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El camino más silencioso que había tenido hasta ahora. A los minutos de que el albino se fuera, un joven de lentes y cabello oscuro llegó para llevarlo a 'casa', aún seguía pensativo sobre lo que había pasado entre Satoru y él, sobre lo que el resto pensará sobre ellos dos, no quería afectar al mayor de ninguna manera, ni su vida y mucho menos su imagen o reputación, estaba dudoso entre si consultar con alguien mas el tema, no sabía como se lo iban a tomar.

-Joven Zen'in, ya hemos llegado.- mencionó el pelinegro con un tono calmado, sacando de su trance al menor.

-Gracias.- abrió suavemente la puerta, deteniéndose al instante. -Señor Ijichi...- no podía hacerlo, su cuerpo se tensó de inmediato.

-Si?-

-Que tenga una buena noche.- sin más se apresuró saliendo del vehículo.


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-Sabes el gran momento que interrumpiste?!- la ira era palpable en el lugar.

-Cálmate Satoru, esto es urgente.- habló seria la castaña.

-Otro día podrás cogerte a Megumi, pero ahora necesitamos que prestes atención.- mencionó la peliblanca en son de burla, dicho comentario solo provocó un sonrojo en el más alto.

Yacían reunidos todos los hechiceros de primer grado y de grado especial en una habitación alejada del campus principal de la academia de Tokio.

-Bien, comiencen a hablar, para que nos citaron aquí y a esta hora?- habló una pelirubia.

-Algo muy extraño esta ocurriendo, se han residido reportes sobre maldiciones de grado especial no identificadas, como las que atacaron la academia hace 6 años en el evento de intercambio.- dichas declaraciones de la pelicastaña dejaron a todos atónitos.

-No creo que eso sea todo verdad?- preguntó el pelinegro de casaca blanca.

-No...por los análisis que se han realizado, es posible que...contengan al menos un dedo de Sukuna.- esto definitivamente era para preocuparse.

-Que extraño que solo las maldiciones de categoría especial tengan un dedo.- comentó el peliblanco.

-Y no solo eso...dicen que un hechicero de primer año de Kioto, vio a Naoya Zen'in merodeando en las cercanías del monte Koya.- la habitación se inundó de silencio, uno muy pesado.

-N-naoya? pero, el no está muerto?- preguntó una pelinegra con varias perforaciones.

-Lo más perturbador de esto debería ser el hecho de que se anda paseando por una zona sagrada.- musitó el profesor Yaga a lo que el resto se quedó en un penumbroso silencio.

-Eso significa que no es una maldición.- musitó el albino de lentes

-Estás diciendo que, pudo obtener la técnica inversa?- preguntó la castaña.

-Eso se ve muy improbable, pero hay de dos: 1. alguien más lo sanó con una técnica inversa o 2. ese no es Naoya, sino alguien que está usando su imagen o trata de parecerse a el.- respondió la peliblanca.

-Maldiciones de grado especial con dedos de Sukuna y Naoya vuelve a la vida.- mencionó Hakari mientras se pasaba uno de sus dedos por la barbilla.

La puerta de la habitación fue abierta bruscamente, dejando ver a Panda e Inumaki, los cuales lucían muy mal heridos y parecía que llegaban de hacer una maratón.

-Director Yaga! Superior Gojo! la bóveda, fue saqueada!!- los presentes corrieron hacía la escena del crimen.

Rápidamente se pusieron a buscar entre los objetos malditos, reliquias y armas de grado especial que se encontraban en el lugar, en cuestión de minutos se volvieron a reunir en las puertas del lugar.

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⏰ Última actualización: Jun 19 ⏰

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