Yelizza
Las piernas me dolían, lo único que venía eran árboles. Justo como en el bosque donde Lorenzo me encontró. Llevaba dos bolsas en cada mano y estaba en la mitad de Xiomara y la señora. Ellas dijeron que tenían que ir a una cabaña porque en carretera no estaríamos seguras. Por lo que aquí estábamos, caminando debajo del crepúsculo y muriendo de frio. O al menos yo por el vestidito que llevaba, lo peor es que roto. Bajé la mirada y me mordí el interior de la mejilla para reprimir algún ruido que iba a soltar por mi cansancio
- Ya llegamos
Dijo la señora y pude sonreír mientras alzaba la cara. Pensé que sería una casa linda y acogedora. Que equivocada estaba, era una cabaña pequeña de madera negra y se veía más fría que salir en invierno sin abrigo en plena nieve. Xiomara me hizo señas de que entrara yo primero y obedecí. La cabaña estaba vacía menos por dos camas que había en la mitad y una chimenea apagada. Caminé por la cabaña y vi otra puerta. Supuse que era el baño, por lo que me senté en una orilla de una de las camas
- Lo lamento tanto, no me presente. Marianeliz, pero todos me llaman María.
Dijo la señora mientras se acercaba a mí y me extendió su mano. La acepte y estreche su mano en un saludo
- Un gusto señora María, me llamo...
Hice una pausa y miré a Xiomara. Que estaba cerrando la puerta. ¿Estaría bien decir mi nombre verdadero?Yelizza murió desde que te subiste a la camioneta
Volví a mirar a María y vi que estaba esperándome. Sonreí ligeramente por cortesía. No quería que pensara que me caía mal
- Soy Jennifer
Ella frunció el ceño y su mirada empezó a hacerse pesada en mi para luego escuchar sus palabas
- ¿Conocías a alguna chica llamada Violeta?
Mi corazón dio un salto y todos los recuerdos pasaron por mi mente tan rápido como un parpadeo. Los sentimientos de culpa se adentraron en mí de nuevo y aparte la mirada antes de hablar, nunca pensé volver a escuchar su nombre de otra voz que no fuera la de mi cabeza
- Si, era como una hermana para mi – Dije intentando disimular mi incomodidad
- ¿Era? – María suspiro y siguió hablando – La última vez que la vi, me dio un diario. Lo deje en la biblioteca, ella es una niña muy inteligente. Siempre me sorprendió lo madura que parecía para su edad. Ella dijo que iba a escapar contigo la última noche que la vi. ¿Viste a tu hermano?
- ¿Un diario? – Pregunte. Evadiendo la pregunta sobre mi hermano, en realidad me importaba más el diario en este momento que responder que murió y quede traumatizada un tiempo
- Si, me dijo que iban a escapar. ¿Sabes dónde está ella ahora?
No dije nada durante unos segundos. ¿Ella conocía a Violeta?
- Murió cuando intentamos escapar. ¿Eran amigas?
María asintió. Luego miro a Xiomara, quien estaba sentada en la otra cama mirándonos a las dos
- ¿Qué?
Dijo Xiomara y yo me giré a mirarla
- Nada – Dijo María y me volvió a mirar a mi - ¿Sabes dónde está tu hermano?
- No......?
Dije confundida por la fuerza en su mirada. Ella iba a hablar, pero Xiomara la cayo
- No, deja que Bea se lo diga. No estamos a tiempo para hacer escándalos. Voy a mirar si nos siguieron
Luego vi como ella se fue y nos dejó a María y a mi solas. Por lo que se me ocurrió preguntar
- ¿Quién es Bea?
María sonrió y suspiro. Como si la extrañara
- Es mi esposa, Xiomara es como nuestra hija adoptiva
Me sorprendí. Asentí y luego desvié la mirada
- ¿Te incomodé? – Dijo ella – Lo lamento. Oye. Si necesitas algo voy a estar afuera, necesito un cigarrillo. Y si quieres puedes bañarte. Agarra alguna prenda de Xiomara. Ese vestido está muy sucio
Murmuro y yo solo asentí. Cuando salió de la habitación me levanté y me dirigí al baño. Era pequeño pero lindo, de color marrón que le daba una leve calidez y la ducha. Al lado el inodoro y al frente el lavamanos. El piso era también de madera marrón y tenía un agujero tapado por una reja en el medio para drenar el agua.
Al entrar cerré la puerta y me quité el vestido. Pude ver el vendaje. Lo quite y la herida más o menos curada me saludo, ya no dolía mucho. O quizás no le preste atención al dolor cuando me dolía.
Me metí en la ducha y cerré la cortina blanca. Pase un buen rato ahí adentro hasta que escuche la puerta abrirse. Pasos, y luego la puerta volver a cerrarse. Me quede quieta hasta que la puerta se cerró. Sentí como mi sangre empezaba a helarse del miedo. Pero luego volví a quedar en silencio. A parte del agua de la ducha chocando con el suelo. Quería abrir la cortina para mirar si había alguien, pero el miedo me invadía. Trague saliva y gire el grifo de agua antes de cerrarlo.
Abrí la cortina y suspire al darme cuenta que estaba sola en el baño, mi mirada analizo todo el baño hasta llegar al piso. Ahí me tuve que tapar la boca con la mano para no gritar al ver el cuchillo con sangre que había en el piso. Mire alrededor del baño y agarre una toalla corta y me la envolví en el cuerpo. Sali casi corrí afuera del baño, la cabaña estaba sola. Por lo que miré a los lados y vi que en la cama donde Xiomara había estado sentada hace un rato. Mientras estaba hablando con María, y vi la mochila que había abajo. Me moví hacia ella mientras el frio empezaba a entrar desde mis pies hasta mi cabeza y mi pelo mojado no ayudaba mucho. Me arrodille frente la mochila y la saque de debajo de la cama. La abrí y pude ver solo ropa. Desdoblé unas cuantas prendas y pude ver que solo tenía tops
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EL DESASTRE QUE FUIMOS
Mystery / ThrillerTodo empezó cuando pisamos un pueblo llamado Hensgrim, que a simple vista solo era un pueblucho en medio del bosque, sin importancia. Donde solo las familias originales que fundaron el pueblo tenían casitas grandes y de colores pasteles, llamaban la...