Se Fueron

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Entre al cuarto donde me indicaron, mis manos no dejaban de temblar, sabía lo que tenía que enfrentar y no era fácil, me quede como una estatua frente a la puerta, la empuje por pura reacción y di unos cuantos pasos, habían dos camas y como era de esperarse mi madre se encontraba en una y mi padre a su lado en otra, los dos se veían irreconocibles , sus rostros estaban totalmente quemados, igual que sus extremidades, me acerque a ellos y ese instante sentí como cuando llegaba del colegio hambrienta a ver la nota de mi madre, lamento las veces que deteste un almuerzo que no me gustaba, ya que no lo volvería a probar de sus dulces manos, mi madre siempre fue muy cariñosa y amaba con todas sus fuerzas a papá y creo que por eso no se atrevía a desobedecer lo que el exigía de mí, siempre que él me regañaba recuerdo como sus tiernos ojos de mamá, me decía todo estará bien y así lo sentía siempre, me acerque a ella la mire y conservaba su mirada aunque se veía muy triste y algo cansada.


— Mi hija, mi niña, estas preciosa— decía mi madre con un tono de voz bajo


— Gracias mami — digo un poco tímida, no sabía que decir, los minutos eran valiosos y no podía desperdiciarlos así.


— Perdóname hija, sabes que no quise abandonarte, no quise ver lo que pasaba, mi amor por tu padre es tan grande que no me permitió ver lo que hacía y como te daba la espalda, eres mi niña, siempre lo serás y te amo bastante, nunca olvides que debes hacer lo que tú siempre desees, tienes la capacidad, me hubiera gustado devolver el tiempo y buscarte, no permitir que te hubieras ido, perdóname— dice mi madre y tose, sus ojos cada vez se cierran mas pero hace el intento por seguir despierta.


— Mami, yo también te amo, y sabes que no hay nada que perdonar, me trajiste al mundo y por eso te debo mucho, luchaste por mí y me cargaste por mucho tiempo, porque todavía recuerdo como después de crecer tenías que seguir ahí regañándome para que me acabara mi comida y para que dejara de comer tanto chocolate, mami te amo— digo con mi voz temblorosa mientras le acaricio la cabeza, luego me giro un poco y veo a mi padre y me doy cuenta que estaba escuchando todo lo que le decía segundos antes a mi madre, le tomo la mano y lo miro fijamente a los ojos.


Sara, como estas de cambiada, perdóname por haber dudado de ti, sabía que cometía un error pero no tuve los pantalones suficientes para afrontar mi error, perdóname por no ver lo que eras, me deje cegar por los estúpidos estereotipos que no nos llevan a ningún lado, somos lo que tenemos en la mente y no lo que usamos, perdóname por dañar cada uno de tus sueños, no quería lastimarte, solo intentaba cuidarte y no pude hacerlo, te perdí y creo que por esto estoy aquí hoy, mira a tu madre tan dulce, le metí por los ojos mis pensamientos y espero ella pueda perdonarme, fui un mal padre— dice y empieza a temblar.


— No eres un mal padre, solo cometiste errores pero sabes, estoy orgullosa del padre que eres, mi abuela tuvo la fortuna de tenerte como hijo y convertirte en lo que eres, un hombre que a pesar de muchos obstáculos siempre ha estado ahí luchando por nosotras y sacaste una familia adelante, te amo mi papi de chocolate— digo y me sale una lagrima, recuerdo cuando estaba pequeña, esperaba que llegara de trabajar para mostrarle mis calificaciones y decirle papi de chocolate , ya que mi premio era un dulce chocolate que siempre traía en su bolsillo, aunque a veces traía dos, uno para mí y uno para mi madre, pensaba que él era el inventor de la mayor delicia de mi vida, pero al crecer me di cuenta de la verdad, y eso es lo malo de crecer.


En ese instante veo como mi madre toma mi mano derecha y en mi mano izquierda sostengo la de mi padre, ellos me dicen al tiempo que me aman y yo les digo lo mismo con mis ojos bastante llorosos, veo como me aprietan y en ese momento siento tantas ganas de ir con ellos, poco a poco sus manos dejan de tener fuerza y ese aparato horrible emite un sondo agudo, me doy cuenta que ellos ya no están, grito como nunca lo he hecho, siento como si me hubieran quitado mi corazón de un solo golpe, mis padres me habían dejado sola, y no tenía ni la más mínima esperanza de verlos, lloraba y lloraba hasta mas no poder, pero ni así ese sentimiento de vacío se iba, de pronto me aferro a los dos cuerpos que estén como estén son mis padres, mis papitos, así era como les decía, de pronto entra una enfermera acompañada del doctor y me retiran, pero no accedo, quería quedarme ahí, ellos al ver mi estado deciden inyectarme un calmante, y hasta ahí me acuerdo, al despertar estaba en una camilla y Tyler me observa, pienso que todo fue un mal sueño pero poco a poco me doy cuenta que no lo es, mis padres partieron y quiero gritar de dolor, pero para mi sorpresa ni una lagrima sale, mi prometido me abraza y yo solo pienso en que momento sucedió todo, quiero ir a descansar, le digo a Tyler que nos vayamos, y al salir entra un hombre vestido de traje, pregunta por mí.



— Señorita Sara, mi nombre es Rodolfo, soy el policía que lleva el caso de sus padres, sé que no es un buen momento pero quisiera hablar con usted, es muy importante.


— Bueno, pero sea breve— digo muy enojada, pero él no tenía la culpa.


Vamos a un cuarto y nos sentamos a hablar, Tyler no pudo venir conmigo, pero espera impaciente tras la puerta de la oficina, agradezco poder tener alguien conmigo en este momento.


— Lamento lo ocurrido con sus padres, pero quiero decirle que se hará justicia.


— ¿justicia?, no entiendo.


Si, alguien entro a casa de sus padres cuando ellos dormían, regó gasolina por toda la casa y la incendio, estamos tras la pista.


— No entiendo ¿Quién es así de cruel como para hacer esa atrocidad?


— señorita ya tenemos varias pruebas, investigamos que se trata de una mujer ya que hombres que pasaban por el sector vieron a una entrar y lo hizo por la puerta principal así que tenía acceso y por lo que tengo entendido sus padres vivían solos, también pudimos ver la marca donde se compraron los galones de gasolina, fuimos a preguntar y efectivamente una mujer muy asustada la adquirió, sobra decirlo pero esto es netamente confidencial no podrá hablar con nadie de este tema.


— Si señor lo entiendo, ¡claro! — grito—Clara mi prima vivió con ellos, tiene acceso a mi casa, señor por favor quiero justicia.


— Gracias por el dato ahora mismo iré a investigar


Clara es una loca y si ella fue la que causo tanto daño en mi vida, juro que me vengare y no me importa lo que pase, pero ya me canse de este juego estúpido de ella, decido ir con Tyler a descansar en un hotel de la zona, al ser ya la media noche salgo con mucho cuidado, pues no quiero que Tyler me cuestione, me dirijo a casa de David, cosa que nunca quise hacer pero era eso o nada, veo como Clara sale vestida de negro con un niño en sus brazos, corro y la enfrento.


— ¿No se cansa de causar daño?

— Primita que linda estas


— No sea cínica, arreglemos esto de una vez, me quito lo que yo más quería en esta vida, dígame ¿qué quiere para acabar con todo esto?


— Usted siempre me quito mi lugar y llego el momento de reclamar lo que fue mío aunque todos estén del otro lado.


— Ya tienes todo lo que una vez quisiste déjame en paz


— No y gracias por venir me diste una gran idea— dice clara, deja al niño en el suelo, el solo se aferra a mí y llora, de pronto clara empieza a gritar como una loca


"te iba a matar hijito mío, solo así David me prestaría atención, pero cambio de planes, él que se muere por ti, apenas desaparezcas solo tendrá ojos para mí, claro como no se me ocurrió"


Le digo al niño que corra hacia su casa, Clara me apunta con un arma y me obliga a subir a su carro, creo que es su coche, le obedezco, se sube y empieza a manejar, no sé qué rumbo, lo único que puedo asegurar es que pronto todo acabará.



Gracias por sus votos, este capitulo es dedicado a uno de mis locas amigas Ktrin Duarte, gracias por el apoyo :D y nuevamente gracias a todos sin ustedes no me hubiera animado a escribir :) 


¡Vida Adolescente!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora