𝐕𝐄𝐍𝐎𝐌 | ❛No todos somos lo que aparentamos. . .❜
Las televisiónes últimamente estaban repletas de noticias, rumoreandose y alternando a la ciudad de la extraña criatura que viaja por los cuerpos de muchos, en busca de un huésped compatible.
Los...
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❛◌*̥₊ 𝒞AP. 1O MÍRAME A MI, NO ME DEJES
*ೃ༄
Me acerque con lentitud hacia Hanna, quien llevaba una horrible expresión de preocupación. Retrocedió a medida que mi cuerpo se acercaba, aún con las venas tan forzosas que recorrían mi cuerpo.
Mi mente iba a mil por hora, simplemente no podía reaccionar con normalidad. Me carcomía el sentimiento de rechazo hacia todos. Quizás, exageraba.
Acerque mi mano a la castaña, evito con rapidez y del miedo cayó al suelo —Hanna, espera —dije. Me agache a su altura, aún intentaba acercarme a su cuerpo tembloroso.
—¿Q-Que mierda eres? —preguntó con un hilo de tembladez. Nuevamente retrocedió débilmente por el suelo, arrastrándose por encima del catástrofe —. No te me acerques hasta que me digas que mierda eres...
—Soy Venom... —acerque mi mano a su mejilla, acariciando su piel suave casi igual que una pluma. La piel oscura comenzó a cubrirme, llegando hasta en cuello, brazos y mitad del cuerpo—... y tu «eres mía»
Las puertas del sitió fueron de una fuerte patada abierta. Mi vista con rapidez se giró a esa dirección, observando como los mismos policías se encontraban en el mismo lugar que yo.
—¡¡Aléjese de ella ahora!! — la oficial hizo escuchar el cambio de bala de aquella arma que llevaba en sus manos. El punto fijo donde apuntaba era yo.
La piel de Venom me cubrió por completo, este sin decir nada saco sus tentáculos de su espalda y tomó con fuerzas a Bill y Hanna.
—¡¡Váyanse de aquí ahora!! —ordenamos. Los tentáculos se hicieron aún más largos, haciendo que estos bajen desde el ventanal roto.
Los oficiales hicieron cambios de balas una vez más, todos apuntando al mismo punto —¡No te tenemos miedo, revelaré lo que eres apenas te tenga! — dijo ella.
—Pero antes... ¿Quieren jugar al escondite? — el tentáculo de Venom de un golpe hizo explotar el transformador. El bar se hizo oscuro, sin dejar rastro de ningún tipo de luz; eso servía bastante para un escondite nocturno.
El parásito comenzó a caminar entre las paredes. Su visión dejaba ver como la oscuridad era aún más clara que de costumbre. Fuertemente hizo caer la lámpara de un arañazo; su enorme garra hacia pedazos el cemento, haciéndolo caer al suelo de madera.
Cayo al suelo con firmeza, tomó con fuerzas a dos oficiales y comenzó a los golpes. Con movimientos bruscos los lanzaba a las paredes, otros ni siquiera eran lanzados.
