𝐂. 18

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𝒞AP. +18
SIEMPRE
VOLVERÁS
A MI

*ೃ༄

—Esto ya se vuelve cansador, ¿sabes? —resongué, intentando no dejar caer ninguna de las bolsas de compras que sostenía en mis brazos.

—Ya deja de quejarte —respondió Hanna, desde adentro del vestidor donde se encontraba ella. Las compras eran aburridas.

Había perdido la cuenta del horario, pues claro, esto de los mandandos y compras de por medio me consumían la mayoría del tiempo. Además de eso, ya hacía tiempo que tenía que hacer compras. Tenía un limón seco en el fondo de la heladera y una botella de agua.

Y un refrigerador roto pegado con cinta.

«Eso no es de mi incumbencia...»

—¿Ya saldrás o debo esperarte otras tres horas más? —pregunté con sarcasmo, estirando mis piernas por el mal calambre.

—Ya voy... —resongó, de un tironazo la cortina se abrió y dejó ver a Hanna con su cabello atado —... y, ¿qué tal?

Mis ojos apreciaron su bello cuerpo cubierto de una tela ajustada que dejaba ver sus curvas. Nunca había prestado atención a eso, por lo que me tomó desprevenido y muy shockeante. Se veía tan irreal, que mi corazón latía a la misma velocidad de los carros correr. Sabía que estaba dejándome como un idiota al verla y dejar mi boca abierta, pero era increíble.

«Disimula, hermano mío...»

Fruncí el ceño, rápidamente me ubique en el lugar, acompañado de mis pantalones —Lo siento, estaba intentando buscar la pabara perfecta para algo tan perfecto como tú.

Hanna rodó los ojos —¿Y? ¿Algo para decir?

—Te queda hermoso, Hanna —tragué saliva, intentando ocultar mi severa erección debajo de mis pantalones —. Tu belleza es increíblemente irreal, la verdad.

Sus mejillas comenzaron a convertirse en un rojizo llamativo —Gracias, Tommy —sonrió. Cerro la cortina nuevamente para así volver a cambiarse.

Solté un suspiro tranquilizador ante la situación anterior, había escapado con mucha suerte, más sabiendo que mis ganas no son fáciles de controlar.

Finalmente salió del vestidor con el vestido en mano, su sonrisa de seguridad y felicidad demostraban y creaban mis ganas de vivir.

Corriendo fue a la caja, y como la persona negativa e independiente que es, no me dejaba pagarlo.

Camine como perro faldero a sus detrás, con mis manos en los bolsillos y mirando a mis costados con los percheros llenos de ropa. Me llamaba la atención alguna que otra prenda, pero como dije anteriormente; odiaba hacer esto.

Venom  .ᐟ  tkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora