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Las horas pasaron, igual que las películas que miraban; acción, terror, comedia, drama, animadas, ciencia ficción...y un sin número de películas que se transmitieron. Nobara y Shoko lo llamaron el proyecto POM, que en otras palabras sería Programa para Occidentalizar a Megumi, Satoru sugirió que se cambiara la P por la B pero fue algo descartado al instante por incoherencia y estupidez.

El albino casi que no prestaba atención a las cintas que se reproducían, estaba mas concentrado en observar las reacciones del pelinegro, el cual miraba fascinado todo lo que sus ojos observaban, en primera instancia, fue increíble para él ver como ha evolucionado el televisor que él hace mucho tiempo no lo había visto, algo conmovedor para sus adentros.

Estaban tan absortos en su noche de películas que todos terminaron cediendo al sueño, uno por uno fue cayendo, empezando por Haibara, Nobara y Shoko; de ahí le siguieron Nanami, Yuji y Suguru, quedando en pie Satoru y Megumi, el ultimo se tambaleaba de un lado a otro tratando de no dormirse, tenía que aprovechar al máximo este momento ¿Cuándo sería la próxima vez que podría volver a ver una película o hablar con chicos de su edad que no sean Naoya o las gemelas de ves en cuando?

Ya estaba amaneciendo y el sueño pudo mas que sus ganas de seguir apreciando aquello a lo que los otros chicos llamaban como cine, sin cuidado alguno su cabeza fue a parar en el hombro de su acompañante de gafas, Satoru al sentir el contacto se estremeció por completo, tenía miedo de moverse y que el ojiverde se despertase, así que decidió esperar a que estuviera del todo dormido, fue al rededor de los 45 minutos que sintió como la respiración del mas bajo se hacía mas profunda, lo iba a recostar entre el monto de sábanas para poder acostarse a su lado.

Fue un ligero movimiento, tan minúsculo pero lo suficientemente notorio para que la técnica de Megumi se activase, pronto todo el cuarto se encontraba sumergido en un dominio incompleto pues su portador se encontraba dormido, Satoru volvió a quedarse inmóvil, observando atentamente lo que pasaba, estaba en una situación complicada, había la posibilidad de que si el llegase a hacer un movimiento brusco, el dominio los iba a atacar a todos.

Miró atentamente como la espesa sombra que recubría el suelo se empezaba a mover de manera uniforme, tratando de constituir una forma, cambiando de grande a pequeño, cuatro patas a alas, de varios a uno...pronto de aquella turbia que los rodeaba, aparecieron un montón de conejos que empezaron a rodear al peliblanco y al azabache.

Como si se tratase de una de las escenas de terror de las películas que vieron, los conejos se pegaron a ellos, hundiéndolos en la frondosa sombra, cuando estuvieron completamente sumergidos, el dominio se disipó, liberando a los demás.

Todo era absoluta obscuridad, pero al mismo tiempo podía sentir el emanante poder por todos lados y en ciertos puntos en concreto, se sentía aun mas, una mano aferrándose a su camiseta lo devolvió a la realidad, entre sus brazos yacía dormido aquel joven de negros cabellos, sumergido en su propia complacencia, ya era muy tarde y el también se ha estado aguantando las ganas de dormir desde hace horas, con un suave movimiento cambió de posiciones entre ambos, elevando a Megumi sobre el, logrando así posicionar su cabeza en el pello del azabache, el cual por instinto se aferró a el, no había ruido alguno mas allá de la suave respiración y los lentos laditos del ojiverde, que no eran más que música para sus oídos, sin mas que hacer o pedir, Satoru se entregó a los brazos del Morfeo, aferrándose con su vida al pelinegro.

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-Oigan, saben donde esta Satoru?- preguntó el azabache de mechón

-Ahora que lo dices tampoco está el joven Zen'in.- mencionó el de cabello rubio.

Shoko y Geto se miraron entre ellos, para luego hacerse muecas juguetonas y de doble sentido.

Siempre en mi mente [Gofushi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora