𝐂. O3

2.9K 311 149
                                    

❛◌*̥₊ 𝒞AP

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

❛◌*̥₊
𝒞AP. O3
EXTREMO,
EDIFICIO

*ೃ༄

Me entre a la farmacia, obviamente con el objetivo de encontrar algún tipo de medicamento para la rara cosa que estaba dentro mío. No es nada gracioso pensar que tengo un espermatozoide, de color negro, que habla y para colmo se burla de mi.

—¡Hola! — la probé señora casi se desmayaba del susto. Sonreí con timidez y aclare mi garganta —Necesito su ayuda, realmente no se que esta pasando. Tengo una especie de espermatozoide dentro mio.

Frunció el ceño —¿Espermatozoide? Por favor, explíqueme mejor — parecía tomarlo como chiste, aunque si daba gracia. Imagínate que venga alguien a decirte que tiene un espermatozoide dentro.

« Literalmente se está riendo en tu puta cara. Que mal amiguito mío »

— T-tengo un espermatozoide de color negro, es grande y habla, ¿usted cree poder ayudarme?

La señora río a carcajadas —Joven, le recomiendo números para psiquiatras — tomo el teléfono y comenzó a apretar las teclas —Le hará mal estar solo en esto.

Mi cuerpo se envolvió de esa rara especie. Por un momento pensé que me había comido vivo, pero por otro lado, pude ver la espectacular vista y conciencia que tenia este enorme cuerpo. Su vista detectaba todo tipo de cosas, como si fuera una araña con súper poderes.

Escúcheme, señora — señaló a este con fastidio —El trenzudo puto no está esquizofrenico, lo que dijo es verdad. Aunque, parece un maldito loco, lo entiendo — río — Mejor deme pastillas para la diarrea, el chico que tengo dentro caga, y bastante.

Nuevamente y casi que caigo en suelo cuando se quito de mi. Mire a la señora, quien se encontraba con la boca entreabierta y pálida del miedo.

—No necesitó esas pastillas — force la voz — Que tenga buen día — me di media vuelta y corriendo salí del local, mis piernas no daban más de la tembladez, quizás de los nervios o de lo loco que se sintió estar dentro de él.

Camine los tránsitos, había una cantidad de gente enorme. Algunos caminaban en busca de algo que comprar, otros hablaban y así sucesivamente.
Dentro de toda esa gente estaba yo, quien parecía un maldito loco por mi forma de ver y apreciar todo a mi alrededor, era un sentimiento de desesperación y el no saber que hacer era muchísimo peor, por eso mismo tome la iniciativa de entrarme entre la gente y poder salir de ahí. El ir a casa y tranquilizarme estaba en mis planes, los otros eran la manera de poder quitarme esta cosa de adentro, o poder terminar con esta maldita imaginación.

Mientras me entraba a la gente pude ver a la conocida rulitos, Hanna. Sonreía ampliamente, con su chaqueta de cuero, sus pantalones, su aroma y linda vibra. Me hele en el mismo lugar, sin poder reaccionar ni tampoco en que dirección ir. ¿Izquierda o derecha?

« Acércate a ella »

—Claro que no, menos contigo dentro mío — refunfuñe en un débil susurró, la gente que pasaba por mi lado y lograba escuchar se me quedaba mirando con rarez, lo entendía.

Y como era de esperarse, mi cuerpo se abalanzó con un movimiento brutesco cerca de ella. Logre llamar su atención y hacerla girar, sus ojos brillantescos me observaron cada facción del rostro, mientras la cara sonriente seguía en ella. Era muy único de su parte, eso la hacía ver única. Su sonrisa.

— ¡Tom! — extendió su mano y la entrelezo con la mía. Su forma de saludar y lo respetuosa que era ya casi no se veía en nadie. Se veía lo paciente que era, una persona de no sobrepasar límites —Pensé que no volvería a verte ¿Como estás?

« Uy, muy bien »

— B-bien... — tartamudeé — Ósea, quise decir que si, estoy bien — toque mi nuca con torpeza, puta madre que vergüenza.

Frunció el ceño, carcajeó —Eso es bueno. Pensé bastante sobre tu mudanza. ¿Como estás con eso?

« Ni siquiera limpias »

— Debo acomodar demasiadas cosas, es complicado— reí nervioso — ¿Y tú que tal? ¿Que haces por aquí? —desvíe mi vista a mi alrededores y la policía que comenzaba a transitar la misma zona. Era obvio que la señora de la farmacia denunciaría a un joven como yo, osea mírenme, TENGO UN ESPERMATOZOIDE DENTRO.

—Tenía pensando comprar algunas cosas... Pero, espere tu llamado — sonrió tímida — Tal vez, pensé que podíamos salir.

— ¿Sabes algo? Eres bonita, olvide de llamarte. Pero ahora mismo, la policía me esta persiguiendo por una cosa que habita en mi cuerpo — carcajeé y comencé alejarme de ella — ¡TE LLAMARÉ, LO PROMETO!

— ¡Oye, tú el de trenzas! — los cinco policías comenzaron a comunicarse y correr detrás de mi, no entendía como podía tener tanta velocidad.

Me entre a las veredas con los cinco hombres detrás mío. Mi cuerpo parecía ser agua de lo mucho que sudaba, mis piernas temblaban de la ejercitación, mi respiración era inestable.
Abri la puerta trasera de un edificio abandonado y entre en el, comencé a subir la escaleras circulares con rapidez, mientras que los tipos todavía seguían detrás de mi, siguiendome y tirándome palabras en inglés, lo cual no entendía un carajo.

Llegue al último piso, el cielo anochecía y el la gente estaba debajo, observando y grabando todo lo que sucedía.

« Haz lo que te digo »

— ¡Me metiste en problemas, hijo de puta! —dije, abrí la puerta y supe que estaba en el último piso. El balcón grande y sin ningún tipo de salida.

— ¡Joven, pónganse de rodillas con las manos en la cabeza! — estaba ardiendo en llamas, los cinco policías apuntándome con una pistola, lo que me faltaba.

« Tírate, hazme caso »

Mire la altura y por debajo, la cantidad de gente, autos, motocicletas que quedaban estacionados para ver el suceso. Nuevamente giré mi cabeza para ver a los cinco tipos con las armas en sus manos. Tenia dos opciones, tirarme y morir, o quedarme en el a cárcel por horas, días o años. Para colmo, mi hermano tendría que pagar el juicio de su vida. Ahora quedaba claro que no podía vivir sin el.

—No puedo tirarme — ni siquiera pude pensar, que mi cuerpo comenzó a caer del aquel edificio, en ese piso frío y duro.

Los tentáculos de mi espalda se agarraron de distintos edificios cercas, subiéndome y casi volando por ahí. Me dolía el pecho de la adrenalina, me sentía una marioneta por como esa cosa aprendía y sabía controlarme.
Caí al otro lado de otro edificio, en ese piso de zemento, áspero y dañandome la mitad de mi cuerpo.

Reaccione con lentitud, el dolor de espalda me había atacado fuertemente. Jadeé del dolor, refunfuñe y queje.

« Agradece que te salve la vida. Ahora deberías aprender a usarme, trenzudo »

— ¿Q-que carajos fue eso? — force mi voz, con dolor y vagancia. Me estiré y senté levemente, todavía los sonidos de las bocinas molestaban la ciudad.

« Acabo de evitar que te estalles contra un suelo »

Como la conciencia había vuelto a mi cuerpo, mire con desesperación todo a mi alrededor y levante del suelo rápidamente. Mis piernas seguían temblando, mis manos igual al dolor de los raspones.

Venom  .ᐟ  tkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora