𝐄𝐩𝐢́𝐥𝐨𝐠𝐨

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Abrí mis ojos, mis manos con una cinta y el suero cayendo en esa bolsa. La habitación del hospital, el olor a limpio y típico a remedio.

Mi vista aún seguía de la mierda, veía todo borroso y apenas sabía dónde estaba. Sentía el cabello pesado, el tiempo y toda la perspectiva cambiada.

Gire mi cabeza y vista a mi lado, vi a una persona de espaldas con un cabello muy raro. Era negro, largo hasta los hombros. Su ropa era exactamente igual a lo que él vibraba.

—¿Q-Quién eres? —pregunté. Esa persona dejó caer de sus manos una taza blanca, haciéndole estallar contra el suelo.

Se giró y vi su rostro. Sus ojos llenos de lágrimas y la sombra oscura comenzando a mancharse —¡Despertaste! ¡Joder, esto es grandioso! —se acercó a la puerta y comenzó a despertar mi despertación.

Se acercó, temblaba demasiado —T-Tom... hacía tanto que no escuchaba tu voz —se acercó más, envolviéndome con sus brazos y abrazándome. Su perfume recorrió sus fosas nasales, tan pronto como sentí que mis sentidos comenzaban activarse —. Te extrañe tanto, hermanito.

—¿P-Por qué estoy aquí? —solté, la voz rasposa y la garganta seca.

Él me miro, con las lágrimas oscuras gracias al maquillaje deslizándose por sus mejillas —¿En serio no te acuerdas? Carajo, ha pasado tanto que ni siquiera puedo hablar —paso su mano por mi frente —. Haz estado en coma por mucho tiempo.

Fruncí el ceño —¿C-Cuánto tiempo?

—Creo que... —miro a sus costados, una agenda de fechas estaba apoyada contra la pared —... dos años.

Mire mis brazos llenos de vendas, mi piel estiraba y dolía apenas me movía —¿Cómo llegué aquí? Debo irme, debo irme a mi departamento —intente forzarme, él no me dejo.

—Tom, ¿de qué hablas? No tienes ningún departamento. Vivimos juntos en nuestra casa, el contrato de alemania, Bill y Tom. ¿No lo recuerdas?

Mi corazón comenzó a latir con rapidez —¿Q-Qué? No, no... yo debo estar en New York, tengo un departamento allí. Allí esta Hanna.

Frunció el ceño —¿Hanna? ¿Quién es Hanna?

—Hanna es una chica que conocí allá, fue la primer persona con la que hablé cuando me mude. Ella sabía de Venom, tú también estabas conmigo, fuiste a visitarme.

Me miraba confundido, su boca estaba entre abierta —¿De qué Venom hablas, Tom?

Y ahí fue cuando caí. Cuando mi cuerpo temblaba tanto, que comencé a ver a todos mis lados. La fecha era distinta, todo era diferente. No tenía trenzas, tenia rastas. No existía mi departamento, Venom no había sido real.

Había sido un sueño.

—Tranquilo, Tom —Bill llevó su mano a mi mejilla y acaricio mi rostro con suavidad —. Todo estará bien.

Mis ojos se posaron en su mano bajar y posarse en la mano, entrelazando sus dedos. Su piel comenzaba a cubrirse de algo raro.

—No todo fue un sueño, Tom.

¿Continuará?

Venom  .ᐟ  tkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora