Parte 10

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Ryan amaba a Gavin y Gavin adoraba a Ryan, pero nunca pasaban tanto tiempo juntos, Gavin siempre tenía tareas pendientes, picar leña, arar la tierra,  limpiar los establos mientras que Ryan sólo no salía de casa, pero esta vez fue diferente, Gavin pasaba todo el día en casa de los Collins y solo almorzaban donde los Kamski. Ambos olvidaron sus obligaciones, Gavin ni siquiera partía leña y en los establos debían ser limpiado por los sirvientes.

-¿Has leído todo esto? -Preguntó Gavin al pasar su mano por el lomo de los libros en el cuarto de Ryan, quien veía de cerca el reloj que le había dado a Gavin ya que este había olvidado darle cuerda y lo ponía a la hora.

-Desde pequeño papá me da uno o dos libros al mes y debo leerlos -Respondió comparando la hora con su propio reloj.

-¿Ciencias políticas? ¿Anatomía? ¿Física? ¿Recursos humanos? -Preguntó y volteó para ver al joven- Carlota leía para mí una historia de uno muñeco de madera que quería ser un niño de verdad.

-Papá dice que un hombre debe ser elegante e inteligente y debes leer mucho para ser inteligente.

-¿Y sabes todo lo que hay en estos libros?

-Se que no mueres si pierdes el apéndice -Rió y bajó nuevamente la mirada para comparar los relojes.

Gavin volteó viendo el escritorio en donde habían cuatro enormes libros apilados, por lo que se acercó viendo uno de Anatomía, lo abrió viendo que no habían imágenes, solo páginas y páginas de texto.

-¿Lees estos?

-Papá me los dio cuando llegué, dijo que los leyera antes de terminar las vacaciones, pero ni siquiera los he abierto. Quizás mañana lea alguno o se pondrá furioso.

Gavin volvió a ver al menor quien levantó la mirada estirando su mano para devolver el reloj, por lo que fue hacia él dejando que lo acomode en su muñeca.

-¿Qué pasa si no los lees?

-Sólo se pone furioso -Respondió indiferente- Prefiero leerlos antes de verlo enloquecer.

El mayor se sentó sobre la cama a un lado de Ryan viendo sus manos pálidas. Su madre era un monstruo, pero su padre era un hombre amable y gentil, nunca lo había golpeado y no imaginaba que pudiera incluso levantar una mano a Elijah. Tomó la mano del menor acercándola a él para ver unas pequeñas cicatrices alargadas sobre la mano, unos dedos largos con uñas perfectamente cortadas.

-¿Te golpeaba si sacabas malas calificaciones? -Preguntó y volteó hacia él- ¿Por eso te obsesionabas siempre estar con libros?

-Todo papá se preocupa de su hijo, Gavin -Respondió acercándose al mayor mientras sonreía.

Gavin bajó la mirada viendo la mano del menos, la volteó viendo su palma, en esta se veía una cicatriz que la atravesaba por lo que tomón la otra mano del menor viendo que la cicatriz continuaba ahí.

-¿Puedo ver tus brazos o tu espalda?

Ryan rió sin gracia ante aquella petición, quitó sus manos y vio a Gavin voltear a verlo.

Un rotundo no salió de su estómago mientras se levantaba para ir a su armario pero se detuvo cuando Gavin no insistió.

-¿No insistirás? -Preguntó tomando la manija del armario.

-Si no quieres, no insistiré. Si es íntimo y personal para ti, no insistiré.

-Pero quiero que insistas -Agregó con verguenza- Quiero que te preocupes.

Gavin sonrió ante aquello, estaba confundido pero pronto entendió que Ryan era solitario y no tenía grandes amistades como Connor o Elijah, quizás era su único amigo y no era muy atento ni preocupado, sintiéndose mal por todo el tiempo en el que no se dio cuenta de aquello.

Una vida a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora