el celular y lo tome, sus brazos me rodearon y quede acostada sobre su pecho. Mi espalda descansando en su cuerpo mientras su barbilla estaba apoyada en mi cabeza y sus brazos me envolvían. Prendí el celular y me dicto una clave. La puse y el celular se desbloqueó. Mostrándome la imagen de un chat con fondo negro, mire si estaba registrado. Pero era número desconocido. Los dos últimos números me fueron familiares y recordé que fue el mismo número que llamo a Ahmed hace un rato. El chat inicio con un archivo enviado hace unos días, luego otro archivo hoy. Alce la cara y vi a Lorenzo, quien estaba mirando en otra dirección que no era mi cara. ¿Avergonzado? ¿Nervioso? No, furioso

Es algo malo

Volví a mirar el celular y abrí el primer archivo. Sentí como Lorenzo se tensó y no pude evitar empezar a sentir el corazón latirme con más velocidad que nunca. Era una foto. Cassie estaba atada a una silla, su ropa estaba sucia y mugrienta. Su pelo estaba tieso y maltratado, sus ojos estaban cerrados casi como si estuviera a punto de desmayarse y los labios rotos por resequedad. Se me encogió el corazón y mi vista empezó a hacerse borrosa mientras mis manos empezaron a temblar, el celular casi se me cae. Lorenzo dejo de apoyar su barbilla en mi cabeza y me dio un beso en la mejilla
- Caramelo, no podemos hacer nada.
Susurro. Pero no lo escuche, estaba demasiado preocupada y horrorizada de ver a Cassie así. Necesitaba encontrarla ahora mismo, moquee un poco mientras solté un sollozo. Me cubrí la boca rápidamente con el torso del buso de Lorenzo, aspire su olor y luego me gire para mirarlo. Él me estaba mirando fijamente con el ceño fruncido, iba a preguntarle si podríamos intentar ayudarla. Se suponía que con Xiomara, María y Beatrice íbamos a sacarla. Pero ahora que ellas me habían traicionado la cosa empezaba a ser de mal en peor. Cayendo en picada con la tranquilidad que había tenido apenas esta mañana. Donde lo único que pensaba era que Lorenzo era un pesado por no dejarme ir al pueblo con Thomas, el corazón se me encogió al recordar cómo fue matado brutamente por.... No sé quién les disparo. Mi hermana estaba viva por lo menos, el hermano de Lorenzo estaba muerto y aun así él no se había mostrado débil a mi lado, ¿Le dolería? O solamente no me tuviera la suficiente confianza que yo le tenía a él hasta este punto. Me contuve, el nudo de mi garganta creció más y más. Pero intente no prestarle atención y me gire hacia Lorenzo. Ya había tenido mucho de Cassandra. Lorenzo me apoyo desde el principio y hasta arriesgo su vida por ir por ella. No sé de dónde sacaría cara para pedírselo de nuevo.

O quizás puedo ir sola. Desaparecer en la noche, dejarlo a cargo de Ahmed.

No, Quizás me atrape y muera en el intento. Esa no es mi preocupación. Mi preocupación es que yo desaparezca. El nunca volvería a saber nada de mí, y daría por sentado que lo traicione. Sabiendo que el traiciono varias veces a su gente, a su hermano. A sus amigos solamente por mí. Los mato, dejo a su hermano morir solo por salvarme, ¿Podría hacer yo lo mismo por él? no sé, Cassie estuvo muchísimo tiempo conmigo. Ella es el único recuerdo de Violeta, aunque creo que la debería dejar ir. Duele. Miro a Lorenzo fijamente y el me devuelve la mirada. ¿Qué pasara en su cabeza? ¿Está desmoronándose por dentro, pero fingiendo estar bien por fuera? No lo entiendo, nos quedamos callados y rato hasta que me canso y me intento levantar, pero el agarre de Lorenzo aumenta en fuerza. Haciéndome quedar presionada contra el
- No te vayas, no sé lo que estes pensando. Caramelito, pero por favor no me dejes solo.
Su voz estaba quebrada. Aprete la manga de mi buso para intentar ser fuerte para él y no derrumbarme a llorar fuertemente, ya que él tendría que consolarme porque yo estaba llorando por él y él nunca se volvería a abrir conmigo.
- No me dejes – Continuo y me partía el corazón con cada palabra – Eres lo único que me queda, prefiero morir a perderte.
Negue. Sentí las lágrimas borrar mi visión, pero aun así no las derrame. Aparte la mirada de él, rodee su torso con mis brazos y enterré mi cabeza en su cuello y aspire dramáticamente su olor. ¿En serio que mierda estaba pensando al aceptar el plan de Ahmed?
- Prométemelo. Yelizza Brenslic, Jennifer Jeffers, Sabrina Oxfard. Hazlo por mí.
No podía prometerlo. Me estaba rompiendo el corazón, Ahmed me advirtió que si aceptaba no había vuelta atrás. No puedo dejarlo, quizás pueda añadirlo al plan. Pero las esperanzas están nulas hasta que Ahmed despierte y las confirme

Finjamos que estaremos a su lado para siempre, después de todo es mejor aprovechar cada instante.

Me mordí el interior de la mejilla hasta que sentí el sabor de hierro en mi boca. Me tragué la sangre y aprete los puños lo más que pude, siempre había mentido. ¿Por qué dolía tanto ahora?
- Lo prometo.
Casi me pongo a chillar, si mi corazón estaba destrozado ahora estaba a ñicos cuando el dejo de estar tan tenso. Me había creído. Había caído en mi mentira, ahora solo podía esperar a dar cualquier cosa para que Ahmed cambiara el plan para que Lorenzo pudiera adaptarse a nosotros. mi prometido... me recordé y sentí una sonrisa llena de tristeza dibujarse en mis labios, pero el chico que me abrazaba no la noto. Me tomo de la barbilla y me obligo a mirarlo de nuevo a los ojos.
- Mañana le comprare una silla de ruedas a Ahmed, nos iremos de aquí en el tren. Por favor no vayas por tu hermana.
Murmuro, solo pude asentir. En cierto modo quería que Ahmed despertara ahora mismo y poder desahogarme con él. pero en otro quería que se quedara para que este sueño con Lorenzo durara lo más posible. Pero en cualquier momento todo se desmoronaría, y ya lo sabía más que nada por culpa de María.
Lorenzo me soltó. Los dos nos levantamos. Él fue al baño y yo fui a buscar en el armario de la habitación para buscar alguna sabana, efectivamente encontré dos. Tendí la primera en el suelo. Le robé una almohada a Ahmed y me acosté. Mi cabeza quedo en la almohada y me corrí hacia un lado para dejarle espacio a Lorenzo. Quien estaba en el baño y con la puerta cerrada no había mucha opción de fijarme que hacía, el pensamiento de irrumpir para mirar que hacía me inundo, pero lo contuve. No quería parecer una pervertida. Recorrí con la mirada el cuarto mientras intentaba dormirme, pero vi que él había dejado su celular en el borde de la cama. No quería ver más cosas de Cassie, pero tampoco tenía mucho que hacer y bueno. Me incline y lo tome, lo desbloquee y me metí a cámara. Puse el celular en mi frente y me tomé una foto chistosa a mi cara. Luego me acosté al lado de Ahmed y no pude reprimir una risa mientras le ponía un poco de mi pelo en su nariz, simulando un bigote. Saque otra foto. Luego me acosté de nuevo en la cama improvisada y puse la foto de Ahmed con bigote y yo de fondo de inicio. Luego me puse a mi posando con cara chistosa de foto de bloqueo de pantalla. Feliz y riéndome por lo bajo deje el celular donde Lorenzo lo había dejado y me acurruque entre las sábanas. Mirando fijamente la puerta mientras el sueño intentaba ganar dentro de mí, pero las ganas de hacer más travesuras me inundaron. Necesitaba mantenerme ocupada para no pensar en nada de esto. Si no lo pensaba no me estresaría y lloraría para que mi novio me consuele, me tape la boca con la mano y abrí los ojos como platos. ¿Lorenzo es mi novio? En realidad, sí. creo que también es mi prometido por el tema del anillo. Pero. No había pensado en Lorenzo como mi novio hasta hace segundos. ¿Qué pensaría mi yo del pasado cuando lo vi por primera vez y se diera cuenta de que aquel psicópata es mi novio ahora? Sonreí emocionada mientras me hice bolita en las sábanas y luego cerrar los ojos, apenas estaba pensando en cómo las cosas cambiaron cuando llegamos a Hensgrim. Mi hermano aun me sigue y hay dos opciones, la primera es que me atrapan. Dentro de esa opción hay otras dos opciones, me matan o me dejan viva siendo torturada, y luego está la segunda. Donde logro escapar con Ahmed y Lorenzo, Ahmed es el padrino de nuestros hijos cuando nos casemos y.... ¿Quiero tener hijos? ¿De verdad me quería comprometer con Lorenzo o solo fue la presión del momento? Trague saliva e intente quitarme todo esto de la mente. Pero empezaron a dar tantas vueltas que me mareaba y las ganas de llorar volvieron inmediatamente, me enrosque más y el silencio fue interrumpido con el sonido del agua caer. ¿Apenas se va a bañar? Lleva un rato gigante encerrado ahí. ¿Qué estaba haciendo antes? Deje de respirar cuando la puerta de la habitación fue golpeada en tres suaves golpes para captar la atención. Me tense y me levante rápidamente, dirigiéndome hacia el baño con pasos rápidos y temblorosos. Abrí la puerta del baño, no mire adentro por respeto a Lorenzo
- Están tocando la puerta – Avise - ¿Pediste comida rápida o algo?
La verdad no quería pensar nada antes de tiempo. Pero fue imposible cuando escuche como cerro la canilla bruscamente y el agua choca contra el suelo mientras sentía sus pisadas
- Ya me visto, no salgas
Asentí, aunque él no me podía ver. Cerré la puerta suavemente para no hacer ruido y desenvaine mi cuchillo mientras me acerque a la puerta. La ventaja era que en la habitación había poca luz, por lo que si tapo el agujero y luego lo destapo quizás no se vería mucha diferencia. Me acerque a la puerta con el cuchillo en mano y me asome por el agujero de la puerta.

Mi hermano.

Me quedé congelada, me mordí el labio inferior y empecé a retroceder
- Jennifer, sé que estas aquí. Podemos negociar y dejar vivir a uno de tus amiguitos. Somos de la misma sangre, ¿No? Pero vas a tener que decidir quién. Ese es el precio, vamos. Confía en tu hermanito menor. Nini.
Me entraron ganas de llorar al escuchar el apodo que solía decirle. Haz silencio Nini, nos pueden atrapar. Recordé cuando jugábamos a las escondidas con Violeta. Quite los pensamientos de lastima de mi mente y mire a Lorenzo, quien tenía una pistola en su mano. Estaba vestido y su cabello era rojo oscuro por lo mojado que estaba. Las gotas cayendo de él me hacían temblar las piernas. Me hice a un lado, no quería tratar con mi hermano ahora. Y no sabía que era mejor. Si quedarnos en silencio o atacar. Por lo que me senté en la cama al lado de Ahmed mientras Lorenzo se apoyaba contra la puerta. Vi cómo se puso tres dedos en la garganta. Y con la otra mano se tapó la nariz.
- Señor, se equivocó de habitación
Dijo Lorenzo, pero no sonaba como Lorenzo. Parecía un hombre de unos setenta años. Se escucho una maldición al otro lado de la puerta y luego pasos alejándose de aquí. Lorenzo se quitó las manos de la garganta y la nariz y se sentó a mi lado. Aunque estábamos cerca el silencio nos envolvió. Su mirada estaba perdida en el piso.
- Thomas solía hacer eso en las llamadas para asustar a nuestros padres.
Susurro y comprendí porque se veía tan desanimado, estaba recordando a su hermano y ahora estaba en duelo. El apoyo sus manos en su regazo y no pude evitar sentirme tentada a tomar su mano, por lo que extendí mi mano y entrelace nuestros dedos.
- Lo lamento.
Susurre, pero él no respondió, lo que me rompió más el corazón. Jale su mano y lo atraje hacia mí, el dejo que lo hiciera. Por lo que quede casi acostada y la cabeza de Lorenzo descansando en mi pecho mientras que la mía estaba en la cabecera de la cama. Empecé a peinarle el pelo, sus brazos me rodearon la cintura como si fuera una almohada. Se subió un poco más y enterró su cara en mi cuello justo como había hecho yo con el hacia un rato, quería consolarlo de verdad. Yo no tenía muchas excusas para llorar porque mi hermana estaba viva, ¿No? El sí. y aunque mi hermana estuviera siendo torturada tenía lo que el hermano de Lorenzo no, estaba viva. Aunque quizás no, pero lo que menos me importaba ahora era ella. El casi muere por él, no sé qué habrá pasado ni como terminé yo en la mansión con Ahmed y Thomas cuando me reencontré con Cassandra. Pero ella ya tuvo la oportunidad y no podía, no puedo dejarlo solo sabiendo que dio un montón de cosas para que ahora nosotros estuviéramos juntos.
- Siempre voy a estar para ti, perdón por escapar.
Susurre en su oído y escuche un sollozo. Mire rápidamente a Ahmed, pero estaba aún dormido.

Lorenzo esta.... Llorando

Quería sonreír, porque quizás su dolor significaba que confiaba demasiado en mi para desmoronarse conmigo, pero también me partía el alma que estuviera así. Y ahora, aunque
estábamos así. Los dos abrazados, entendí que incluso me quemaría viva para no perderlo. Me costó entenderlo. Pero, aun así, ahora tenía trabajo en pensar como convencer al equipo de Ahmed para que Lorenzo estuviera en el plan. O sino no haría nada, de alguna forma podría escapar de ellos. Llevo tiempo escapando de mi hermano, podría hacer lo mismo con ellos ¿No?
- No me iré a ninguna parte sin ti.
Susurre, aunque fuera más para mí que para Lorenzo. El siguió sollozando en voz muy baja. Si hubiera un poco más de ruido no los podría escuchar. Su cuerpo empezaba a temblar y deje de acariciar su pelo para abrazarlo más fuerte. Para abrazarlo contra mí y que supiera que estaba aquí para él, él estuvo cuando caí. Lo mínimo que puedo hacer es estar también para el cuándo cayera. Aparte que todo esto era mi culpa, ¿No podía morir de una maldita vez? Manuel, Dash, Tatiana, Cassie está siendo torturada y ahora muere también Thomas. ¿Tan importante es el maldito chip?
- Lorenzo... ¿Qué tiene el chip?
Susurre y me prepare para no recibir ninguna respuesta. Me incline y empecé a dejarle suaves besos en la coronilla, baje hacia su nuca y me detuve cuando hablo.
- Tiene l-la información de ese l-lugar.
Tartamudeo entre sollozos. Continue el recorrido de besos en su nuca y luego subí de nuevo a su cabeza. ¿Qué lugar? No podía preguntarle tantas cosas con el llorando. Sería muy estúpido de mi parte. Pero luego sentí una bombilla encenderse en mi cabeza

¿La mansión Zaharie?

Era la única opción razonable. Pero. ¿para qué iba a necesitar mi hermano la información de ese lugar? Dios. Si que era tremendo loco. ¿No puede soltar el pasado y ya? Recuerdo que Xiomara dijo que los policías lo atraparon. ¿Dónde estuvo todo este tiempo hasta ser mayor de edad?

Él es mejor que yo.

Recordé, ni siquiera yo era mayor de edad y aun así él ya tenía una empresa. ¿Cómo? ¿Fingió tener otra edad? Y aunque lo intentara se vería enseguida que es un crio de quince o dieciséis años. No sé cuántos tiene ahora, ni siquiera recuerdo su cumpleaños. En la mansión pasaba el tiempo muy rápido y el único que llevaba el tiempo era El hombre. Sonreí al recordar como lo había apuñalado en el tobillo antes, suspire y borre mi sonrisa al recordar que ahora estoy consolando a Lorenzo, asi que levante su barbilla con mis dedos temblorosos
- ¿Querías que te lo repitiera? – cuando sus ojos verdes llenos de dolor me miraron empecé a hablar, haciendo referencia a la conversación que tuvimos anoche, creo. No recuerdo bien las fechas. – Te amo, Te amo Lorenzo.
Dije y luego le di un suave beso en los labios. Me separe y lo mire, el me seguía mirando fijamente. Me empecé a sentir nerviosa por su reacción. Miré sus labios y vi una leve sonrisa en ellos.
- Yo también te amo, señora Dellacourt.
Rei un poco y luego lo atraje hacia mí en otro abrazo. Esta vez quedo acostado encima de mi completamente.
Un rato después sentí su respiración calmada y supe que se había dormido. Intente moverme, pero el gruño y se apretujo más contra mí como un niño de cinco años buscando amor, deje de intentar moverme y empecé a hacerle trenzas en el flequillo rojo que aún estaba húmedo. Su pelo era suave y olía a ducha. Pegue mi nariz a un mechón y aspire, intentando grabarme por todos lados a Lorenzo. Su olor, tu tacto, todo. Por si algún día esto acaba, no quiero ser pesimista. Pero desde ahora empecé a comprender la importancia de aprovechar cada minuto con las personas, si pudiera ver a Violeta.... Le diría y que, aunque lo intente no puedo salvar a Cassie, que necesito sanar y ahora creo haber encontrado al chico con el que podría pasar mi vida bien, no sé cómo se lo tomaría. No la recuerdo mucho ahora, pero quizás a ella le importaría saber cómo estaba yo ahora, ¿No? En cualquiera de los casos nosotras éramos las que estábamos unidas, éramos una cuando estábamos juntas. Ella fue la que me salvo en mi infancia. Y murió también por mí, mis ojos empezaron a arder y los cerré.
A Camila... le daría las gracias por tomar el papel de madre de Cassie y yo. Y también por traernos a Hensgrim. Si nunca hubiéramos venido... no sé de qué sería de mi ahora, Lorenzo se movió un poco y empecé a deslizarme hacia el borde de la cama. Su peso empezó a caer en la cama y mi cuerpo estaba libre. Me levante y agarre las sábanas del piso. Deje la almohada en la orilla para que Lorenzo no se cayera. Luego los cobije a los dos con una almohada, la otra la use para pasarla por mis hombros como una capa. Pero en realidad era para cobijarme del frio que empezaba a atormentarme. Me acerque a la ventana, la ciudad estaba sumergida en la noche. ¿Qué estará haciendo Cassie en este momento? ¿Aun estará viva? Me sentía mal y culpable por no ir a ayudarla. Pero no puedo dejar a Lorenzo, ni tampoco pedirle que me acompañe ya que ha perdido mucho por mi culpa. ¿No debería perder algo yo también? Me llevé los dedos a la boca y empecé a morderme las uñas. Por culpa de los manjares que comí en la casa de Xiomara pensé que quizás los tendría de nuevo, y no recuerdo como antes aguantaba tanta hambre. Ahora me estoy muriendo por dentro y mi estomago ruge. Mire hacia la puerta. Pero no puedo salir, ni siquiera tengo dinero aquí, y Lorenzo esta dormido. No puedo tomar su tarjeta si en el caso supiera donde esta, y gastarme su dinero. Mi mirada se deslizo hacia la ventana de nuevo y vi las calles desiertas. El farol le daba un poco de luz, pero aun así parecía una calle ideal para que te robaran hasta el alma. ¿Eso le paso a Lorenzo? ¿O porque volvió herido después de venir de la farmacia?
Un auto rojo estaciono en la cuadra de al frente. La luz que salía de él fue suficiente para iluminar completamente media calle con la intensidad del sol durante el día. Me aparte rápidamente de la ventana y por reflejo mire la puerta, estaba cerrada con el cerrojo. suspiré y luego me senté en el borde de la cama. Le puse la mano a palma abierta en la frente de Ahmed; mis sospechas fueron ciertas y tenía un poco de fiebre.
Me dirigí al baño. Agarre la toalla que use para limpiarme la rodilla que Lorenzo me había dejado con la huella de sangre y la limpie primero. Luego abrí la canilla de agua fría. Haciendo que el agua que salía fuera un poco más fría que el agua tibia para la fiebre. Recuerdo que mama siempre hacia eso con Cassie cuando estaba enferma. Apagué las luces del baño y cerré la puerta después de salir por ella. Volví al lugar donde me había sentado y le puse la toalla húmeda en la frente del pelinegro. ¿Mi madre biológica también nos cuidaba a Esteban y a mí? ¿Cómo era mi madre?
Luego de un rato aparte el paño de la frente de Ahmed. Lo deje a un lado cuando me asegure que la fiebre había bajado del todo. Apoyé mi cabeza contra la cabecera y cerré los ojos cansada.



Me desperté, pero aún no abrí los ojos. Era raro que estaba acostada plácidamente por la cama. Que yo recuerde me había quedado dormida sentada, y era raro tener tanto espacio. Abrí los ojos mientras mi corazón estaba a mil y miré a todos lados. Estaba sola en la habitación. Reprimí un grito cuando intente levantarme y caí de rodillas al suelo, gatee desesperada hacia el baño mientras miraba la puerta. Aún tenía el cerrojo. me calme un poco pero aún seguía horrorizada, me arrodille y alcance el cerrojo de la puerta. Lo jalé y solté un grito.
- ¡Yelizza! ¡Pervertida!
Chillo Ahmed y me tape los ojos rápidamente. Lo poco que vi fue a Lorenzo sentado encima del inodoro (Con la tapa cerrada) revisando su celular y a Ahmed acostado en la bañera llena de espuma.
- ¡Perdón!
Chille mientras cerré la puerta y luego recargue mi espalda en ella. Me destape los ojos y mire a el piso jadeando con el corazón a mil. ¿Ahmed no estaba herido? ¿Qué estaba haciendo bañándose? ¡Puede herirse más!
- ¿No estabas desmayado?
Pregunte casi gritando para que me escucharan desde adentro.
- ¿Hubieras entrado igual si fuera Lorenzo el que se estuviera bañando?
Me contraataco Ahmed y sentí mi cara arder
- ¡Deberías estar reposando! – Cambie el tema.
- Estoy bien.
Dijo y fue lo último que escuche hasta que el agua empezó a caer al piso

Mas vale que lo sequen después

Me aleje de la puerta y me senté en la cama al escuchar pasos. Luego vi a Lorenzo salir del baño.
- ¿Me fuiste infiel con un chico? Espere algo mejor. Dellacourt.
Dije fingiendo seriedad, el solo me miro y se echó a reír. Me alegro ver que ahora estaba mejor después de como ayer se quebró literalmente.
- Primero, no te fui infiel. Segundo, tú también eres Dellacourt. Mi esposa
Rodee los ojos ante sus palabras.
- Aun no nos casamos – Murmure mientras volví a mirarlo
- Reserve una cita con la iglesia de la ciudad a la que vamos. Ahmed te acompañara por el vestido de novia. Los esperare afuera de la tienda, obviamente. Vamos a la iglesia. Nos casamos, hacemos una mini reunión con gente que ninguno conoce y listo.
Percibí su alegría. Pero no podía evitar fruncir el ceño
- ¿No es mejor por el registro civil? Una fiesta grande puede atraer a....
- A mi cuñado – Dijo sonriendo cuando me interrumpía. ¿Por qué tenía que llamarlo cuñado? Se escuchaba raro. – Y si tú quieres firmar y ya, tú decides. Yo solo quiero casarme contigo. Por lo que ahora solo te vas a preocupar de eso. Mi querida prometida, me notificas después. Voy a buscar el desayuno.
Abrió la puerta de la habitación y se fue. Dejándome sola en el cuarto. ¿Qué? Era mucho para procesar. De pequeña había querido una boda. Claro. Pero nunca pensé que fuera a tenerla, con Carlos los dos habíamos prometido que si llegábamos hasta el extremo de tener hijos no sería muy necesario casarnos ya que nos amábamos y esas cosas. En realidad, solo me metió basura en la cabeza por lo que veo, ¿Qué quiero yo de verdad? Me tape la cara con las manos y me deje caer acostada antes de hacerme bolita y cobijarme con la sabana. Tengo demasiado en mente y ahora Lorenzo me da más cosas en que pensar.

O quizás solo es para que no pienses en eso.

Suspire. ¿En serio quería mi boda sin Cassie y mama? No podíamos volver a Hensgrim por Camila, pero quizás me puedo contactar con ella. ¿No? Por lo menos tener a alguien que yo considere de familia. Aunque sería peligroso, ¿Luego qué? Si me atrapan la matan. O la secuestran y lo último que quiero es que otra persona sufra por mi culpa. En otra situación podría elegir casarme por la iglesia. Pero ahora no podíamos llamar mucho la atención, y aparte. ¿Qué pensaría la gente al ver a una adolescente casada a tan temprana edad? La única opción que todos pensarían es que estoy embarazada. ¿de verdad quería hijos? Si, pero por ahora no. Es muy peligroso y ahora lo único que necesitaba era.... Bueno, ¿Llorar? No. Suspire y me levante enseguida al ver a Ahmed salir del baño. Se apoyaba en las paredes y tenía la misma ropa de ayer. Solo que no traía camisa.
- ¡Ahmed! – Chille - ¿Lorenzo puede estar en el mismo plan? Por favor
- Un hola primero seria lo mejor, ¿No? – respondió burlón. Luego me tiro en la cara la toalla que le colgaba del hombro – Y no lo sé, quizás si podríamos hacerlo. De todos modos, eso mismo estaba pensando. Mejor no dejar testigos ni clavos sueltos para que luego lo maten.
Me llene de esperanza. Quería dar saltitos. Y el pelinegro lo noto.
- Pero. – Mierda, no es bueno – Para que pueda unirse tiene que tener algo que los vincule directamente y sea indispensable que lo acepten para que vaya contigo.
- Estamos comprometidos.
- No matrimonio.
Luego hizo un gesto con la cara y apunto hacia mi vientre.

Mierda

- ¡No puedo estar embarazada! ¡Apenas tengo diecisiete!
Él se encogió de hombros y paso por mi lado. Le pegue una patada pero lo único que él hizo a continuación fue echarse a reír.
- Traje pizza de un local de abajo.
Dijo Lorenzo mientras entraba y luego cerraba la puerta de una patada ya que tenía las manos ocupadas. Luego se sentó en el suelo y nos hizo señas a Ahmed y a mí, él se sentó enseguida al lado de mi prometido y yo fui hasta la puerta para ponerle el cerrojo. luego me senté donde Lorenzo me pidió y lo miré unos minutos fijamente.
- ¿Papa y mama necesitan un momento a solas?
Dijo Ahmed riendo mientras comía un pedazo de pizza de muzarella, el queso derretido caía libremente. Haciendo que el pelinegro luchara para no derramar ni un poco.
- Ojalá te ahogues con el queso. – Dije mientras tomé un trozo y empecé a comerlo.
- Caramelo. ¿Paso algo?
Pregunto Lorenzo, me miraba extrañado. Ahmed empezó a reír a carcajadas y luego tosió por el queso, mi deseo se hizo realidad.
- N-nada
Dije al recordar la charla con Ahmed, ¿Cómo se suponía que debería decirle todo esto? ¿O quizás no le digo nada desde el principio y solo le digo la parte en la que necesito su ADN?
- B-bueno... - Empecé a hablar de nuevo cuando sentí las dos miradas mirándome fijamente, Ahmed estaba que reventaba de la risa y Lorenzo estaba serio. – Estaba pensando en.... – Mire a Lorenzo, intentando olvidarme de la presencia de Ahmed aquí – En que.... Podríamos... ¿Tener una familia? – Salió más agudo de lo que pensé y sentí mi cara arder.
- ¿Formarla ahora? – Dijo Lorenzo con el ceño fruncido.
- Si
Vi que bajo la mirada. Empezó a dudar, lo se. Él no quería una familia. ¡Que estúpida soy! Pero no hay más opciones,
- Tu hermano aun nos tiene en la mira, con un bebe sería más difícil.
Luego de las palabras de Lorenzo, Ahmed y yo intercambiamos miradas. ¿Sería bueno decirle ahora que hay una forma de evadirlo totalmente?

Díselo

Sentí las palabras de Ahmed resonar en mi mente. Quizás si era buena opción, mejor no.
- Lo vamos a evadir. Ahmed tiene contactos – Si, evadí casi todo el plan. Pero no le puedo decir todo aún.
- Ayudan aún más a las embarazadas, o mujeres con hijos. Sin decir que podríamos ir todos juntos.
Mire a Ahmed cuando hablo, sonreí para mis adentros cuando supe que me iba a ayudar con esta omisión de casi todo el plan que habíamos planeado.
Lorenzo relajo el ceño y su mirada empezaba a destellar en diversión.
- Bueno, en ese caso. Me encantaría tener un bebe contigo.
Mi cara ardió. La sentí y también lo supuse por la risa que dejo escapar Ahmed.
- ¿Terminaron? – Continúo hablando y yo asentí. No tenía mucha hambre, pero en cambio el chico de ojos azules agarro otro trozo y lo enrollo antes de metérselo a la boca entero.
- Cerdo
Masculle entre dientes mientras reía. Lorenzo rodo los ojos y le pego un codazo a Ahmed antes de levantarse.
- Bien, prepárense. Nos vamos a Canadá

EL DESASTRE QUE FUIMOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora