Alejandro
Me desperté sudoroso, atormentado por un sueño que me persigue desde hace años. En él, una chica de cabello café claro, ojos color miel y piel blanca casi pálida, reconozco como Miriam, mi primer amor de la infancia. Después de regresar a España, intenté comunicarme con ella, pero mis esfuerzos fueron en vano. Su teléfono de casa nunca sonó, y mis cartas quedaron sin respuesta. Con el tiempo, supe que regresó a Ecuador, su ciudad natal según mis padres, y la perdí de vista. El rencor hacia el amor creció, sin saber si mi amor fue correspondido.
En aquel sueño, la vi sonreír mientras tomaba el collar de conchas que hice para ella en la playa, un recuerdo de despedida antes de mudarnos debido al nuevo trabajo de mi padre en España. Las imágenes se desvanecen, pero la sensación persiste, añadiendo un matiz melancólico a mi despertar. Han pasado años desde la última vez que soñé con esos lindos ojos cafés miel, pero no puedo olvidarlos.
Después de ese sueño un tanto melancólico, me levanté, dándome cuenta de que mi despertador aún no había sonado, pero sabía que no faltaba mucho para que lo hiciera. Rápidamente, reuní mi uniforme y mis pertenencias, listo para salir de mi habitación.
Bajé las escaleras rumbo a la cocina, decidido a empezar el día. Preparé una tostada con mermelada y serví un café amargo. Mientras disfrutaba de mi desayuno, el eco de esos recuerdos melancólicos persistía en mi mente.
-Miriam- dije entre un susurro - dónde estarás ,será verdad que no me recuerdas ,¿Por qué no sales de mis pensamientos? - me preguntó a mi mismo.
-Será porque tú no la puedes olvidar-contesta mi conciencia .
Después de disfrutar de mi desayuno, emprendí el camino hacia el colegio. Con el eco de aquel sueño melancólico aún presente en mi mente, me sumergí en la rutina diaria. La mochila al hombro, dispuesto a enfrentar lo que el día tenía reservado, caminé con determinación hacia las aulas, listo para sumergirme en las lecciones y desafíos que esperaban.
A unos pasos de entrar a la oficina para recoger mi nuevo horario escolar, fui interceptado por una de las consejeras.
Con una sonrisa, me preguntó:
-Alejandro, ¿podrías hacerme un favor? Necesitaría que le dieras un pequeño recorrido a una nueva estudiante de intercambio la cual viene de Ecuador
En mi pensamiento, realmente no quería asumir esa responsabilidad y menos en mi primer día después de vacaciones , pero la consejera añadió:
-Te servirá para entablar conversaciones más saludables. Quién sabe, podrías conocer a alguien que realmente te agrade y entablar una amistad.
Aunque en mi mente me decía a mí mismo que no quería hacerlo, terminé respondiéndole con una sonrisa forzada.
- ¡Claro, sería un placer!- Me ofendía un poco, ya que la consejera pensaba que realmente no podía hacer amistades por mi cuenta.
Aunque la perspectiva de conocer gente nueva no estaba entre mis preferencias. En mi interior, suspiré pensando que con los amigos que tenía hasta ahora, Mat, Roberto, Alonso y Mitzi, tenía más que suficiente. La idea de ampliar mi círculo social no estaba en mis planes, pero recordé las palabras de la consejera sobre conversaciones más saludables. Aun así, me preguntaba si realmente necesitaba más amigos, mientras me dirigía hacia la oficina con esa sonrisa forzada en el rostro.
Entré a la oficina de la consejera para tomar los datos de la chica a la que guiaría en el recorrido para mostrarle el colegio.
- Tendras que ser amable con ella- dijo con un tono demandante que
Estaba en mitad de contestar que no se preocupara cuando me trabé al ver que en la hoja decía "Miriam Andrade Martínez".
Quedé helado; seguro el color abandonó mi rostro porque la consejera preguntó-Alejandro estás bien- dijo preocupada.
Con la voz temblorosa y las manos de la misma forma, dije que sí y salí lo más rápido posible hacia el pasillo, buscando a alguno de mis amigos, en específico a Alonso, en busca de ayuda. El simple nombre de Miriam me hacía temblar. ¿Podría ser la misma? No puede ser, me repetía en mis pensamientos. Esto no puede estar sucediendo; tiene que ser una broma.
-O una coincidencia -dijo mi conciencia
Cuando me levanté de la cama con ese sueño de Miriam en mi mente, nunca esperé que la realidad me golpearía de esta manera. No podía ser posible que Miriam estuviera aquí, en España, y para colmo, estudiando en el mismo colegio que yo. Esto no era lo que esperaba al comenzar mi día.
Tenía que ser una broma, debía ser una broma. En medio de mis pensamientos confusos, encontré a Alonso, mi mejor amigo, en ese momento mi mejor aliado. Necesitaba desesperadamente que alguien me dijera que esto podría ser una coincidencia, una broma del destino, que realmente ella no estaba aquí.
Después de contarle a Alonso sobre la sorprendente situación con Miriam, mi amigo intentaba tranquilizarme.
Alonso, con voz calmada, me decía - Alex, respira. Puede ser una coincidencia, ¿no? ¿Cuántas Miriam podrían existir en el mundo?.
Sin embargo, a pesar de sus palabras, mi desconcierto seguía presente, y entre una voz temblorosa, expresé.
-No lo sé, Alonso. Esto es demasiado extraño. ¿Y si es ella, la misma de mi infancia?".
-Alex, todo va a estar bien. Solo guíala en el recorrido, averigua si es realmente la misma de tu infancia- dijo Alonso en su intento de tranquilizarme.
-Crees que sea buena idea? ¿Y si ella no me recuerda o si no es ella y estoy ilusionándome con esa idea?- respondí dudoso.
-Solo hay una forma de saberlo-dijo Alonso
En ese instante, sonó el timbre, indicando que todos debían dirigirse a sus respectivas aulas. Me di cuenta de que era el momento de encontrarme con esa estudiante y mostrarle el colegio, sin saber qué revelaría este encuentro.
Alonso se despidió de mí con un gesto de ánimo, dejándome solo en el pasillo mientras se dirigía a su respectiva clase. Quedé sumido en una incertidumbre que flotaba en el aire, preguntándome qué revelaría este encuentro. La incertidumbre seguía latente en mi mente mientras me preparaba para guiar a esa estudiante por el colegio.
¿Qué podría salir mal? ¿no?..
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Mi Corazón Aún Late Por Ti
RomanceMiriam, una soñadora incurable, siempre ha estado enamorada de la idea del amor. En su mundo, las historias románticas son sus tesoros más preciados. Un día, el destino le juega una carta inesperada cuando se reencuentra con Alejandro, un chico sarc...