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Ni bien logró ingresar a la zona, una imponente presencia se percibía por todo el lugar, estaba mas que claro que se trataba no solo de una, ni dos, sino tres maldiciones de grado especial no categorizadas, esto era peor de lo que imaginaba, todos los estudiantes están dispersos en el sitio, cualquiera de ellos se podría topar con una de esas cosas en cualquier momento. 

-Maki!! Mai!! Dónde están?!- gritaba desesperadamente el pelinegro mientras se adentraba mas en la espesura de la zona boscosa del evento.

"Maki es rápida, además está con el Gojo otro hechicero de grado especial, ella estará bien. Mai está sin ningún tipo de protección y se adentró aun más en el sitio." El azabache juntó sus manos para realizar su hechicería. -Perros divinos.- un poco de su sombra empezó a materializarse hasta que de ella salieron dos enormes lobos, uno blanco y otro negro con marcas características en sus frentes. -Vayan por Maki, protéjanla.- nuevamente cambio la forma de su manos. -Nue!- así mismo un enorme ave salió de su sombra. -Trae a Mai.- los shikigamis invocados acataron las ordenes de su amo y partieron en la búsqueda de las nombrabas.

Por otro lado los profesores Yaga y Higuruma quienes también lograron entrar antes de que el velo terminara de cerrarse, se encontraban corriendo, tratando de cubrir la mayor zona posible, Yaga envió a algunas de sus marionetas que siempre llevaba consigo, trataría de reunir el mayor número de estudiantes posible, mientras tanto Higuruma, quien junto a su shikigami fue en busca de las maldiciones infiltradas.

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-Qué es esto? es parte del evento?- habló la peliverde de lentes mientras se ponía en guardia.

Gojo quien se encontraba con ella también estaba al pendiente, el profesor Yaga nunca mencionó algo como esto, era acaso un prueba sorpresa?.

Pronto dos bolas de fuego se dirigieron rápidamente hacía ellos, no dándoles tiempo para reaccionar, en parte a Gojo ya que el lugar estaba repleto de la energía maldita que arrojaban las armas de la peliverde cosa que le impedía sentir a algo que se aproximara con exactitud, esto hubiera terminado muy mal para los dos de no ser por los enormes perros que lograron salvarlos al ultimo segundo.

-QUE DEMONIOS?!- habló exaltado el peliblanco, para luego mirar a los shikigamis cerca suyo.

-Son los perros divinos de Megumi, ¿él está aquí? ¿Qué está pasando?- dijo la peliverde.

"Esos shikigamis son de Megumi?...un momento, está aquí?" tal vez no era la ocasión ni el lugar para emocionarse de que tu crush esté cerca, pero es Gojo, está mas que justificado, vio como los lobos se acercaban a la peliverde y se agachaban en señal para que ella se subiera en cualquiera de los dos.

-Megumi debe estar cerca, vamos.- dijo la de lentes mientras le señalaba al otro can para que él subiera.

Otro estruendo se hizo presente y cerca de ellos una explosión, no lo pensó dos veces para subir encima de aquel enorme perro, Maki también subió, esa era la señal para que los canes emprendieran su marcha hacia donde estaba el azabache.

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El aullido de sus lobos le dieron la señal de que habían encontrado a Maki, cosa que alivió un poco al azabache quien empezó a correr a la dirección de donde provenía el aullo de sus canes, no tardó mucho en topárselos, Maki y Gojo iban montados en los enormes shikigamis, los cuales pararon cuando vieron a su amo, pronto se volvieron nuevamente una masa negra y viscosa la cual desapareció en los pies del ojiverde.

Siempre en mi mente [Gofushi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora