Se demoraron al rededor de hora y media en arribar en el palacio imperial, debido al tráfico de la mañana, cosa que no era muy común y esto molestaba de sobre manera al peliblanco, pronto se adentraron en Yotsuya, manejó por unos minutos más hasta que divisaron el palacio.
Luego de estacionar el vehículo bajaron, Megumi estaba fascinado con las vistas, sin duda alguna había escogido la mejor época del año, los cerezos de primavera estaban realmente hermosos.
-Mira eso! son demasiados cerezos.- comentó emocionado el pelinegro mientras los señalaba.
-Es verdad...- tomó la cámara para sacar fotos a Megumi, luego las mandaría a imprimir.
Para su suerte no habían muchas personas en el sitio, junto al menor se acercaron a varios quioscos para comprar amuletos benditos que ofrecía el personal del palacio, recorrieron todo el borde del foso perteneciente al palacio, al rededor de unos 700m, en una de las paradas para comprar unos dulces tradicionales, compró unas sombrillas porque en verdad el sol estaba matando a Satoru, claro por otro lado Megumi se miraba mas fresco que lechuga, aún así, no quiso correr el riesgo que de le de un golpe de calor al menor.
Llegaron hasta los botes, se acercó hasta la recepción y dio su nombre nuevamente.
-Aquí tiene, que disfrute su paseo.- respondió la mujer entregando unos boletos.
-Bien, vamos Megumi.- mencionó mientras tomada del brazo al menor.
Intentó ayudar al azabache a subirse en la pequeña embarcación, olvidando el pequeñísimo detalle del gran equilibrio que este poseía, de un pequeño salto aterrizó en la parte trasera, Gojo palideció al creer que el bote se hundiría, pero nada de eso pasó, al contrario ahora parecía mas equilibrado que antes, los trabajadores del sitio comenzaron a murmurar entre ellos cosa que no le gustaba al peliblanco, dándoles a entender con la mirada.
-Increíbles movimientos Megumi, pero trata de no hacerlos en público.- dijo tranquilamente mientras se acomodaba en su asiento.
-Ah! lo siento mucho.- respondió apenado.
Sonrió cálidamente hacia el menor mientras tomaba los remos, observaba atentamente los gestos del chico que tenía en frente, señalaba a otros botes y los árboles, sus esmeraldas deslumbraban mas que cualquier piedra preciosa, pronto otro navío se acercó al de ellos, en este se encontraba una pareja que vestían ropas tradicionales, el chico remando y su acompañante femenina la cual poseía un bonito kimono miraba encantada las vistas, "Megumi se vería bonito en uno de esos." pensó mientras volvía su vista al menor quien miraba con asombro el agua y los peces que en ella habitaban.
-Sabías que este foso se construyó a principios de la era Edo?- comentó el azabache mientras volteaba a ver al ojiceleste, el cual como siempre traía su carota de tonto enamorado.
-Ah..ah? n-no lo sabía, vaya dato.- mencionó mientras se apedreaba mentalmente por aquellos pensamientos.
-Enserio?-
"Genial ahora estoy quedando como un idiota ignorante" -Bueno...leí por ahí que antes el foso tenía una longitud de...- sip, sabía que el foso antiguamente era más grande, el problema era que no sabía que tanto.
-14 Kilómetros.- respondió el ojiverde mientras trataba de reprimir una pequeña risa.
-Si! justo eso iba a decir.-
Siguieron conversando entre risas y bromas hasta completar la vuelta, Satoru no quería que esto terminase, pero no quería amargar la tarde a Megumi, ya que todavía faltaba la mejor parte, la comida.
Se embarcaron nuevamente el el auto rumbo a Shinjuku.
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Siempre en mi mente [Gofushi]
RomanceDesde aquella primera vez que lo vio, tal vez de manera fugaz, quedó totalmente enamorado de el, pese al tiempo, su corazón lo sigue buscando...