Parte 7

68 7 15
                                        

No quiso comer, estaba agotado mentalmente y sólo tomó un tazón de leche en su cuarto, se recostó en la cama y abrió su libro sin prestar atención a lo que leía. Siempre hacía cosas, siempre iba de un lado a otro y hoy era diferente, los últimos días terminaba antes y no estaba lo suficientemente cansado como para dormir, por lo que intentaba leer, pero se consideraba demasiado idiota como para entender una lectura.

Levantó la mirada al escuchar un golpe, miró hacia el ventanal y se levantó viendo que una pequeña piedra chocaba con el vidrio, por lo que abrió y vio a Ryan.

-Baja -Pidió cruzando sus brazos sobre su cabeza.

-Ve a dormir, tu mamá se va a enojar.

-Vamos, baja -Pidió con voz cansada.

Gavin suspiró, miró los alrededores viendo lo oscuro que ve veía todo, incluso en la casa de los Collins estaban todas las luces apagadas, por lo que Ryan había salido sin permiso. Sin darle vueltas al asunto cerró la ventana y salió del cuarto bajando las escaleras y saliendo por la cocina rodeando la casa hasta ver a Ryan quien estaba pálido por el frío, con sus mejillas y nariz roja.

-No debiste venir...

-Mamá se puso histérica y sólo gritaba. Le expliqué lo que pasó y se calmó un poco -Interrumpió mientras hacía una mueca- Creyó que yo estaba herido porque vio mucha sangre. Papá se hubiera vuelto loco así que no le diremos nada.

-Lo imaginé.

Ambos guardaron silencio, Ryan juntó sus manos sobándolas para calentarla mientras Gavin bajaba su mirada algo incomodo por lo que había pasado.

-Disculpa...

-No hiciste nada, no tengo nada que disculpar -Se apresuró a interrumpir, respiró hondo dejando escapar una nube de vapor volteando hacia aun lado- Ve a casa, es tarde. Te acompaño.

-No.

Gavin volteó hacia el joven quien se veía afligido, parecía cansado, estaba ojeroso y aun así lo veía con expresión de suplica.

-Ya me siento mejor... Yo... Quiero comer esas cosas que recogimos.

-¿Castañas? -Preguntó Gavin viendo al chico asentir, por lo que no pudo evitar sonreír- Hoy vomitaste mucho, no quiero que vuelvas a vomitar mi camisa.

-Llegué a casa, tomé un baño y me sentí mejor, creo que el olor del animal me hizo vomitar, pero te prometo que estoy mejor.

Un suspiro más, Gavin volteó en silencio y Ryan lo siguió con una gran sonrisa en el rostro.

El mayor buscó algunas cosas, hizo una pequeña fogata en el patio y buscó un abrigo grueso para que usara el menor esperando que no se resfriara. Ambos se sentaron en unos troncos que improvisó el mayor, mientras este metía unas castañas que anteriormente había cortado en cruz a una especie de cacerola metálica con un mango largo, la dejó sobre el fuego y se sentó junto al menor moviendo la cacerola.

-Mamá fue grosera...

-No tienes que disculparte, tú no hiciste nada -Interrumpió viendo un momento que Galleta había salido de su corral y los rodeaba- Tu ya comiste, vete de aquí.

-Me agrada -Dijo Ryan palmando sus piernas para llamar al perro, quien al instante se acercó para recibir caricias en su cabeza- No quiero que te sientas mal, no hagas caso...

-Cuando tú cometas un error, me veras y pedirás disculpas y yo veré si quiero disculparte, pero no debes disculparte por nadie más, no son tus desiciones.

Ryan volteó para ver al mayor, su piel bronceada se veía dorada frente al fuego, sus ojos brillaban al reflejar las llamas, pero se veía cansado, como si ya no quisiera seguir avanzando, como si se le acabaran las fuerzas.

Una vida a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora